Filosofía en el Perú

La filosofía en el Perú es desarrollada desde la etapa virreinal, aunque se discute su origen en su etapa andina. Este se extendió en la época republicana, con el surgimiento de movimientos políticos.

Etapa pre-virreinal editar

Esta etapa es oscura (ya que no se poseen documentos escritos que reflejen el pensamiento andino-peruano). Solo se poseen referencias posteriores a la conquista de América, de cronistas españoles o mestizos.[1]

Al teorizar sobre esta fase, se debate la presencia o no de la filosofía, en la estructura del pensamiento andino. Al respecto existen dos tesis:

  • Tesis negativa: No existió filosofía. El concepto de filosofía que manejan los autores que defienden esta tesis es el «estricto», es decir, aquella forma de conocimiento surgida en la Antigua Grecia, que en la actualidad se caracteriza por totalizadora, radical, sistemática, metódica, etc. Obviamente, esas características no existieron entre los antiguos peruanos. Por ende, se concluye, solo cabe hablar de un «pensamiento» complejo, que no deslindó nunca con las creencias mítico-religiosas. Esta tesis fue postulada por Augusto Salazar Bondy, María Rivara de Tuesta y David Sobrevilla.
  • Tesis afirmativa: Sí existió filosofía. El concepto de filosofía que manejan los autores que defienden esta tesis es el «amplio», es decir, como cosmovisión o concepción del mundo. Todo pueblo ha tenido y tiene cosmovisión (y por lo tanto, filosofía en este sentido amplio). Por ende, entre los antiguos peruanos también hubo filosofía. Se suele derivar esta posición de las investigaciones que el mexicano Miguel León Portilla hizo sobre el pensamiento nahuatl. Sin embargo, recientemente se le ha dado un «giro intercultural» a esta tesis, siendo encabezada por el suizo Josef Estermann (autor del libro Filosofía andina).

Etapa virreinal editar

Aquí se desarrolla el pensamiento en el contexto de la invasión española y su influencia en el territorio.[2]​ Se tiene las siguientes sub-etapas:

Filosofía Novohispana peruana editar

En los casi tres siglos del Perú virreinal la filosofía peruana es de una riqueza inusitada. La filosofía virreinal peruana no es simplemente una meditación teológica-filosófica del mundo, sino que se da vinculada con la realidad del indio y los problemas intrínsecos que representa la instauración de un nuevo reino cristiano. Se presenta la tendencia escolástica, la mística y el naturalismo cristiano. En escolástica se hacen presentes la tendencia tomista, el escotismo, el agustinismo, y una fuerte impronta de la neoescolástica del siglo de Oro español (1550-1650) con Bañez, Vitoria, y Suárez. Un intento de periodificación permite ver con mayor claridad el dinamismo filosófico del periodo:

  • Neoescolástica renacentista Novoperuana (1550-1600)
  • Neoescolástica Innovista Novoperuana (1600-1650)
  • Neoescolástica Parola Novoperuana (1650-1700)
  • Neoescolástica Exhibicionista Novoperuana (1700-1750)

En la neoescolástica renacentista novoperuana (1550-1600) predomina el tema del indio. Por un lado se presenta el pensamiento escolástico más conservador, de la contrarreforma tridentina. El objetivo de este pensamiento es justificar la invasión española, con pretextos guerreristas o de dominio imperial. Por otro lado se produce un debate filosófico: se discute la humanidad del indígena americano (y por ende peruano) y se da una lectura evangélica a la construcción de un nuevo reino. Al respecto existieron dos posiciones:

  • La interpretación esclavista de Ginés de Sepúlveda: El indio no es humano, tesis guerrerista. El indio es subhumano, porque no acepta la doctrina cristiana, porque se resiste a «la conquista», y a aceptar al Monarca español como su corrupción política, y al Papa romano como su autoridad espiritual. Esto, postulan, se debe a que son «salvajes», habiendo nacido solo para obedecer. Por lo tanto es justo hacerles la guerra y hacerlos esclavos.
  • Interpretación evangélica-humanista: El indio sí es humano, tesis humanista. El indio sí es humano, porque también está hecho a imagen y semejanza divinas. Además, progresivamente acepta la doctrina cristiana. Es natural que tengan hostilidad a una verdad que no conocen. De alguna manera el Inca Garcilaso de la Vega y el padre chachapoyano Blas Valera habrían sido sus precursores y habría sido postulada, según los adherentes a esta posición, por el padre Bartolomé de las Casas.

