Beatriz Galindo

escritora y humanista española

Beatriz Galindo, llamada la Latina (Salamanca, c. 1465-Madrid, 23 de noviembre de 1535), fue una humanista castellana, dama de compañía y maestra de la reina Isabel la Católica. A la muerte de su esposo, se retiró de la corte y ejerció mecenazgo caritativo-religioso, fundando un hospital y dos conventos.

Beatriz Galindo

Anónimo. Retrato femenino (¿Beatriz Galindo, La Latina?), Madrid, Museo Lázaro Galdiano
Información personal
Nacimiento c. 1465
Salamanca
Fallecimiento 23 de noviembre de 1535
Madrid
Sepultura Convento de la Concepción Jerónima Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Español
Familia
Cónyuge Francisco Ramírez de Madrid
Educación
Educada en Universidad de Salamanca Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Escritora, humanista, maestra de latín y gramática de Isabel la Católica
Empleador
  • Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (Universidad de Salamanca)
  • Isabel I de Castilla Ver y modificar los datos en Wikidata
Seudónimo La Latina

Biografía editar

Natural de la ciudad de Salamanca, su fecha de nacimiento aún suscita algunas dudas: la mayoría de investigadores la sitúan en 1465, pero algunos en 1464.

Nació en el seno de una familia hidalga que había sido acaudalada, pero venida a menos. Era probablemente hermana de Gaspar de Gricio, que tuvo en la corte el cargo de secretario del príncipe Juan y que después lo fue de la reina Isabel, por tanto su padre sería Juan López de Gricio. Parece que su varonía era Gricio, linaje hidalgo del reino de León, y que por algún costado provenía de los Galindos de la ciudad de Écija.[1]​ La otra posibilidad es que su padre fuera Martín Fernández Galindo, caballero de Écija y comendador de la Orden de Santiago.[2]

 
Monumento a Beatriz Galindo en Madrid.

Según se ha escrito durante siglos, a causa de su inteligencia y afición a las letras, sus padres la eligieron entre las hijas del matrimonio para destinarla al claustro, y decidieron que tomase clases de gramática en una de las escuelas de la Universidad de Salamanca. Mostró grandes dotes para el latín: a los quince años de edad, no sólo leía y traducía bien los textos clásicos, sino que también era capaz de hablar y escribir en esta lengua con gran corrección y fluidez. Su fama se extendió primero por Salamanca y después por todo el reino y empezó a ser conocida como la Latina. También dominaba el griego, y gustaba especialmente de Aristóteles. En 1486, cuando se estaba preparando para ingresar en el convento como monja, fue llamada por la reina Isabel la Católica a la corte. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo describió a Beatriz Galindo como:

...muy grande gramática y honesta y virtuosa doncella hijadalgo; y la Reina Católica, informada d'esto y deseando aprender la lengua latina, envío por ella y enseñó a la Reina latín, y fue ella tal persona que ninguna mujer le fue tan acepta de cuantas Su Alteza tuvo para sí.
Gonzalo Fernández de Oviedo, Batallas y quincuagenas

Su presencia en la Corte no se limitó únicamente a sus labores como preceptora, sino que, como narra Lucio Marineo Sículo, la reina tenía en muy alta estima sus consejos.

Casada en diciembre de 1491 con el capitán artillero y consejero de los Reyes Católicos Francisco Ramírez de Madrid, boda para la que los Reyes Católicos le dieron una dote de 500.000 maravedíes, tuvo dos hijos,[3]​ Fernán y Nuflo. Enviudó en 1501, retirándose de la corte y asentando su residencia en Madrid, en el que hoy es el Palacio de Viana, que está muy remodelado.

Se le debe la fundación del hospital de la Latina (1499-1507) y de los conventos o monasterios de la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima (donde fue enterrada), en Madrid. Se le atribuyen poesías latinas y unos Comentarios a Aristóteles. Escribía poesía en latín y había estudiado teología.

Puellae doctae editar

 
Firma hológrafa de Beatriz Galindo (Granada, 19 de marzo de 1501).

Beatriz Galindo[4]​ forma parte de este grupo de mujeres educadas desde su infancia en las lenguas clásicas, latín y griego, y a las que se instruyó con todo el saber del humanismo, exceptuando la retórica, que se suponía propio de los varones ya que preparaba para la política y la guerra.[5]​ Formaron parte de las cortes renacentistas peninsulares[6]​ durante los siglos XV y primera mitad del siglo XVI y tuvieron como impulsoras principalmente a la reina Isabel la Católica y a Doña María de Portugal. Isabel iba a favorecer la creación de la Casa de la Reina, espacio de encuentro de estas mujeres eruditas. Los libros fueron bienes muy estimados.[7]

Son una de las varias respuestas peninsulares junto a Isabel de Villena, Teresa de Cartagena y otras a la Querella de las mujeres. Christine de Pisan fue ampliamente conocida en el mundo humanista peninsular. Ejemplo de ello es que la reina Isabel tenía un ejemplar en francés de La ciudad de las damas en su biblioteca.[8]​ La lengua generalmente usada en sus escritos es el latín.[8]

 
Escultura yacente de Beatriz Galindo, en el Museo de San Isidro. Forma parte del cenotafio que estuvo en el convento de la Concepción Francisca (de la calle Toledo, de Madrid).

