La bahía Harberton, también llamada bahía Puerto Harberton es una bahía en la ribera septentrional del canal Beagle, en la margen sur del sector argentino de la isla Grande de Tierra del Fuego, perteneciente al Departamento Ushuaia de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Sobre su ribera occidental se encuentra el paraje de Puerto Harberton, el cual es el casco de la Estancia Harberton, situado a 60 kilómetros al este de Ushuaia.

Bahía Harberton
'Tuwujilumbiauaia o Ukatush'
Océano o mar de la IHO (n.º id.: 61)

Imagen de la bahía Harberton.
Ubicación geográfica
Continente América del Sur
Ecorregión Ecorregión marina canales y fiordos del sur de Chile
Océano Pacífico (paso interoceánico según la Argentina)
Golfo Canal Beagle
Archipiélago Archipiélago de Tierra del Fuego
Isla Isla Grande de Tierra del Fuego
Coordenadas 54°52′18″S 67°20′00″O / -54.87171944, -67.33336667
Ubicación administrativa
País Bandera de Argentina Argentina
División Bandera de la Provincia de Tierra del Fuego Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur
Subdivisión Departamento Ushuaia
Cuerpo de agua
Longitud 2,2 km
Ancho máximo 750 m
Superficie 56,6 ha
Volumen 3,2 hm³
Profundidad Media: 5,6 m
Máxima: 10 metros
Mapa de localización
Bahía Harberton ubicada en Patagonia Austral
Bahía Harberton
Bahía Harberton
Ubicación (Tierra del Fuego).
Localización de esta bahía en el canal del Beagle

Sus aguas han sido confirmadas como parte soberana de la República Argentina luego de una larga disputa limítrofe con la República de Chile concerniente a la traza del canal Beagle, afectando la soberanía de las aguas e islas de su interior y los espacios marítimos adyacentes.

Geografía

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Características geográficas

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La bahía Harberton, desde la estancia homónima.

Esta bahía está situada sobre la margen norte del sector medio-oriental del paso interoceánico denominado canal Beagle, en la región sudoriental del océano Pacífico Sur.[1]​ A la bahía la enmarcan cordones montañosos de la porción fueguina de la cordillera de los Andes. La parte más septentrional de la bahía Harberton se encuentra localizada en las coordenadas: 54°52′18.19″S 67°20′0.12″O / -54.8717194, -67.3333667.

Esta bahía presenta, entre dos penínsulas (la occidental es denominada península Harberton), una entrada en forma de embudo de 790 metros. Su parte interna más ancha es de 750 metros pero en su centro tiene una escotadura que aproxima sus márgenes a sólo 280 m. Su penetración longitudinal es de alrededor de 2200 m. Internamente la bahía Harberton no posee islas.

Características oceanográficas
 
La estancia Harberton desde la bahía homónima.

Su superficie total es de 56,6 ha; el volumen total asciende a 3,2 hm³, mientras que la profundidad media es de 5,6 m, si bien en la zona más abierta supera los 10 metros.[2][3]

En el otoño e invierno las mareas de sicigia se presentan durante la noche, mientras que en la primavera y en el verano las mismas ocurren durante el día. Las mayores mareas se producen en junio y diciembre, llegando a 116 cm.[4]

Origen geológico

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La bahía Harberton muestra los rasgos de la acción de los glaciares. Un enorme glaciar, que en las últimas fases de las glaciaciones cuaternarias descendía desde la cordillera Darwin, avanzaba por donde hoy se encuentra el canal Beagle formando un valle longitudinal, al cual se le fue puliendo su fondo con la acción abrasiva de los hielos. Posteriormente, ante el retroceso postglacial, los espacios que habían estado ocupados por el hielo fueron invadidos por el mar. Son diversos los rasgos que atestiguan estos procesos geológicos; entre ellos destaca el perfil transversal de forma de "U" que posee su valle, con la berma visible, así como la presencia de morrenas. En las costas de esta bahía es posible observar playas pedregosas y sectores con restingas.

Entre el 8000 y 3860 años AP, esta bahía se extendía algo más dentro de la isla Grande, al estar el nivel de las aguas del Beagle a mayor altura.[5]​ Posteriormente, una disminución de algunos metros en el nivel marino le otorgó sus límites actuales.[6]

 
Climograma de Ushuaia, aplicable a la bahía Harberton.

El clima de la bahía Harberton pertenece al clima oceánico subpolar, o al patagónico húmedo.[7]​ Posee una temperatura media anual de 5,7 °C y una escasa oscilación térmica anual, que va de -0,3 en julio a 9,4 °C en enero; son extrañas las temperaturas de más de 15 °C en verano o menores a -8 °C en invierno. Los récords de temperaturas absolutas son 29,4 °C (ocurrió en diciembre) y -25,1 °C (ocurrió en julio). Tal es lo persistente del frío que en pleno verano austral se han registrado eventuales nevadas, o temperaturas de solo -6 °C. Las precipitaciones, que en invierno suelen ser en forma de nieve, están repartidas equitativamente a lo largo del año sumando un total de 524 mm pero, si bien parecerían exiguas, a causa de la constante temperatura baja se tornan suficientes para otorgarle a esta bahía un clima húmedo; también ayuda para ello el alto promedio de días con alguna precipitación —200 días al año—, siendo también alto el número de días nublados o brumosos.