En la Neoescolástica Barroca Novoperuana (1600-1650) predominaría la meditación moral y místico religiosa. Es el momento del surgimiento de las grandes figuras místicas (la terciario dominica Santa Rosa de Lima, el beato San Martín de Porres y el dominico San Juan Macías). En el campo especulativo habría destacado la figura del místico Antonio Ruiz de Montoya y su obra "El sílex del amor divino" (1651).

En la Neoescolástica barroca Novoperuana (1650-1700)se desarrolla la meditación sobre los límites del conocimiento y el debate sobre las virtudes morales, todo esto muy en consonancia con la fase de estabilización del reino del Perú. Destacan Diego de Avendaño, que sintetiza el tomismo con el suarismo; Juan Pérez de Menacho, la figura más brillante de la filosofía virreinal peruana, erudito del tomismo y autor de importantes tratados morales; Juan Espinoza Medrano, gran tomista; entre otras figuras.

En la Neoescolástica barroca Novoperuana (1700-1750)se desarrolla con fuerza el debate del probabilismo y los atisbos de ciencia empírica con José Eusebio de Llano Zapata, y el naturalismo cristiano con Don Pedro de Peralta Barnuevo. Con el eclecticismo peruano (Unanue, Baquíjano, Rodríguez de Mendoza) la neoescolástica peruana demuestra su fatiga y lo inviable del espíritu virreinal. El eclecticismo del setecientos prepara el espíritu independentista y corresponde a una situación pre-revolucionaria.

Ilustración peruana editar

En este período, también llamado la emancipación criolla, la llamada «clase criolla» virreinal (descendientes de españoles, pero nacidos en el Perú) preparó ideológicamente la independencia política. Existieron influencias del pensamiento racionalista e ilustrado francés. Se fundaron órganos de difusión de ideas «peruanistas» (por ejemplo, el Mercurio Peruano). Este proceso es paralelo a las luchas indígenas por la recuperación de su autonomía, encabezadas por Túpac Amaru II.

Se fundó la sociedad Amantes del Perú.

Etapa republicana editar

Romanticismo peruano editar

Este período es posterior a la independencia criolla. Sin discutir cambios sobre la estructura económica virreinal (de carácter feudal), se procedió a elaborar un debate sobre la forma de gobierno que debe tener la nueva República del Perú (fundada en 1821). Se sostuvieron dos tesis:

Etapa cosmopolita editar

Posterior a la Guerra del Pacífico (Chile-Perú-Bolivia), se desarrolló un pensamiento filosófico vinculado a la necesidad de una renovación de mentalidad. Por ello los filósofos se remitieron a otros productos del pensamiento europeo no español. Se tuvieron sobre todo influencias inglesas y francesas.

Positivismo editar

Influenciado por el inglés Herbert Spencer, se exalta la ciencia como generadora de orden y progreso. El principal representante de esta corriente fue Manuel Gonzáles Prada. Con influencias del anarquismo, Gonzáles Prada establece una crítica a los grupos de poder tradicionales en el Perú, culpables del desastre de la guerra, y de la ruina moral de las grandes mayorías indígenas. Propone ruptura total con las formas de pensamiento virreinal y, mediante la educación científica, elevar a la población a la modernidad. También se encuentra Manuel V. Villarán.

Espiritualismo editar

Surge como oposición al positivismo, con influencias del francés Henri Bergson. Proclama «libertad académica» en los claustros universitarios, y empieza a hacer una sistematización del pensamiento europeo, pero no hay un abordaje riguroso la problemática nacional. Los principales representantes de esta tendencia fueron Alejandro Deústua y Mariano Ibérico.

Etapa nacional editar

Socialismo y movimientos sociales editar

Se desarrolla en parte como respuesta a la progresiva inserción de la influencia capitalista en el país, sobre todo de los Estados Unidos, sus abusos y la consecuente conflictividad social.

En este período trata de interpretarse el carácter de la realidad nacional, y la manera de solucionar sus problemas. Surgen así las siguientes corrientes:

