Jean Paulhan

escritor francés

Jean Paulhan (Nîmes, 2 de diciembre de 1884-París, 9 de octubre de 1968) fue un escritor francés director de La Nouvelle Revue Française, desde donde ejerció una enorme influencia en las letras francesas. Pese a sus obras literarias, sobre el lenguaje y sobre el arte, y pese a su influencia, su figura ha permanecido bastante oculta y algo misteriosa. Hasta recientemente, ninguna de sus obras había sido traducida al español, aunque sí al resto de las principales lenguas europeas.

Jean Paulhan
Información personal
Nacimiento 2 de diciembre de 1884 Ver y modificar los datos en Wikidata
Nimes (Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 9 de octubre de 1968 Ver y modificar los datos en Wikidata (83 años)
París (Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cementerio de Bagneux Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa
Lengua materna Francés Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padre Frédéric Paulhan Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge
  • Dominique Aury
  • Sala Paulhan (desde 1911, hasta años 1930)
  • Germaine Paulhan (hasta 1968) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Editor, escritor, crítico literario, periodista, publicista y editor Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Periodismo, periodismo de opinión y crítica literaria Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo 1917-1968
Cargos ocupados
  • conseiller municipal de Châtenay-Malabry (fr) (1935-1941)
  • Sillón 6 de la Academia Francesa (1963-1968) Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Seudónimo Jean Guérin, Maast, Just y Lomagne Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Primera Guerra Mundial Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de Academia Francesa (1963-1968) Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones
Espero todo de la literatura. Si hay algo divino y sagrado en el mundo, es a través de la literatura como nos acercamos a ello.
[1]

Biografía editar

Jean Paulhan nació el 2 de diciembre de 1884 en Nîmes donde su padre, Frédéric Guillaume Paulhan, filósofo (y coleccionista de arte), trabaja como empleado de la biblioteca municipal. En 1896 la familia se mueve a París donde su madre, Jeanne Henriette Thérond, abre una pensión en la que se alojan estudiantes extranjeras acomodadas, principalmente polacas y rusas, que le pusieron en contacto con ambientes nihilistas y anarquistas. En la pensión se encontraba alojada Salomea Prusak, estudiante de medicina, con la que se casaría años después.

Jean Paulhan terminó sus estudios en el liceo Louis-le-Grand de París y se licenció en letras y filosofía. En 1907 suspendió su examen de profesor agregado pero fue reclutado como profesor de letras, francés, latín, moral y filosofía por el gobernador de Madagascar, a donde llegó en enero de 1908. Allí permaneció 33 meses, hasta finales de 1910. A su vuelta a París intentó conseguir una plaza en la Escuela de Lenguas Orientales, que no logró. Como se ha dicho, se casó el 6 de junio de 1911 con Salomea Prusak, Sala. En 1912 viajaron a Argelia por razones de salud de su mujer, aunque no puede excluirse que otro motivo haya sido el deseo de poner tierra de por medio por causa de sus actividades anarquistas. En agosto de 1913 nació su hijo Pierre.

En 1914 fue movilizado y en diciembre fue herido por la explosión de un obús, de resultas de lo cual arrastraría problemas de salud durante cinco años. Alcanzó el grado de sargento de Zuavos y es citado en el orden de su regimiento por el "gran valor mostrado conduciendo su sección al asalto durante el combate del Bois-Saint-Mard" (recibió la Cruz de Guerra en 1916).[2]​ Tras su hospitalización es asignado al servicio de vigilancia aérea y posteriormente al servicio de intérpretes del parque móvil.

En 1915 conoció a Germaine Pascal (de soltera Dauptain), casada y con dos hijos, de la que se enamoró. Sin embargo, su mujer e hijo se reunieron con él. Durante la guerra no dejó de escribir y publicó sus primeros libros, que le abrieron las puertas de la sociedad literaria de París. En 1918 nació su segundo hijo, Frédéric, aunque continuó viendo a Germaine.

