Proporción cerebro-masa corporal

La proporción cerebro-masa corporal es una proporción entre el peso del cerebro y el peso corporal, el cual hipotéticamente puede estimar la inteligencia de un animal. Una medida más compleja es el cociente de encefalización, el cual toma en cuenta los efectos alométricos del tamaño corporal altamente variable entre los diversos taxones.[1]​ Sin embargo, la proporción cerebro-masa corporal es fácil de realizar y sigue siendo una herramienta útil para comparar la encefalización entre especies, especialmente en aquellas estrechamente relacionadas.

El tamaño neto del cerebro esta positivamente relacionado con el tamaño de un animal.[2]​ Sin embargo, esta relación no es lineal; los animales pequeños como los ratones, tienen una relación cerebro/cuerpo similar a la de los humanos, mientras los elefantes tienen esta relación cerebro/cuerpo mucho más reducida, pero se trata de animales con evidente inteligencia.[2][3]

Los delfines poseen la proporción cerebro-masa corporal más alta entre los cetáceos.[4]​ Los tiburones tienen la proporción más alta entre los peces y los pulpos[5]​ y arañas saltadoras,[6]​ la más alta entre los invertebrados. Los humanos poseen una proporción cerebro-masa corporal más alta que cualquiera de estos animales.[7][8]​ Sin embargo, las musarañas, en las cuales su cerebro constituye cerca del 10 % de su masa corporal, tienen la relación cerebro/cuerpo más alta de todos los animales conocidos, incluidos los humanos.[9]

En animales taxonómicamente relacionados, la capacidad cognitiva aparentemente está mejor relacionada con el tamaño neto del cerebro que con la proporción cerebro-masa corporal, este hecho por lo menos parece ser cierto en los primates.[10]

Tabla de proporción editar

Animales Proporción cerebro-masa corporal[2]
Aves pequeñas 1/12
Humanos 1/40
Ratones 1/40
Gatos 1/100
Perros 1/125
Ranas 1/173
Leones 1/550
Elefantes 1/560
Caballos 1/600
Tiburones 1/2496
Hipopótamos 1/2789

Véase también editar

Referencias editar

  1. «Development of Intelligence». Ircamera.as.arizona.edu. Archivado desde el original el 7 de abril de 2019. Consultado el 12 de mayo de 2011. 
  2. a b c «Brain and Body Size... and Intelligence». Serendip.brynmawr.edu. 7 de marzo de 2003. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2012. Consultado el 12 de mayo de 2011. 
  3. Hart, B.L.; L.A. Hart; M. McCoy; C.R. Sarath (noviembre de 2001). «Cognitive behaviour in Asian elephants: use and modification of branches for fly switching». Animal Behaviour (Academic Press) 62 (5): 839-847. doi:10.1006/anbe.2001.1815. Archivado desde el original el 7 de enero de 2010. Consultado el 30 de octubre de 2007. 
  4. Marino, L. and Sol, D. and Toren, K. and Lefebvre, L. (2006). «Does diving limit brain size in cetaceans?». Marine Mammal Science 22 (2): 413-425. doi:10.1111/j.1748-7692.2006.00042.x. 
  5. Gould (1977)Ever since Darwin, c7s1
  6. «Jumping Spider Vision». Consultado el 28 de octubre de 2009. 
  7. James K. Riling; Insel, TR (1999). «The Primate Neocortex in Comparative Perspective using Magnetic Resonance Imaging». Journal of Human Evolution 37 (2): 191-223. PMID 10444351. doi:10.1006/jhev.1999.0313. 
  8. Suzana Herculano-Houzel (2009). «The Human Brain in Numbers- A Linearly Scaled-Up Primae Brain». Frontiers in Human Neuroscience 2: 1-11 (2). doi:10.3389/neuro.09.031.2009. Archivado desde el original el 1 de diciembre de 2009. 
  9. The Genome Center, Washington University, Genomes. «Tupaia belangeri». Tupaia belangeri Tree Shrew. Archivado desde el original el 1 de junio de 2010. Consultado el 29 de agosto de 2019. 
  10. «Overall Brain Size, and Not Encephalization Quotient, Best Predicts Cognitive Ability across Non-Human Primates». Karger (en inglés). 2007. doi:10.1159/000102973. Consultado el 29 de agosto de 2019. 

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