En España la lista es larga y especialmente ilustre. La encabezan cinco reinas que fueron discípulas de Beatriz Galindo: la propia reina Isabel I y sus cuatro hijas: Juana, reina de Castilla; Catalina, reina de Inglaterra, e Isabel y María, reinas ambas de Portugal. También cabe citar a Luisa de Medrano, primera profesora de una universidad hispánica; a Francisca de Nebrija, hija de Antonio de Nebrija, que colaboró con su padre en la Gramática castellana y le sucedió en la cátedra de retórica; a María Pacheco, hija del conde de Tendilla y mujer del comunero Padilla; a Ana de Cervatón, señora de Chucena, dama de honor de la reina Germana de Foix;[3]​ a Juana de Contreras, que como la anterior fue discípula y corresponsal de Lucio Marineo Sículo;[3]​ y a otras muchas como Ángela de Carlet o Isabel de Vergara.[3]​ Todas fueron brillantes cultivadoras del género epistolar, pero no se conserva de ellas mucha obra escrita, salvo de Luisa Sigea.[9]

Lucio Marineo Sículo informaba que se retiró de su libro De las cosas memorables de España, por prohibición del rey Carlos I, "la mención de ilustres varones y no pocas mujeres dignas de ser recordadas":

Subduximus itaque de volumine viros illustres et nonullas etiam mulieres memoratu dignas.[10]

Este dato indica que la referencia a Luisa de Medrano y otras mujeres insignes fueron borradas por orden real.

Sin embargo, en un estudio de 2019, Carabias Torres mostró que Beatriz Galindo trabajó como "moza de cámara" (criada), y no como maestra, en la corte de Isabel la Católica.[11][12]

Monumentos funerarios editar

La propia Beatriz Galindo encargó varios monumentos funerarios en memoria de su esposo y de ella misma, que fueron realizados al estilo renacentista plateresco, en el año 1531. Esos cenotafios, o sepulcros vacíos, fueron instalados en los dos monasterios que fundó: la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima.

 
Retrato de Beatriz Galindo en su monumento funerario del año 1531. Este cenotafio se conserva en la iglesia del cuarto Monasterio de la Concepción Jerónima, en Madrid.

Tras su muerte en 1535, fue enterrada en la iglesia del primer Monasterio de la Concepción Jerónima, pero no en ese sepulcro, sino bajo el altar del coro alto.[13]​ Tras la muerte de su marido, Beatriz heredó gran parte de su patrimonio, como el Hospital y el Monasterio de la Concepción Jerónima. Pero Beatriz fundó un nuevo monasterio, el de la Concepción Francisca. Sin embargo, fue en un tercer edificio donde se ubicaron en el siglo XIX los cuerpos (en sus respectivos mausoleos) de Beatriz y su esposo, dándose cuenta de que los cuerpos no estaban presentes. Tras muchos años de investigación, se descubrió que gracias a la gran relación que tenía con Isabel La Católica, Beatriz estaba enterrada en el Monasterio de San Jerónimo, por lo que su cuerpo se encontraba en Granada. Sin embargo, actualmente tanto el cuerpo como los cenotafios se encuentran en Madrid, ya que el monasterio de Granada se encontraba en mal estado. Esto provocó que, a finales del siglo XIX, en 1891, se trasladaran sus restos al nuevo convento de la calle de Lista, y de allí pasaron a la cripta de la iglesia del cuarto monasterio de la Concepción Jerónima, en El Goloso. Tanto sus restos como esos cenotafios han ido acompañando a la comunidad religiosa en sus sucesivas sedes.

En cambio, los otros cenotafios del antiguo convento de la Concepción Francisca, actualmente se encuentran en el Museo de San Isidro, o de los orígenes de Madrid. Estos sepulcros tienen motivos diferentes, aunque son del mismo estilo renacentista plateresco. Destaca la escultura yacente de Beatriz Galindo, en alabastro. Ahora también hay dos institutos en España con su nombre.

Respecto al legado artístico, tras el encargo de los cenotafios, Beatriz se aseguraba la perpetuación de su fama, lo cual era muy común entre las familias pudientes de entonces. Es necesario mencionar a los cenotafios ya que su calidad recuerda a los inicios de renacimiento. Hay que comentar brevemente que ambos, tanto el de Beatriz como el de su marido están decorados por su figura correspondiente yacente. Son pues un magnífico ejemplo de ese arte funerario tan característico de nuestra cultura. Su traslado se hizo con extrema precaución y respeto, no solo por la importancia de la escritora, sino también para preservar esa obra del renacimiento de sufrir algún daño.