En 1919 fue presentado a Jacques Rivière, director de La Nouvelle Revue Française (NRF) -fundada en 1909- donde comenzó un año después a trabajar y a publicar, simultaneando este empleo con el de redactor en la Direction de l'Enseignement supérieur. En 1920 comenzó su vida en común con Germaine Pascal mientras se iniciaban las difíciles gestiones para divorciarse de Sala, asunto que, como tantos otros a lo largo de su vida, fue una sorpresa para sus amigos más cercanos y que no hizo sino subrayar el carácter un tanto enigmático que siempre tuvo su vida privada.[3]

En 1925, a la muerte de Jacques Rivière, Gaston Gallimard le nombró redactor jefe de la NRF, abandonando su empleo en el ministerio de Instrucción Pública. En 1927 su enemistad con André Breton llegó al extremo de enviarle a este sus testigos para retarle a un duelo, que Breton rechazó[4]​ (parece que años después también retó a duelo a Paul Éluard). También el mismo año su mujer, Sala, es atropellada por un coche y sufre la amputación de una pierna. No está claro si se trató de un intento de suicidio - tras no conseguir que Jean Paulhan volviese a vivir con ella y sus hijos - o de un accidente. De cualquier manera, las disputas por la tutela de los hijos proseguían en los tribunales. En 1930 comenzaron los problemas de salud de Germaine. Inicialmente diagnosticados como reumatismo, será durante la guerra cuando se descubra que se trataba de Parkinson. Finalmente, en 1933, su mujer le concede el divorcio y en diciembre del mismo año se casa con Germaine. En 1935 Paulhan fue nombrado director de la NRF, puesto que desempeñaba de facto desde hacía varios años. En 1936 comenta: Ce qui se passe en Espagne est atroce. Ese mismo año es nombrado gerente de la NRF y crea la serie Métamorphoses de la editorial Gallimard.

Comienza la segunda guerra mundial y en junio de 1940 la NRF se desplaza a Carcassonne. Francia y Alemania firman el armisticio el 22 del mismo mes y Jean Paulhan se incorpora a la resistencia mientras maniobraba en Vichy para que la NRF no sea prohibida. Bajo la dirección de Drieu la Rochelle, la NRF vuelve a editarse en diciembre de 1940, así como el primer número clandestino de la revista Résistance que nace alrededor del grupo del Musée de l'Homme y del que forma parte Paulhan, quien también sirve de puente para hacer llegar fondos a la editorial clandestina Les Éditions de Minuit, en cuya fundación participó y de la que era director literario.

 
Jean Paulhan en la clandestinidad (1944)

En 1941 fundó junto a Jacques-Decour la revista Les Lettres françaises tras el cierre por la Gestapo de la imprenta donde publicaban La Pensée libre. En 1942 cae el grupo de resistencia del Musée de l'Homme y algunos de sus miembros son fusilados. Durante el mismo año los esfuerzos de Drieu la Rochelle por publicar una NRF más dócil, en la que las culturas alemana y francesa se comunicaran, se pierden en las maniobras dilatorias de Paulhan, hasta que aquel abandona la dirección de la revista. La Gestapo presiona a Gaston Gallimard para que nombre director de la NRF a Ramon Fernández.

En mayo de 1944 Jean Paulhan fue denunciado a la Gestapo como judío por Elise Jouhandeau, y fue el marido de esta, Marcel Jouhandeau, quien avisa a Paulhan de lo ocurrido. Escapó por los tejados de su casa de la "rue des Arènes" y pasó a la clandestinidad. Liberada Francia, comenzaron las purgas, también en el mundo de las letras, a las que Paulhan se opuso. Igualmente, la editorial Gallimard y la NRF se enfrentaron a las acusaciones de colaboracionistas, en particular esta última. En el año 1945 Paulhan testificó a favor de Gaston Gallimard, quien le pidió que liquidase la NRF (que no se publicaba desde 1943). El escritor Roger Brasillach fue condenado a muerte y Jean Paulhan firmó junto a otros la petición de gracia, que fue denegada. Asistió al entierro de Drieu la Rochelle;[5]​ recibe la medalla de la Résistance française.

