Lipoproteína de baja densidad

colesterol se transporta en la sangre unido a proteínas, formando unas partículas
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La mayor parte del colesterol se transporta en la sangre junto a proteínas, formando unas partículas conocidas como lipoproteínas, ello se debe a que los lípidos son hidrófobos e insolubles en la sangre, por lo que solo pueden ser transportados dentro de las lipoproteínas.[1]​ Las lipoproteínas son partículas de gran complejidad que están formadas por moléculas de proteínas y lípidos y tienen forma esférica. En el centro de las lipoproteínas se sitúan los lípidos menos solubles en agua, entre ellos triglicéridos y ésteres de colesterol, en la superficie de las lipoproteínas se sitúan los fosfolípidos y las proteínas.[2]

Las lipoproteína de baja densidad también llamadas LDL (Low-Density Lipoprotein) son uno de los cinco grupos de lipoproteínas que transportan las moléculas de grasa entre los diferentes órganos. Las LDL distribuyen colesterol a los tejidos que lo necesitan, sobre todo para la reposición de las membranas celulares o para la síntesis de hormonas esteroideas. Cuando la célula necesita colesterol para la síntesis de membrana, produce proteínas receptoras de LDL y las inserta en su membrana plasmática. Los ésteres de colesterol son captados de esta forma y pasa a los lisosomas donde se hidrolizan dando lugar a colesterol libre que de esta forma queda a disposición de la célula para la biosíntesis de las membranas.[3]​ Si se acumula demasiado colesterol libre en la célula, esta detiene tanto la síntesis de colesterol como la síntesis de proteínas receptoras de LDL, con lo que la célula produce y absorbe menos colesterol.

Composición y tamaño

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Las LDL son partículas esféricas de alrededor de 220 Å de diámetro, mucho más pequeñas que las VLDL de las que proceden que tiene un diámetro que oscila entre 600 y 800 Å. La composición de las LDL es la siguiente:[4]

  • 22% proteínas (apoB-100).
  • 22% fosfolípidos.
  • 8% colesterol,
  • 42% ésteres de colesterol
  • 6% triglicéridos.

LDL y aterosclerosis

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Ateroma. Los niveles elevados de LDL se asocian con la progresión de la aterosclerosis y el bloqueo de la luz arterial.

Niveles elevados de colesterol en la fracción LDL ("colesterol LDL") se asocian fuertemente al desarrollo de enfermedad aterosclerótica. Diversos modelos experimentales y observaciones epidemiológicas sistemáticas apoyan, de hecho, un papel causal del colesterol LDL en la iniciación y progresión de la aterosclerosis.[5]

Existe una clara relación lineal positiva entre la concentración del cLDL y la enfermedad cardiovascular, de tal forma que los niveles más altos de cLDL se asocian a mayor incidencia de enfermedad, sin embargo la relación entre la mortalidad total y las concentraciones de colesterol total y cLDL es mucho menor y menos consistente.[6]

Debe tenerse en mente que este no es el único factor de riesgo asociado a esta enfermedad, y que su manejo médico debe ser planificado sobre la base de la evaluación del riesgo cardiovascular global individual de cada paciente.

Función

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La función más importante que realizan las lipoproteínas de baja densidad es transportar el colesterol hacia las diferentes células del organismo que lo necesitan para diversas funciones, entre ellas la formación de membranas celulares y la síntesis de diferentes hormonas. Cuando las LDL llegan a las células de los tejidos periféricos son detectadas por los receptores de LDL situados en la membrana plasmática a los que se une. Entonces se produce un proceso de endocitosis, de tal forma que la lipoproteína completa penetra en el citoplasma celular en forma de endosoma y es procesada. El contenido proteico se transforma en aminoácidos y el colesterol esteríficado se transforma en colesterol no esterificado. El colesterol no esterificado es tóxico para las células cuando supera determinada concentración y por lo tanto se utiliza para la formación de membranas o se transforma en sustancias hormonales, el remanente es esterificado de nuevo por acción de la acil coenzima A:colesterol aciltransferasa (ACAT), de esta forma puede ser guardado dentro de la célula como reservorio celular de colesterol.[7]

