Meterse en camisa de once varas

Los dichos meterse en camisa de once varas y meterse en cañiza de once varas son unas expresiones coloquiales usadas para señalar la poca conveniencia de complicarse la vida innecesariamente.

Orígenes editar

Camisa de once varas editar

Su origen se sitúa en la Edad Media, en la ceremonia de adopción de un niño,[1]tomando los problemas que ésta conlleva por decisión propia. El padre debía meter al niño por la manga de una camisa grande hecha para la ocasión. Luego lo sacaba por la cabeza o el cuello de la prenda y el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de la aceptación de la paternidad.[2][3]​ En algunas regiones de Europa la ceremonia continúa vigente pero con la madre, con objeto de simular el parto.

El dicho además refleja una exageración en las dimensiones de la camisa, la cual no podía medir once varas, ya que una vara son 84 centímetros. Así, la camisa mediría 9,24 metros.[4]

Más allá de esta interpretación, en la época medieval, la camisa era la parte exterior de una muralla entre dos torres. Con lo cual una camisa de once varas es una muralla entre dos torres de 10 metros de altura, por lo que puede ser una interpretación más adecuada.

Actualmente el significado es "Meterse una persona en asuntos o problemas que no conoce, que no le competen o que no reportan ningún beneficio".

Cañiza de once varas editar

El origen puede rastrearse en las actividades pastoriles de la zona de Salamanca, donde los pastores, para resguardar sus rebaños durante la noche, los cercaban en una corraliza desmontable construida de cañas y telas, llamada «cañiza».[5]

El valor de la vara en España varía de una región a otra; una vara castellana, tres pies castellanos, son aproximadamente 84 centímetros. Con una cañiza de once varas castellanas, puede montarse una corraliza cuasi circular de poco menos de 6 m². A veces las medidas variaba dependiendo de la región y los meses del año.

El apiñamiento del ganado lanar en tan reducida superficie hace prácticamente imposible poder desplazarse por la misma, y por ende, dificultoso de salir sin tropiezos.

Referencias editar

  1. Ortega Morán, Arturo (11 de septiembre de 2010). «Cápsulas de lengua. Historias de palabras y expresiones castellanas». Consultado el 5 de agosto de 2014. «Hurgar en el pasado de esta expresión, es remontarse a la España medieval». 
  2. Giménez, Esteban. «Meterse en camisa de once varas». Teruel (España). Consultado el 5 de agosto de 2014. «Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada». 
  3. Giménez, Esteban. «Frases hechas». Consultado el 5 de agosto de 2014. 
  4. Ortega Morán, Arturo (11 de septiembre de 2010). «Cápsulas de lengua. Historias de palabras y expresiones castellanas». Consultado el 5 de agosto de 2014. «Un lienzo de once varas (poco más de 9 metros), se percibía como “muuuy largo”. Por similitud, el término once varas lo usaron en la España del medievo para referirse, en forma exagerada, a una gran longitud.» 
  5. Ramallo, María del Rosario (18 de octubre de 2013). «Esas palabras que solo usamos los mendocinos». Los Andes. Consultado el 5 de agosto de 2014. «La ‘cañiza’ es un redil hecho con cañas partidas por la mitad. Por otro lado, ‘vara’ era la cantidad de cerdos que una persona podía conducir con la ayuda dn palo, generalmente alrededor de cuarenta. La ‘cañiza de once varas’ era, pues, un espacio capaz de albergar unos quinientos animales». 

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