 
Jean Paulhan (1967)

En 1947 comenzó su relación con Dominique Aury, al tiempo que mantenía otra desde hacía algún tiempo con Edith Boissonnas, con quien rompería al año siguiente. En 1950 la relación con D. Aury se hizo discretamente oficial. Mientras, su mujer, Germaine, cuya salud se había agravado, no salió de su casa desde 1951 hasta su muerte. En 1953 reapareció la NRF tras su interrupción durante la guerra. En 1954 Paulhan entregó el manuscrito de la polémica novela Histoire d'O (firmada por Pauline Réage, pero escrita por Dominique Aury, como se ha revelado cerca de su muerte,[6]​ al editor J.J. Pauvert, con lo que comenzaba el largo rosario de problemas que le acarreó ser considerado falsamente como el autor.

El texto completo ya circulaba en el círculo restringido de sus amistades desde hacía, al menos, tres años.[7]

En 1961 fue miembro del jurado del festival de Cannes (junto con Fred Zinnemann y Pedro Armendáriz, y bajo la presidencia de Jean Giono). Concedieron la Palme d'Or ex aequo para Une aussi longue absence de Henri Colpi y Viridiana de Luis Buñuel. En 1963 fue elegido miembro de l'Académie Française.[8]​ En 1964 anota: "Están pasando cosas graves, el cordobés (si vive) va a cambiar todo el arte del arte del toreo: se pega al toro". En 1966 fue nombrado miembro de la Société de philosophie. Falleció el 9 de octubre de 1968.

Obras editar

  • Les Hain-teny merinas: Poésies populaires malgaches recueillies et traduites par Jean Paulhan. (1913)
  • Le Guerrier Apliqué. (1914)
  • Lalie. (1915)
  • Progrès en Amour Assez Lents. (1917)
  • Jacob Cow le pirate ou Si les mots sont des signes. (1921)
  • Le Pont Traversé. (1921)
  • La Guérison Sévère. (1925)
  • Les Fleurs De Tarbes ou La Terreur Dans Les Lettres. (1941, apareció en cuatro números consecutivos de la NRF de junio a octubre de 1936)
  • Aytré qui Perd l'Habitude. (1943)
  • Fautrier. Oeuvres (1915-1943). (1943)
  • Clef De La Poésie Qui Permet De Distinguer Le Vrai Du Faux En Toute Observation Ou Doctrine Touchant La Rime, Le Rythme, Le Vers, Le Poète Et La Poésie. (1944)
  • Braque, le Patron. (1945)
  • F.F. ou Le Critique. (1945)
  • L'Énigme des Tableaux Modernes. (1947)
  • Lettre au Médecin. (1948)
  • De La Paille et Du Grain. (1948)
  • Le Berger d'Écosse. La Pierre Philosophale. Les Passagers". (1948)
  • Fautrier L'Enragé. (1949)
  • La Métromanie Ou Les Dessous De La Capitale. (1949)
  • Secrets. (1949)
  • Petit Livre... À Déchirer. (1949)
  • Les Causes Célèbres. (1950)+
  • Les Gardiens. (1951)
  • Le Marquis de Sade et sa Complice Ou Revanches De La Pudeur. (1951)
  • Petite Préface À Toute Critique. (1951)
  • Lettre aux Directeurs de la Résistance. (1952)
  • L'Aveuglette. (1952)
  • La Preuve par L'étymologie. (1953)
  • Les Paroles Transparentes. (1955)
  • L'Oniroscope. (1957)
  • Germaine Richier. (1957
  • De Mauvais Sujets. (1958)
  • Karskaya. (1959)
  • Du Bonheur dans L'Esclavage. (1961)
  • L'Art Informel. (1962)
  • Les incertitudes du langage. (1970, transcripción de conversaciones en la radio)
  • La peinture cubiste. (1971)

Sus obras completas se editaron a partir de 1966 en cinco volúmenes (Cercle du livre précieux, Claude Tchou). La editorial Gallimard ha comenzado una nueva edición de las mismas, de las que ya han aparecido los dos primeros volúmenes (marzo de 2009).

  • Su Correspondencia con Gaston Gallimard (1919-1968), sale en 2012

Fuentes y bibliografía editar

  • Chronologie biographique de Jean Paulhan (1884-1968). En curso, por Claire Paulhan y Bernard Baillaud, 2003.

