Corrido de Monterrey

El Corrido de Monterrey es una canción representativa del estado de Nuevo León, y muy particularmente de Monterrey, ciudad y capital de éste.

Entre los sitios que se mencionan en el corrido cabe destacar el Cerro de la Silla representativo de la ciudad y del estado.


En letra y música de Severiano Briseño, el corrido dice:

Tengo orgullo de ser del norte
del mero San Luisito
porque de ahí es Monterrey
de los barrios el más querido
por ser el más reinero, ¡sí señor!
barrio donde nací.

Y por eso soy norteño
de esa tierra de ensueño
que se llama Nuevo León,
tierra linda que siempre sueño
y que muy dentro llevo, ¡sí señor!
llevo en el corazón.

Desde el Cerro de la Silla
se divisa el panorama
cuando empieza a anochecer,
de mi tierra linda y sultana,
y que lleva por nombre, ¡sí señor!
Ciudad de Monterrey.

En sus huertos hay naranjales
tupidos de maizales
con sus espigas en flor,
y en sus valles los mezquitales
curvean caminos reales, ¡sí señor!
bañados por el sol.

En mi canto ya me despido
cantando este corrido
que es de puro Monterrey;
ese suelo tan bendecido,
por ser el muy querido,
verdad de Dios que sí.

Desde el Cerro de la Silla
se divisa el panorama
cuando empieza a anochecer,

de mi tierra linda y sultana,
y que lleva por nombre ¡sí señor!
Ciudad de Monterrey.


En letra y música de Pedro Infante, el corrido dice:

Tengo orgullo de ser del norte
del mero San Luisito
porque de ahí es Monterrey
de los barrios el más querido
por ser el más reinero, ¡sí señor!
barrio donde nací.

Y es por eso soy norteño
de esa tierra de ensueño
que se llama Nuevo León,
tierra linda que siempre sueño,
que muy dentro llevo, ¡sí señor!
llevo en el corazón.

Desde el Cerro de la Silla
se divisa el panorama
cuando empieza a anochecer,
de mi tierra linda y sultana,
y que lleva por nombre, ¡sí señor!
Ciudad de Monterrey.

En sus huertos hay naranjales
tupidos de maizales
con sus espigas en flor,
y en sus valles los mezquitales
curvean caminos reales, ¡sí señor!
bañados por el sol.

En mi canto ya me despido
cantando este corrido
que es de puro Nuevo León;
ese suelo tan bendecido,
por todos muy querido, ¡sí señor!
Ciudad de Monterrey.

Desde el Cerro de la Silla
se divisa el panorama
cuando empieza a anochecer,

de mi tierra linda y sultana,
y que lleva por nombre ¡sí señor!
Ciudad de Monterrey.