Valores de colesterol LDL

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Los valores más aceptados internacionalmente de colesterol LDL son los definidos por la American Heart Association (Sociedad Estadounidense del Corazón) (AHA):

  • menos de 100 mg/dL : Nivel óptimo de colesterol LDL, correspondiente a un nivel reducido de riesgo para cardiopatía isquémica.
  • 100 a 129 mg/dL : Nivel de LDL próximo al óptimo
  • 130 a 159 mg/dL : Nivel intermedio de LDL
  • 160 a 189 mg/dL : Alto nivel de LDL
  • 190 mg/dL y superiores : Nivel muy elevado, riesgo incrementado de cardiopatía isquémica.

Sin embargo, los niveles óptimos de colesterol LDL deben determinarse después de un análisis exhaustivo de los factores de riesgo de cada paciente, análisis que debe llevar a cabo un médico.

Las recomendaciones médicas más recientes establecen unos valores recomendados de lipoproteínas de baja densidad en sangre, dependiendo de la situación de riesgo de la persona. A las personas con riesgo cardiovascular alto se les recomienda unos valores más bajos que a aquellas personas con un riesgo cardiovascular bajo. Los objetivos terapéuticos de colesterol LDL establecidos en función del riesgo cardiovascular son los siguientes:

  • Riesgo bajo. Se recomienda menos de 116 mg/dl.
  • Riesgo moderado. Se recomienda menos de 100 mg/dl.
  • Riesgo elevado. Se recomienda menos de 70 mg/dl con una reducción de al menos el 50 % respecto al valor basal.
  • Riesgo muy elevado. Se recomienda menos de 55 mg/dl con una reducción de al menos el 50 % respecto al valor basal.[8]

Patología

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La hipercolesterolemia familiar es un trastorno de causa genética que origina niveles elevados en sangre de lipoproteínas de baja densidad y enfermedad coronaria prematura. Se hereda según un patrón autosómico dominante y afecta aproximadamente a una persona de cada 400. Se produce sobre todo por mutaciones en el gen que codifica el receptor de las LDL, menos frecuentemente por mutaciones del gen que codifica la apolipoproteína B . Las personas afectadas tienen un nivel de LDL aumentado y están predispuestas a aterosclerosis prematura, y fallecer a edad temprana por infarto de miocardio como consecuencia de alteraciones de las arterias coronarias.[9]​.

Referencias

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  1. «Colesterol». medlineplus.gov. Consultado el 19 de junio de 2021. 
  2. Antonio López, Carlos Facaya: Libro de salud cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos y la Fundación BBVA. Consultado el 26 de marzo de 2023.
  3. «Lipoproteínas». Universidad Nacional del Nordeste. Facultad de Medicina. Material de Cátedra de Bioquímica. Archivado desde el original el 24 de junio de 2021. Consultado el 19 de junio de 2021. 
  4. Three-dimensional structure of low density lipoproteins by electron cryomicroscopy. Autores: E V Orlova 1 , M B Sherman, W Chiu, H Mowri, L C Smith, A M Gotto Jr. Proc Natl Acad Sci U S A, 1999.
  5. Colpo, Anthony (2005). «LDL Cholesterol: Bad Cholesterol, or "Bad Science"?». Journal of American Physicians and Surgeons (en inglés) 10 (3): 83-90. 
  6. Papel de los lípidos en la ateroesclerosis. Fernando Civeiraa, Victoria Marco-Benedíb, Ana Cenarroc. Revista Española de Cardiología, noviembre 2020. DOI: 10.1016/S1131-3587(20)30023-6.
  7. Mecanismos básicos: estructura, función y metabolismo de las lipoproteínas plasmáticas.Clínica e Investigación en Arterioesclerosis, abril-junio 2013. Consultado el 1 de abril de 2023.
  8. Guía ESC/EAS 2019 sobre el tratamiento de las dislipemias Mach F, Baigent C, Catapano AL, Koskinas KC, Casula M, Badim.
  9. Diagnóstico y tratamiento de la hipercolesterolemia familiar en España: documento de consenso. Atención Primaria Vol. 47. Núm. 1. Páginas 56-65 (enero 2015) DOI: 10.1016/j.aprim.2013.12.015.

Véase también

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