Enlaces externos editar

Citas editar

  1. M. Chapsal: Envoyez la petite musique... Grasset. 1984. p. 259, citado por L.Brisset: La NRF de Paulhan.Gallimard. Paris. 2003. p.361
  2. "Dans le moment où l'obus m'a frappé, je revenais le dernier de mon escouade, prenant garde de ne pas me hâter par la crainte où j'étais de paraître lâche. Je ressentais de l'indignation contre l'ordre - venu d'où? - qui nous faisait abandonner cette tranchée conquise. Etait-il donc impossible de nous soutenir, ou si le combat se développait dans une autre direction? Nous avions dû éprouver un plaisir très grand en prenant d'assaut la tranchée allemande; mais je ne puis me le rappeler et plus certainement il n'y avait en nous, dans ce moment, d'autre conscience que celle, immédiate et sans mémoire, de nos actes." Paulhan, Jean: Le guerrier appliqué. Gallimard. París. 1982. p.86 (En el momento en que el obús me golpeó yo volvía el último de mi escuadra, cuidándome de no apresurarme por miedo a parecer cobarde. Sentía indignación contra la orden - ¿venida de dónde? - que nos hacía abandonar esta trinchera conquistada. ¿Era pues imposible sostenernos? ¿Y si el combate se desarrollaba en otra dirección? Tuvimos que haber sentido un gran placer tomando al asalto la trinchera alemana; pero no podía recordarlo, y más exactamente no había en nosotros, en ese momento, otra conciencia que aquélla, inmediata y sin memoria, de nuestros actos).
  3. "Vous m'avez si bien caché tous les éléments de votre malheur qu'il me demeure encore maintenant, comme tant de choses de vous et de votre passé, énigmatique. Si bien que je ne sais pas par où le prendre pour le réduire, en admettant que j'en aie le pouvoir. Carta inédita de Jacques Rivière à Paulhan del 27 de enero de 1921, Fonds Paulhan IMEC, citada en Brisset, Laurence: La NRF de Paulhan. Gallimard. Paris. 2003. p.33.
  4. "Gaston (Gallimard) fait le tampon tant bien que mal. Son rôle est de faire cohabiter sous la même enseigne des écrivains qui souvent ne s'aiment pas, n'ont rien en commun sinon leur métier et qui sont parfois prêts à en venir aux mains. A cette même époque, Paulhan, ayant été insulté par André Breton (le pas est souvent franchi, chez les surréalistes, de la provocation à l'invective), lui envoie ses témoins (Crémieux et Arland). Duel! Duel! Enfin de l'animation! Mais Breton décline l'invitation à la blessure - sinon à la mort - et tout se termine par une lettre ouverte de Paulhan à ses témoins, publiée par la NRF bien entendu: Chers amis, merci. Je ne vous ai pas dérangés pour rien: l'on sait à présent quelle lâcheté recouvrent la violence et l'ordure de ce personnage... Paulhan et Breton se réconcilieront par la suite. Une insulte, ça s'oublie." Assouline: Gaston Gallimard. Balland. Paris. 1984. p.214. (Gaston Gallimard hace de colchón, bien o mal. Su papel consiste en que cohabiten bajo la misma enseña escritores que a menudo no se quieren, que no tienen nada en común salvo su oficio y que están dispuestos a llegar a las manos. En esta misma época, Paulhan, habiendo sido insultado por André Breton - a menudo se daba el paso de la provocación a la invectiva entre los surrealistas - le envía sus testigos (Crémieux y Arland). ¡Duelo! ¡Duelo! Por fin algo de entretenimiento! Pero Breton declina la invitación a la herida - si no a la muerte - y todo se termina por una carta abierta de Paulhan a sus testigos, publicada, desde luego, por la NRF: Queridos amigos, gracias. No os he molestado para nada: ahora sabemos qué cobardía recubren la violencia y la basura de este personaje.... Paulhan y Breton se reconciliarán más adelante. Un insulto, eso se olvida)
