Los esciápodos o monopodos (también monocoli o monóscelos) son seres mitológicos con un solo pie o pie enorme, que se extiende desde una pierna gruesa centrada en el medio de su cuerpo. El nombre Skiapodes se deriva de σκιαποδες - "Pies de sombra" en griego y monocoli de μονοκωλοι - 'una sola pierna' en griego

Un esciápodo de Las Crónicas de Nuremberg (1493).

Su nombre significa "sombrapie" y es debido a su costumbre de elevar la pierna cual sombrilla y darse sombra así. Escílax de Carianda habla de ellos en el siglo VI a. C., ubicándolos en la India. Allí también los ubica, en el siglo I d. C., Plinio el Viejo en su Naturalis historia (Libro VII, Cap. II.[1]​).

Siglos después, con el advenimiento del cristianismo, la leyenda perdura. San Agustín (S. IV) ofrece una somera descripción de ellos:

Asimismo afirman que hay una nación en que no tienen más que una pierna y que no doblan la rodilla y son de admirable velocidad, a los cuales llaman sciopodas.

Referencias en la historia premoderna editar

Los Esciápodos se presentan en la obra de Aristófanes Las aves, por primera vez en el año 414 antes de Cristo.

Estos fueron descritos por Plinio el Viejo en Naturalis historia. Plinio describe cómo los viajeros han informado de sus encuentros o avistamientos de monopodos en la India y registra sus historias. Plinio menciona que los monopodos son nombrados por primera vez por Ctesias en su libro La India, un registro de la vista de los persas a la India, del que sólo quedan fragmentos. Plinio describe así a los Monopodos en su Naturalis historia 7:2.

El [Ctesias] habla también de otra raza de hombres, que se conocen como Monocoli, que tienen una sola pierna, pero son capaces de saltar con una agilidad sorprendente. A estas mismas personas también se les llama Sciapodae, porque tienen el hábito de tirarse sobre sus espaldas, durante el tiempo del calor extremo, y protegerse del sol por la sombra de sus pie.

Philostratus menciona a los Skiapodes en su Vida de Apolonio de Tiana, que es citada por Eusebius en su Tratado sobre Hierocles. Apolonio de Tiana creía que los Esciápodos vivían en la India y Etiopía, y pregunta a los sabios indios Iarkhas sobre su existencia.

La leyenda de los esciápodos sobrevivió hasta la Edad Media. Isidoro de Sevilla menciona esta extraña criatura en su Etymologiae.

Origen editar

De acuerdo con Carl A.P. Ruck, la existencia de los Monopodos citada en la India se refiere a la védica Aja Ekapad ("no-nacido de un solo pie"), un epíteto para el soma. Dado que Soma es visto como una deidad, su carácter botánico y apariencia representaría el tallo de un enteógeno o un hongo. [1]

Es posible que el mito derive de una interpretación errónea de la práctica de los yoguis indios (sadhu) de meditar sobre un pie.

En la novela de Umberto Eco Baudolino, el protagonista llega a un país donde, entre otras criaturas mitológicas, aparecen esciápodos. Uno de ellos llega a ser amigo de Baudolino, y le acompaña en su viaje de vuelta a occidente.

Referencias modernas y en la cultura popular editar

Las Crónicas de Narnia editar

C.S. Lewis introduce a los monopodos en el libro La travesía del Viajero del Alba, de la serie de fantasía Las Crónicas de Narnia.

En la historia, los Duffers, una tribu de enanos monopodicos, habitan una pequeña isla en el océano extremo oriental, cerca de la orilla del mundo de Narnia, junto con un mago, Coriakin, que era el encargado de su cuidado. Originalmente eran enanos normales, con dos piernas, pero se transformaron en monopodos por Coriakin, como un castigo. Los Duffers estaban tan descontentos con su apariencia (se dijo que habían sido "afeados") que se hicieron invisibles. Lucy Pevensie más tarde los haría visibles de nuevo. Fueron (re)descubiertos por los exploradores de la nave de Narnia, el Viajero del Alba, que había atracado en la isla para descansar y reabasteserce. El barco estaba en una expedición hacia el este, tanto en un viaje de descubrimiento como en la búsqueda de un buque anterior de Narnia que había sido enviado en una expedición similar a principios de año.

Después de aclarar ciertos malentendidos sobre el papel de Coriakin en la isla, los narnianos (y tres niños británicos de la Tierra de mediados del siglo XX: los hermanos Edmund y Lucy Pevensie y su primo Eustace Scrubb) les enseñaron a los Duffers la forma de navegar sobre el agua. Mediante el uso de pequeños remos y saltando en el agua ligera, los enanos fueron capaces de remar alrededor, cada uno flotando en su zapato de gran tamaño. Antes de partir, los viajeros a renombraron a los Duffers como "Monopodos", sin embargo, los Duffers mezclarían el nombre, diciendo: "Moneypuds y Pomonods y Poddymons". Con el tiempo, se establecieron en el nombre "Dufflepuds".

Los Dufflepuds son similares a los demás enanos de Narnia otros, salvo por su única pierna, misma que era por lo general de alrededor de tres pies de largo y terminada en un gran pie, calzado con un zapato en forma de barco. Cuando dormían, cada enano yacía sobre su espalda con su pie en el aire, que actúa como una especie de paraguas sobre ellos, creando una apariencia de hongo cuando se ve desde la distancia. Según el libro de Brian Sibley La tierra de Narnia, Lewis pudo haber basado su aparición en los dibujos del Mapamundi de Hereford.

Esciápodos en Baudolino editar

Umberto Eco en su novela Baudolino describe un esciápodo llamado Gavagai. El nombre de la criatura "Gavagai" es una referencia a un ejemplo de Quine de la Indeterminación de la traducción.

Otros editar

El esciápodo es parte de la serie Monster in My Pocket .

Una leyenda Sudamericana menciona a una mujer Monopoda llamada 'Patasola'.

Sukiya Podes (una romanización japonesa de Skiapodes) es un personaje de la serie Puyo Puyo.

En la leyenda Owain, o la Dama de la Fuente, un sciapod enorme tiene control sobre los animales y una fuerza física excepcional.

Se dice que "Abaporu" del modernista brasileño Tarsila do Amaral es la represencation de un sciapod.

Tim MacIntosh-Smith menciona brevemente a los monopodos en 'Yemen - Travels in Dictionary Land'

Véase también editar

Referencias editar

  1. Plinio, Gerónimo de la Huerta (trad.), (1624) Historia Natural de Cayo Plinio Segundo, Tomo I, p. 254.

Enlaces externos editar