«Sieg Heil» es una frase en alemán que se podría traducir como «saludo a la victoria». En la Alemania del Tercer Reich se utilizaba con frecuencia en los encuentros políticos. En la vida cotidiana era más común dar el saludo hitleriano: ‘’Heil Hitler’’, es decir «¡salve, Hitler!». Sieg Heil se reservaba para actos de masas. El orador gritaba «Sieg» y el público respondía «Heil» repetidas veces, aumentando cada vez más el volumen.

Alemanes haciendo el saludo hitleriano junto con el Sieg heil en una Reunión en Berlín, 1935.

La expresión fue acuñada durante un mitin del partido cuando Joseph Goebbels la pronunció y todos los presentes la apoyaron; sin embargo, el confidente personal del Führer, Ernst Hanfstaengl, reivindicó la autoría. Las banderas con la inscripción junto a la esvástica también aparecieron durante los mítines políticos, mientras que en 1933 se creó una insignia que representaba la corona de la victoria, la esvástica y el lema.

Después de la guerra, pronunciar esta frase en Alemania constituye un delito punible con hasta tres años de prisión, y lo mismo se aplica a expresiones que podrían malinterpretarse como equivalentes u homófonas; el uso de la fórmula con fines educativos, en cambio, no constituye delito.

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