  5. C'est aux autres que je parle. C'est tout d'abord aux Résistants. Est-ce qu'ils ne voient pas qu'ils ont été pris au piège? Qu'ils se sont crus résistants une fois pour toutes: purs, sauvés. Qu'ils sont tombés plus bas que ceux-là même qu'ils condamnaient? Non, si fiers de s'être un jour trouvés du bon côté qu'ils en sont tous devenus moralistes. Vercors ne nous montre plus de ces gravures cyniques, où il excellait: il pèse, il soupèse, il surpèse des cas de conscience. Aragon, Éluard ont laissé le panégyrique de l'avortement, du crime et du défaitisme: ils chantent d'une seule voix l'espoir, la joie de vivre, et les familles nombreuses. Sartre met au point, non sans loyaux efforts, une Ethique. Entre-temps il a fondé une revue, qui pourchasse au loin l'injustice. On sait qu'il a déjà trouvé sept cents petites pailles dans l'oeil de Truman. Pour Franco, ça ne se compte plus. Il est temps, il est grand temps qu'ils s'occupent de leur poutre. Puis, il y a des chrétiens, parmi vous. Il y a même des gens qui en vivent, de la Justice et de la Vérité: il y a des rabins, et des pasteurs et des prêtres. Drôles de prêtres. Drôles de pasteurs. Drôles de rabbins. Qu'est-ce qu'ils attendent pour dire qu'on nous trompe depuis sept ans! Pour le crier sur les toits. Mais que faire? disent-ils. A cela je n'entends rien. Je ne suis pas un politique, ni un juge. Je ne suis pas un prêtre non plus. Tout ce que je vois - mais je le vois bien - c'est que l'horreur et le dégoût nous réveilleront demain, si nous nous bouchons les yeux aujourd'hui. On nous doit un certain arrière de justice et de droit. Qu'on nous le donne! Ensuite, qu'on nous tienne, ce doit être possible, au courrant. C'est tout ce que je voulais vous dire. Salut et Fraternité. Paulhan, Jean. Lettre aux Directeurs de la Résistance. Editions Ramsay. Paris. 1987. p.p.48-50 (Es a los otros a los que hablo. Es en primer lugar a los resistentes. ¿Es que no ven que han caído en la trampa? ¿Que se han creído resistentes de una vez por todas: puros, salvados. Que han caído más bajo que aquellos a quienes condenaban? No, tan orgullosos de haberse encontrado un día del lado bueno que se han vuelto todos moralistas. Vercors no nos muestra ya más aquellos grabados cínicos en los que descollaba: ahora pesa, calcula, sobrecalcula casos de conciencia. Aragon, Éluard han abandonado el panegírico del aborto, del crimen y del derrotismo: cantan con una sola voz la esperanza, la alegría de vivir, y las familias numerosas. Sartre ultima, no sin esfuerzos loables, una Ética. Mientras tanto ha fundado una revista, que denuncia la injusticia a lo lejos. Se sabe que ya ha encontrado setecientas pequeñas pajas en el ojo de Truman. Para Franco, ya ni se cuenta. Es hora, ya es buena hora que se ocupen de su viga. Además, hay cristianos, entre vosotros. Hay incluso gentes que viven de ello, de la Justicia y de la Verdad: hay rabinos, y pastores y curas. Curiosos curas. Curiosos pastores. Curiosos rabinos. ¡Qué esperan para decir que nos engañan desde hace siete años! Para gritarlo sobre los tejados. ¿Pero qué hacer? dicen ellos. De eso no sé nada. No soy político, ni juez. No soy cura tampoco. Todo lo que veo - pero lo veo bien - es que el horror y el asco nos despertarán mañana, si nos cegamos hoy. Nos deben un cierto atraso de justicia y de derecho. ¡Que nos lo den! Luego, que nos tengan, debe de ser posible, al corriente. Es todo lo que quería decir. Salud y Fraternidad)
  6. Dominique Aury, Vocation: clandestine, Gallimard, 1999, pp. 104-114