Reconocimientos editar

 
Cartel del Metro de la estación de La Latina, en la calle Toledo, de Madrid.

Madrid honra de varias maneras la memoria de esta ilustre vecina y benefactora de la villa: con el odónimo de la calle de Beatriz Galindo, en los jardines de Las Vistillas, y con los topónimos de dos divisiones del municipio, que aluden a ella por su apodo. El barrio de La Latina, en el casco antiguo, debe su nombre tradicional al antiguo hospital y convento fundados por Beatriz Galindo junto a la plaza de la Cebada. Y, además, en 1971 el ayuntamiento dio el nombre de Latina, a uno de los distritos resultantes de dividir en tres el de Carabanchel, surgido en 1948 por la anexión de los municipios de Carabanchel Alto y Bajo. El distrito de Latina —que no se ha de confundir con el barrio de igual nombre, ni le es aledaño— erigió en 1999 un monumento a Beatriz Galindo en la plaza de la Puerta del Ángel: una estatua colosal de bronce, obra del escultor José Luis Parés, que representa a la docta dama sentada ante su escritorio.

Diversos centros de enseñanza llevan su nombre en España; así, al terminar la guerra civil, en 1940, fue fundado el Instituto de Enseñanza Secundaria Beatriz Galindo, en el Palacio de Villapadierna de la calle de Goya, núm. 10 de Madrid.[14]​ Otros centros de enseñanza se encuentran en Motril, Marbella, Alcalá de Henares (donde también tiene una calle), Bollullos de la Mitación, Salamanca, y en el barrio de Aluche de Madrid.

Un Airbus 340-313x de la flota Iberia, matrícula EC-GUQ, llevó también su nombre.

También se le otorga la realización de varios escritos de los cuales no se ha conservado ninguno. Estas obras serían poemas escritos y dos documentos: Notas y comentarios sobre Aristóteles y Anotaciones sobre escritos clásicos.[15]

Véase también editar

Referencias editar

  1. Cfr. Luis de Salazar y Castro, Advertencias históricas... (Madrid, 1688), pp. 138-139, y Gonzalo Fernández de Oviedo, Batallas y quinquagenas, vol. II (Madrid, RAH, 2000), pp. 187-188.
  2. Beatriz Galindo en la Real Academia de la Historia
  3. a b c d Bel Bravo, María Antonia. Humanismo y humanistas. Consultado el 11 de diciembre de 2017. 
  4. Segura Graiño, Cristina (2011). «Beatriz Galindo: ejemplo de humanista laica». Miscelánea Comillas (Vol 69, núm 134). Consultado el 4 de diciembre de 2017. 
  5. Caballé, Anna. Por mi alma os digo: de la Edad Media a la Ilustración. Círculo de lectores. p. 106. ISBN 84-226-9863-3. 
  6. Borreguero Beltrán, Cristina (2011). «Puellae Doctae en las cortes peninsulares». Dossiers feministes Universitat Jaume I. ISSN 1139-1219. Consultado el 4 de diciembre de 2017. 
  7. Alvárez, María Teresa (2005). Ellas mismas. La esfera de los libros. p. 82. ISBN 9788497341158. 
  8. a b Rivera Garretas, María Milagros (1996). «La querella de las mujeres: una interpretación desde la diferencia sexual». Política y Cultura [en linea]: 28-30. ISSN 0188-7742. Consultado el 4 de diciembre de 2017. 
  9. Amores Pérez, Raúl (2017). «Luisa Sigea de Tarancón y la Infanta doña María de Portugal: "amicitia" entre desiguales, aprendizaje en común». Ayuntamiento de Tarancón. 
  10. Oettel, Thérèse (1935). Una catedrática en el siglo de Isabel la Católica Luisa (Lucía) de Medrano. Consultado el 12 de mayo de 2019. 
  11. En 2019, a solicitud de D. Adolfo Domínguez Perrino, Jefe del Servicio Territorial de la Delegación Territorial de Salamanca, Servicio Territorial de Cultura y Turismo, Junta de Castilla y León (Asunto: Solicitud de informe medallones Beatriz Galindo y Lucía de Medrano. Expte. OT-109/2018)
  12. Carabias Torres, Ana María (14 de noviembre de 2019). «Beatriz Galindo y Lucía de Medrano: ni maestra de reinas ni catedrática de derecho canónico». Investigaciones Históricas. Época Moderna y Contemporánea (39): 179-208. ISSN 2530-6472. doi:10.24197/ihemc.39.2019.179-208. Consultado el 7 de marzo de 2023. 
  13. Almudena de Arteaga (2007). Beatriz Galindo, la Latina: maestra de reinas. Madrid: Algaba, p. 194. ISBN 978-84-96107-89-2.
  14. «Página del I.E.S. Beatriz Galindo». Archivado desde el original el 17 de septiembre de 2017. Consultado el 29 de agosto de 2018. 
  15. CASO, Ángeles (2005). Las olvidadas. Editorial Planeta. 

Bibliografía complementaria editar

Enlaces externos editar