  • Anarquismo peruano. Ligado al movimiento sindical. Interpreta al Perú como ligado a la lucha de los sindicatos contra la patronal. Promueve el Paro Nacional como método de lucha y cambio. Sus más conocidos representantes fueron Manuel y Delfín Lévano (padre e hijo).
  • Aprismo. Ligado a los sectores de clase media en el Perú. Interpreta al país como una nación feudal, necesitada del inversionista extranjero para desarrollarse de modo capitalista, y generar un empresariado nacional fuerte. Promueve el antiimperialismo nacionalista como método de lucha y cambio. El fundador de esta tendencia fue Víctor Raúl Haya de la Torre.
  • Marxismo-leninismo peruano. Ligado a los sectores proletarios urbanos. Interpreta al Perú como un país semifeudal y semivirreinal, necesitado de una organización fuerte del proletariado para «crear heroicamente» el socialismo en el Perú. Promueve la revolución democrático-nacional como método de lucha y cambio. El fundador de esta tendencia fue José Carlos Mariátegui.
  • Socialcristianismo peruano. Siendo su más conocido representante Víctor Andrés Belaunde. Se concibe al Perú como la combinación de lo indígena con lo hispánico.[3]

Crítica del pensamiento académico en el Perú editar

Se establece, a partir de los años sesenta un cuestionamiento por la ligereza con la que los claustros universitarios venían procesando la realidad nacional. Se promueven maneras de integrar el trabajo académico al progreso del Perú.

El principal representante fue Augusto Salazar Bondy. Dicho autor cuestiona el carácter imitativo y carente de originalidad del pensamiento peruano y latinoamericano. La «falta de autentidad» se debe a la dominación económica y social a la que es sometido el pueblo peruano. Por otro lado, Francisco Miró Quesada Cantuarias, desde una óptica humanista, propone pautas para desarrollar el «proyecto del filosofar latinoamericano».

Proyectos de filosofía de la liberación editar

Recientemente se ha desarrollado la filosofía de la liberación, cuyo principal iniciador es, nuevamente, Augusto Salazar Bondy. Se trata que la filosofía genere condiciones para la derrota de la dependencia, y se inaugure una nueva etapa, de pensamiento libre y verdaderamente emancipado.

Nuevas tendencias editar

En constante polémica con la tendencia eurocéntrica (Rivara, David Sobrevilla) han cobrado vigencia en los últimos tiempos las investigaciones filosóficas sobre la Filosofía andina (Antero Peralta, Pacheco Farfán, Ladislao Cuéllar, Díaz Guzmán, Víctor Mazzi, Luis Alvizuri, Odilón Guillén). Gustavo Flores Quelopana ha postulado un pensamiento remitizante con dos propósitos: 1. explicar la existencia de la filosofía mitocrática no sólo en el filosofar precolombino sino en todo el filosofar ancestral no occidental, y 2. distinguir diacrónica y sincrónicamente las diversas visiones metafísicas por las que atravesó el hombre a lo largo de su historia (metafísica de visión, metafísica de la esencia, metafísica de la existencia, metafísica del percipi y la metafísica de lo virtual).

Otras corrientes recientes son el posmodernismo y hermenéutica política (Víctor Samuel Rivera), el comunitarismo de tendencia liberal (Miguel Giusti), neokantismo (Odilón Guillén), la tradición analítica (Pablo Quintanilla), anetismo-hiperimperialismo-hermenéutica remitizante (Gustavo Flores Quelopana), de la esperanza (Noe Zevallos), Epistemología (Germán Berríos), filosofía de la historia (Augusto Castro, Juan Huamanía Córdova, Ladislao Cuéllar), realismo moderado (Pedro Rodríguez), realismo aristotélico-tomista con diversos matices (Genara Castillo Córdova, Luis Francisco Eguiguren Callirgos, Luz González Umeres)

Referencias editar

  1. López, Dr Alejandro Rubina (10 de febrero de 2022). «Evidencias de la existencia de una filosofía andina prehispánica tawantinsuyana». Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar 6 (1): 2290-2320. ISSN 2707-2215. doi:10.37811/cl_rcm.v6i1.1651. Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  2. Sobrevilla, David (2012). «Nuevas tendencias en la historia de las ideas en América Latina». Solar: Revista de Filosofía Iberoamericana (8): 7-24. ISSN 1816-2924. Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  3. «Filosofía y política en el Perú». 

Bibliografía editar

  • Rivara de Tuesta, María. Pensamiento prehispánico y filosofía colonial en el Perú (Tomo I), Filosofía e historia de las ideas en el Perú (Tomo II) y Filosofía e historia de las ideas en Latinoamérica (Tomo III). 
  • Obando, Octavio. Ocaso de una impostura. El fracaso del paradigma intelectualista de la filosofía en el Perú. 
  • Huamaní Córdova, Juan. Historia de la Filosofía en el Perú. 
  • Castro, Augusto. La Filosofía entre nosotros. 
  • Cuéllar, Ladislao. Las dos grandes vertientes del filosofar latinoamericano.