  7. Une fille amoureuse dit un jour à l'homme qu'elle aimait: moi aussi je pourrais écrire de ces histoires qui vous plaisent... Vous croyez? répondit-il. Ils se rencontraient deux ou trois fois la semaine, et jamais aux vacances, et jamais aux fins de semaine. Le temps qu'ils passaient ensemble, chacun le volait à la famille et au travail. Les après-midi de janvier ou de février, quand les jours allongent et que le soleil envoie de l'ouest des reflet rouges sur la Seine, ils se promenaient sur les berges, quai des Grands Augustins, quai de la Tournelle, s'embrassaient sous l'ombre des ponts. Un clochard une fois leur a crie: Vous voulez qu'on vous paie une chambre? Leurs refuges changeaient souvent. (...) Restaient les chambres en effet. La même plusieurs fois de suite. Ou d'autres, selon le hasard. Il y a des étranges douceurs dans le maigre éclairage des chambres à louer dans les hôtels de gare; le luxe modeste du grand lit, dont on abandonne en partant les draps défaits, a ses charmes. Les livres étaient leur seule entière liberté, leur commune patrie, leus vrais voyages; ils habitaient ensemble les livres qu'ils aimaient comme d'autres une demeure de famille; ils avaient dans les livres leurs compatriotes et leurs frères; (...) Un soir, après ce "Vous croyez?" de la première page, et sans avoir idée qu'elle trouverait un jour sur un cadastre le nom de Réage et se permettrait d'emprunter à deux célèbres dévergondées, Pauline Borghèse et Pauline Roland, leur prénom, un soir, celle pour qui je parle aujourd'hui, à bon droit, puisque si je n'ai rien d'elle, elle a tout de moi, et d'abord la voix, un soir cette fille, au lieu de prendre un livre avant de s'endormir, couchée en chien de fusil sur le côté gauche, un crayon bien noir dans la main droite, commença d'écrire l'histoire qu'elle avait promise. Réage: Une femme amoureuse. Jean-Jacques Pauvert. Paris. 1969. pp. 9-13 (Una chica enamorada dijo un día al hombre que amaba: yo también podría escribir de esas historias que le gustan... ¿Usted cree? respondió él. Se encontraban dos o tres veces por semana, y nunca en vacaciones, y nunca los fines de semana. El tiempo que pasaban juntos, cada uno lo robaba a la familia y al trabajo. Las tardes de enero o de febrero, cuando los días se alargan y el sol envía del oeste reflejos rojos sobre el Sena, se paseaban por las orillas, en el muelle de Grands Augustins, en el muelle de la Tournelle, se besaban bajo la sombra de los puentes. Un vagabundo les gritó una vez: "¿Quieren que les paguemos una habitación?". Sus refugios cambiaban a menudo. (...) Quedaban las habitaciones, en efecto. La misma varias veces seguidas. U otras, según el azar. Hay extrañas dulzuras en la pobre iluminación de las habitaciones de alquiler de los hoteles de estación; el lujo modesto de la cama de matrimonio, de la que se dejan las sábanas revueltas al partir, tiene sus encantos. Los libros eran su sola libertad completa, su patria común, sus verdaderos viajes; ocupaban juntos los libros que amaban como otros ocupan un hogar familiar; tenían en los libros sus compatriotas y sus hermanos; (...) Una tarde, tras ese "¿Usted cree?" de la primera página, y sin tener ni idea de que ella encontraría un día en un cadastro el apellido de Réage y que se permitiría tomar prestado a dos célebres desvergonzadas, Pauline Borghèse y Pauline Roland, su nombre, una tarde, ésa por quien hablo hoy, con todo derecho, puesto que si yo no tengo nada de ella, ella tiene todo de mí, y en primer lugar la voz, una tarde esta chica, en vez de coger un libro antes de dormirse, acostada sobre su costado izquierdo y con las piernas recogidas, con un lapiz bien negro en la mano derecha, comenzó a escribir la historia que había prometido.")
