Autoconcepto

opinión que una persona tiene sobre sí misma, que lleva asociado un juicio de valor

El autoconcepto es un término utilizado en psicología para referirse a la imagen que una persona tiene de sí misma, es decir, a la percepción que tiene sobre sus características, habilidades, valores, etc.[1]​ El autoconcepto se forma a partir de las experiencias que vivimos y la imagen proyectada o percibida en los otros.[2]​ Es decir, se construye a partir de las interacciones con personas importantes en nuestras vidas.[1][2]

Gráfico del autoconcepto. El concepto del yo se compone de autoesquemas y de su yo pasado, presente y futuro.

El autoconcepto es un todo organizado donde la persona tiende a ignorar las variables que percibe de sí misma que no se ajustan al conjunto y tiene su propia jerarquía de atributos a valorar. Además, es dinámico y puede modificarse con nuevos datos, provenientes de una reinterpretación de las experiencias vividas.[2]

El autoconcepto no es lo mismo que la autoestima, aunque están estrechamente relacionados. La autoestima se refiere a la valoración emocional que una persona tiene de sí misma, mientras que el autoconcepto se refiere a la percepción cognitiva que tiene de sí misma.[2][3]

Componentes editar

De acuerdo con el psicólogo estadounidense Carl Rogers, el autoconcepto está compuesto por tres partes que contribuyen a la imagen que tenemos de nosotros mismos.[4]

  1. Componente cognitivo (la autoimagen): Se refiere a los pensamientos y creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Incluye la percepción de nuestras habilidades, características físicas, personalidad, valores y creencias.[3][5]
  2. Componente afectivo (la autoestima): Se relaciona con las emociones y sentimientos que experimentamos hacia nosotros mismos. Incluye la autoestima, es decir, la valoración emocional que tenemos de nosotros mismos.[3][4][5]
  3. Componente comportamental (la motivación y el autoideal): Se refiere a cómo nos comportamos y actuamos en función de nuestra percepción de nosotros mismos. Incluye nuestras conductas, decisiones y actitudes.[4][6]

Características editar

Se destacan seis características básicas:

  • El autoconcepto se organiza en categorías para reducir la complejidad y multiplicidad de nuestras experiencias, dándoles significado y organización.[7]
  • El autoconcepto está compuesto por diferentes facetas que forman una jerarquía, desde las experiencias individuales en situaciones particulares hasta el autoconcepto general.[7]
  • El autoconcepto se va construyendo y diferenciando a lo largo de nuestra vida a través de las distintas experiencias de interacción con el mundo. Al principio, es más global y se va diferenciando cada vez más, hasta llegar a ser multifacético y estructurado.[7]
  • El autoconcepto tiene la capacidad de ser estable en sus aspectos más nucleares y profundos, pero también puede ser variable en sus aspectos más dependientes del contexto.[7]
  • El autoconcepto se ve influenciado por nuestras interacciones sociales y la forma en que nos relacionamos con el mundo en general.[8]
  • El autoconcepto está compuesto por un componente cognitivo, que incluye nuestros pensamientos y creencias sobre nosotros mismos; un componente afectivo, que se refiere a las emociones y sentimientos que experimentamos hacia nosotros mismos; y un componente comportamental, que se relaciona con cómo nos comportamos y actuamos en función de nuestra percepción de nosotros mismos.[4][5]

Además, como atributo dinámico el autoconcepto se ve retroalimentado (positiva o negativamente) por nuestro entorno social, siendo determinantes las opiniones o valoraciones de terceras personas. Así el autoconcepto también ha sido entendido como la percepción que el individuo tiene de sí mismo, basada directamente en sus experiencias con los demás, y en las atribuciones que él mismo hace de su conducta.[9]

El autoconcepto incluye valoraciones de todos los parámetros que son relevantes para la persona: desde la apariencia física hasta las habilidades para su desempeño sexual, pasando por nuestras capacidades sociales, intelectuales, en otras palabras, a la descripción de todas las facetas y características que un individuo considera propias y que emplea para identificarse,[10]​ por ende, tiene papel decisivo en su conducta.[11]

Desarrollo durante la vida editar

El autoconcepto no es estático, sino que evoluciona a lo largo de la vida. A medida que experimentamos nuevas situaciones, adquirimos nuevas habilidades y nos enfrentamos a diferentes desafíos, nuestro autoconcepto puede cambiar y adaptarse.[12]

