Perissodactyla

orden de mamíferos

Los perisodáctilos, Perissodactyla o ungulados de dedos impares (del griego antiguo περισσός perissós, "impar"; y δάκτυλος dáktylos, "dedo"), son un orden de mamíferos placentarios. Son mamíferos ungulados que se caracterizan por la posesión de extremidades con un número impar de dedos terminados en pezuñas, y con el dedo central, que sirve de apoyo, más desarrollado que los demás. Son herbívoros. En la actualidad solo incluye a los caballos, asnos, cebras (suborden Hippomorpha), los tapires y los rinocerontes (suborden Ceratomorpha).

 
Perissodactyla
Rango temporal: 58,7 Ma - 0 Ma
Paleoceno - Reciente[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Magnorden: Boreoeutheria
Superorden: Laurasiatheria
Granorden: Scrotifera
(sin rango) = Fereuungulata
(sin rango) = Euungulata
(sin rango) = Mesaxonia
Orden: Perissodactyla
Owen, 1848
Subórdenes

Características editar

 
Pezuña de caballo.

Los primeros perisodáctilos eran muy similares a los otros ungulados primitivos. Las patas desarrollan la condición mesaxónica, es decir, el dedo central (tercero) se hace más grande y los demás se reducen, al mismo tiempo que la región inferior de las extremidades se alarga y la superior se acorta, con reducción de la ulna (cúbito) y la fíbula (peroné).

Un rasgo distintivo de los perisodáctilos es la organización del carpo y del tarso. En las patas anteriores (a veces referidas como "manos" en el habla popular), un carpiano distal, el hueso grande, se ensancha y se articula con los carpianos proximales, mientras que en el pie, el ectocuneiforme se transforma en un gran hueso plano que transmite el empuje del astrágalo a través de un navicular aplanado; el astrágalo tiene la superficie inferior aplanada y no a modo de tróclea como en los artiodáctilos.[2]

El aparato digestivo está menos especializado que en los artiodáctilos. Los incisivos se conservan y se usan para segar la hierba, los caninos están reducidos o ausentes y, a menudo, hay un diastema. Los molares de las formas primitivas permanecieron bunodontos y de corona baja, pero en los rinocerontes y caballos modernos tienen una elaborada superficie trituradora; los premolares se molarizan, con lo que se consigue un gran superficie trituradora.

El tubo digestivo es más simple que el de los artiodáctilos. El estómago no presenta cámaras. La digestión de la celulosa se realiza en el ciego y el intestino grueso, que puede estar muy desarrollado.

Los perisodáctilos son macrosmáticos, es decir, predomina el sentido del olfato, con la porción sensorial de la nariz muy desarrollada.

Historia evolutiva editar

Los perisodáctilos más primitivos se habían separado muy poco de los condilartros. Hyracotherium, del Eoceno tenía el tamaño de un perro pequeño y se parecía al condilartro Phenacodus; tenía una dentición completa, con premolares trituberculados y molares cuadrados bunodontos con dos crestas transversales. La locomoción era digitígrada en las formas primitivas.

Los primeros perisodáctilos conocidos datan del Eoceno, aunque posiblemente surgieron en Asia durante el Paleoceno Superior, menos de 10 millones de años después de la extinción masiva del Cretácico-Terciario en la cual se extinguieron los dinosaurios y otros muchos organismos.[3]​ A principios de Eoceno, hace 55 millones de años, ya estaban diversificados y ocupaban varios continentes.

Los caballos y tapires evolucionaron en Norte América[4]​ mientras que los rinocerontes parecen haber evolucionado en Asia a partir de animales similares al tapir y luego haber recolonizado América durante el Eoceno Medio (hace unos 45 millones de años). Existieron 15 o 16 familias, de las cuales solo tres sobreviven en la actualidad.[3][5]

Dichas familias fueron muy diversas en apariencia y tamaño; algunas incluían animales gigantescos (Brontotheriidae) y extraños (Chalicotheriidae). El mayor perisodáctilo fue un rinoceronte asiático (Paraceratherium) que, con 11 toneladas, fue más de dos veces mayor que los elefantes actuales.

Los perisodáctilos fueron el grupo de grandes mamíferos herbívoros dominante durante el Oligoceno. No obstante, la expansión de las praderas durante el Mioceno (hace unos 20 millones de años) favorecieron a los artiodáctilos que, con sus estómagos provistos de cámaras se adaptaron mejor a una dieta tan pobre en nutrientes y pronto les arrebataron la supremacía. A pesar de ello, muchas especies de perisodáctilos sobrevivieron y prosperaron hasta el final del Pleistoceno (hace solo 10 000 años), cuando no pudieron soportar la presión de los cazadores humanos ni el nuevo hábitat.

Taxonomía editar

 
Cladograma que muestra la posición de Perissodactyla.

La siguiente clasificación (hasta el nivel de familia) está basada en el estudio de McKenna & Bell (1997)[5][6]

Orden Perissodactyla

Superfamilia Pachynolophoidea
Familia Pachynolophidae
Superfamilia Equoidea
Familia Palaeotheriidae
Familia Indolophidae
Familia Equidae
Clado Selenida
Superfamilia Brontotheroidea
Familia Anchilophidae
Familia Lambdotheriidae
Familia Brontotheriidae
Superfamilia Chalicotheroidea
Familia Chalicotheriidae
Clado Tapiromorpha
Superfamilia Rhinocerotoidea
Familia Amynodontidae
Familia Hyrachyidae
Familia Hyracodontidae
Familia Rhinocerotidae
Superfamilia Tapiroidea
Familia Isectolophidae
Familia Helaletidae
Familia Lophiodontidae
Familia Deperetelidae
Género Bahinolophus
Género Deperetella
Familia Lophialetidae
Familia Tapiridae
 
Cladograma que muestra las posibles relaciones filogenéticas de los eungulados.

Cladograma según Hooker y Dashzeveg de 2004:[7]

Perissodactyla 
 Lophodontomorpha 

 Ancylopoda

 Euperissodactyla 
 Hippomorpha 

 Palaeotheriidae

 Equidae

 Ceratomorpha 
 Rhinocerotoidea 

 Amynodontidae

 Hyracodontidae

 Rhinocerotidae

 Tapiroidea 

 Helaletidae

 Lophiodontidae

 Tapiridae

 Brontotheria

Referencias editar

  1. Perissodactyla PBDB
  2. Young, J. Z. 1977. La vida de los vertebrados. Editorial Omega, Barcelona, 660 pp. ISBN 84-282-0206-0
  3. a b Hooker, J.J. 2005. Perissodactyla; in K. D. Rose & J. D. Archibald (eds.), pp. 199-214: The Rise of Placental Mammals, Origins and Relationships of the Major Extant Clades. The Johns Hopkins University Press, Baltimore. ISBN 0-8018-8022-X
  4. Savage, R.J.G. & Long, M.R. 1986. Mammal Evolution: an illustrated guide. Facts on File, New York. ISBN 0-8160-1194-X
  5. a b McKenna, M. C. & Bell, S. K. 1997. Classification of Mammals Above the Species Level. Columbia University Press, New York. ISBN 0-231-11013-8
  6. Mikko's Phylogeny Archive - Perissodactyla
  7. J. J. Hooker and D. Dashzeveg: The origin of chalicotheres (Perissodactyla, Mammalia). en: Palaeontology: Vol. 47 Part 6, 2004, S. 1363–1386 (PDF-Version)

Enlaces externos editar