  8. "Mais à Paulhan, il (Gaston Gallimard) ne pouvait pardonner de vouloir endosser l'habit vert. C'était en 1964. Qu'allait donc faire le "guerrier appliqué" dans ce cénacle? Quel besoin impérieux avait-il de se mettre délibérément en quarantaine? Gaston ne décolère pas, rappelle le serment qui lie les anciens de la NRF de ne jamais s'aventurer dans ce mauvais lieu; après tout, tant la revue que le théâtre du Vieux Colombier et une part non négligeable de la production de la maison d'édition ont toujours été dirigés contre l'esprit académique. Malraux essaie de tempérer le courroux de Gaston, lui expliquant que justement si l'on ne pousse pas des hommes comme Paulhan à l'Académie elle restera ce qu'on lui reproche d'être: un club de croûtons rassis, soucieux de préserver et d'améliorer leur situation matérielle. Mais Gaston reste sourd. Les motivations de Paulhan sont à l'image de son propre personnage: diverses et complexes. L'une d'entre elles, d'après son ami André Dhôtel, prédomine: aux journalistes, Paulhan répondait volontiers qu'il était content d'être enfin honoré après avoir vu tant de ses camarades couronnés, ce qui revenait à dire: Figurez-vous que moi aussi je suis un écrivain!. C'est probablement ce que Gaston lui a le moins pardonné: d'avoir franchi le Rubicon qui sépare le territoire de l'éditeur de celui de l'auteur. Il refusera obstinément de se rendre à l`hôtel Meurice à la fête donnée par Florence Gould en l'honneur du nouvel académicien. Pendant quelque temps Gallimard lui battra le froid, et le malentendu se prolongera bien au-delà: les oeuvres complètes de Jean Paulhan, homme de la NRF et de Gallimard s'il en fut pendant quelque quarant ans, paraîtront sous la marque de l'éditeur... Claude Tchou!". Assouline, P: Gaston Gallimard, Balland, París, 1984, pp. 488-489. (Pero a Paulhan, él (Gaston Gallimard) no podía perdonarle querer vestir el hábito verde. Esto era en 1964. ¿Qué iba a hacer entonces el "guerrero aplicado" en ese cenáculo? ¿Qué necesidad imperiosa tenía de distanciarse deliberadamente? Gaston no se calma, recuerda el juramento que une a los antiguos de la NRF de nunca jamás aventurarse en ese mal sitio; después de todo, tanto la revista como el teatro del Vieux Colombier y una parte no desdeñable de la producción de la editorial han ido dirigidas siempre contra el espíritu académico. Malraux trata de atemperar el enfado de Gaston, explicándole que precisamente si no se empuja a gente como Paulhan a la Academia ésta permanecerá como lo que se le reprocha ser: un club de carcas satisfechos, procupados de mantener y mejorar su situación material. Pero Gaston presta oídos sordos. Las motivaciones de Paulhan son reflejo exacto de la imagen de su propio personaje: diversas y complejas. Una de entre ellas, según su amigo André Dhôtel, predomina: a los periodistas, Paulhan respondía con gusto que estaba contento de ser finalmente reconocido tras haber visto tantos de sus camaradas coronados, lo que equivaía a decir: "Figúrese, yo también soy escritor". Es esto probablemente lo que Gaston menos le ha perdonado: haber cruzado el Rubicón que separa el territorio del editor del del autor. Rechazará obstinadamente presentarse en el hotel Meurice en la fiesta dada por Florence Gould en honor del nuevo académico. Durante algún tiempo Gallimard le dará la espalda y el malentendido se prolongará más allá: las obras completas de Jean Paulhan, hombre de la NRF y de Gallimard si lo hubo durante cuarenta años, aparecerán bajo la marca del editor... ¡Claude Tchou!) También Zylberstein subraya el deseo de Paulhan de ser considerado no sólo como crítico, sino también como autor, y a propósito de Les Fleurs de Tarbes escribe: De fait, le livre a surpris, déconténancé, sinon effrayé les contemporains de celui qui, se confiant à un auteur (Ponge) de sa génération, indiquait que Les Fleurs, une fois achevées, me permettron d'être votre égal. Zylverstein, Jean-Claude: Introduction à Les Fleurs de Tarbes. Gallimard. Paris. 1990. p.13 (De hecho, el libro sorprendió, inquietó, si no asustó a los contemporáneos de ése que, confiándose a un amigo (Ponge) de su generación, indicaba que Las Flores, una vez terminadas, me permitirán ser su igual.)