El autoconcepto no está presente desde el nacimiento, sino que comienza a desarrollarse en la primera infancia. A medida que los niños crecen, empiezan a formar una imagen de sí mismos basada en sus características personales y en el entorno que les rodea.[13]​ En la etapa de 6 a 8 años, los niños comienzan a describirse a sí mismos de manera más concreta y hacen comparaciones con ellos mismos en diferentes aspectos. A medida que crecen, de 8 a 12 años, empiezan a experimentar la influencia social y se comparan con los demás en diferentes áreas de su vida.[13]

En la adolescencia, se produce el paso a la vida adulta, lo que supone importantes logros y adquisiciones. Entre otras cosas, se termina de formar la identidad personal, y el autoconcepto se va a asentar como base de la personalidad.[14]​ El autoconcepto en la adolescencia se desarrolla a través de dos vías fundamentales: las experiencias que vive y de las valoraciones que hace de las mismas; y las opiniones y valoraciones que recibe de los demás.[14]

Trastornos editar

Los trastornos del autoconcepto más frecuentes incluyen:[15]

  1. Basar el autoconcepto en lo que dicen los demás: Cuando una persona depende demasiado de la opinión de los demás para definirse a sí misma, puede experimentar inseguridad y falta de confianza en sus propias habilidades y cualidades.[15]
  2. Desarrollar un autoconcepto que orbite alrededor de la riqueza: Si una persona valora su autoconcepto principalmente en función de su riqueza material, puede experimentar una sensación de vacío y falta de satisfacción, ya que la autoestima se basa en algo externo y variable.[15]
  3. Tener un autoconcepto muy restrictivo: Cuando una persona tiene una visión muy limitada de sí misma y se define únicamente por sus debilidades o fracasos, puede experimentar baja autoestima y dificultades para desarrollar su potencial.[15]
  4. Problemas de autoconcepto en la infancia: Los niños también pueden experimentar problemas de autoconcepto, como preocupación excesiva por complacer a los demás, ser demasiado cerrados o sensibles a las críticas, y no asumir responsabilidad por sus propias acciones.[15]

Véase también editar

Referencias editar

  1. a b Psicopedia (16 de septiembre de 2022). «¿Qué es el autoconcepto y cómo se forma?». Psicopedia - Psicología, Psicoterapias y Autoayuda. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  2. a b c d «El autoconcepto». Gabinet Psicològic Mataró. 22 de marzo de 2019. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  3. a b c «Autoconcepto, ¿qué opinión tienes sobre ti mismo? - IEPP». Instituto Europeo de Psicología Positiva. 3 de marzo de 2020. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  4. a b c d Vera, Alejandro (29 de junio de 2021). «Autoconcepto: qué es, ejemplos y diferencias con autoestima». Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  5. a b c Ruiz, Javier (3 de febrero de 2015). «EDUCACIÓN Y GRAFOLOGIA: COMPONENTES DEL AUTOCONCEPTO O SELF». EDUCACIÓN Y GRAFOLOGIA. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  6. «Autoconcepto». Diario ABC. 31 de diciembre de 2020. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  7. a b c d «características del autoconcepto». www.slideshare.net. Instituto tecnológico superior de FRESNILLO. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  8. Peiró, Rosario. «Autoconcepto». Economipedia. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  9. Massenzana, FB (2017). «Autoconcepto y autoestima: ¿sinónimos o constructos complementarios?». PSSOCIAL. Revista de investigación en psicologia social. 
  10. Díaz Loving, Rolando (1991). Introducción a la psicología : un enfoque ecosistémico. Trillas. ISBN 968-24-4034-3. OCLC 32753488. Consultado el 12 de abril de 2022. 
  11. Tamayo, Álvaro (1982). «Autoconcepto, sexo y estado civil». Revista de la Asociación Latinoamericana de Psicología Social (2): 3 - 15. 
  12. «“Desarrollo del Autoconcepto en el niño de Educación Primaria a través de un Plan de Acción Tutorial”». FACULTAD DE EDUCACIÓN DE SORIA (Universidad de Valladolid). 2015. 
  13. a b «Desarrollo del Autoconcepto - Desarrollo Evolutivo en la Infancia II». www.aulafacil.com. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  14. a b Aprende, Educa y (29 de enero de 2019). «La importancia del Autoconcepto en la adolescencia». Portal educativo: Educa y Aprende. Consultado el 27 de agosto de 2023. 
  15. a b c d e Psicólogos, Avance (20 de enero de 2021). «Los 4 problemas de autoconcepto más frecuentes». Avance Psicólogos Madrid. Consultado el 27 de agosto de 2023.