Riqueza biológica

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Ecorregionalmente sus costas pertenecen a la ecorregión terrestre bosque subpolar magallánico,[8]​ mientras que las aguas de esta bahía se incluyen en la ecorregión marina canales y fiordos del sur de Chile.[9]

 
Cachiyuyos gigantes.
 
caranca o cauquén de mar.
 
ostrero austral.

Sus aguas y costas cuentan con especies típicas del sudeste del océano Pacífico, siendo comunes en el sur de Chile, por ejemplo el pato vapor austral.

Las aguas de esta bahía son ricas en peces y diversos invertebrados, de los cuales se destaca especialmente la centolla patagónica de carne conocida por su delicado sabor, constituyéndose en el plato culinario típico de la comarca. Suelen frecuentar sus aguas cetáceos, además de lobos marinos de un pelo y de dos pelos sudamericano, si bien presentan sus apostaderos en archipiélagos ubicados más hacia el occidente,[10]​ al igual que ocurre con variadas aves marinas como las gaviotas australes,[11]​ y cormoranes imperiales.[12]
La zona es hábitat de los pingüinos rey, (Aptenodytes patagonicus), de vincha (Pygoscelis papua) y magallánico o patagónico (Spheniscus magellanicus).[13]

Fitogeográficamente, las costas de la bahía Harberton se encontraban cubiertas de altos bosques pertenecientes al distrito fitogeográfico subantártico magallánico de la provincia fitogeográfica subantártica,[14]​ los que en su sector noroeste aún se encuentran presentes.

En sectores de las aguas de bahía Harberton se presentan bosques sumergidos de cachiyuyos gigantes, algas pardas de enormes proporciones, la cual sostiene una rica biodiversidad marina.

 
Pareja de pato vapor austral.

Historia

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Primitivos habitantes

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Cazadores, mariscadores, y recolectores, de la parcialidad wakimáala o central,[15]​ de la etnia amerindia canoera de los yámanas o yaganes fue la que primitivamente habitó las aguas y riberas de esta bahía, explotando sus recursos biológicos. Se alimentaban de aves y mamíferos marinos, así como de mejillones (Mulinia edulis, Mytilus chilensis, Aulacomya atra, Yoldia), etc. Estos indígenas fueron sus únicos habitantes hasta la llegada de los colonos occidentales, en la segunda mitad del siglo XIX.

Descubrimiento y colonización occidental

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El primer occidental en navegar las aguas frente a esta bahía lo hizo la primera quincena de mayo de 1830; fue el asistente cartográfico de Robert Fitz Roy, el guardiamarina del almirantazgo británico John Lort Stokes, sobre un bote ballenero, una embarcación auxiliar del navío HMS Beagle (luego él sería su capitán y se le otorgaría el cargo de almirante). Partiendo del oriente de la isla Lennox hacia el norte, sin haberse detallado si empleó la ruta que rodea a la isla Picton por sus riberas este y norte o si lo hizo por su ribera occidental; llegó al paso Moat y a las márgenes de la isla Grande, y de allí tomó por el Beagle hacia rumbo oeste, pasó frente a este bahía, hasta llegar a las proximidades de la isla Gable, y luego volvió a su punto de partida, posiblemente por paso Picton.[16][17]

En esta bahía se fundó el primer establecimiento agropecuario de todo el sur del archipiélago fueguino, el primero del sector argentino, y el primero que introdujo ganado vacuno y lanar a la isla. Fue gracias a la donación de 20 000 hectáreas por parte del estado argentino (firmada el 28 de septiembre de 1886 por el presidente Julio Argentino Roca) al reverendo Thomas Bridges y su familia, en agradecimiento a las tareas realizadas con los aborígenes fueguinos.

En la década de 1990, las ovejas fueron vendidas al perder rentabilidad, continuando solamente con ganado vacuno, además de un aprovechamiento turístico, ya que está abierta al público en la temporada más templada, desde el 15 de octubre al 15 de abril. En 1999 el casco de la estancia fue declarado Monumento Histórico Nacional, por lo que mantiene su estilo arquitectónico original. En el año 2023 la propiedad continuaba siendo administrada por los descendientes de la familia fundadora. También allí tiene su sede el museo Acatushun de aves y mamíferos marinos australes, fundado en 2001 y dirigido por Rae Natalie Prosser de Goodall, bióloga especializada en flora y fauna de la región.[18]

Etimología toponímica

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Etimológicamente, el topónimoHarberton” rinde honor al pueblo Harberton, ubicado al sudoeste de Totnes, en el distrito de South Hams de Devon, Inglaterra, donde nació la señora Mary Varder, la esposa de Thomas Bridges. Anteriormente era conocida como "Down East" lo que en inglés significa "Austral oriental" por oposición al otro único poblado de occidentales en el archipiélago, Ushuaia, situada a la misma latitud pero hacia el oeste, lugar en donde previamente la familia Bridges había habitado.[19]

El nombre que le daban sus primitivos pobladores, la etnia yámana en su propia lengua era Tuwujilumbiauaia, que significa: ‘puerto de la garza negra’,[20]​ aunque en otras referencias se indica el término: Ukatush.[4]

Disputa por su soberanía

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La bahía Harberton se vio envuelta en la disputa limítrofe entre la Argentina y Chile, conocida como Conflicto del Beagle. En 1971 ambos países acordaron en un Compromiso de Arbitraje someter la soberanía de las aguas e islas de dicho canal a la sentencia de un Tribunal Arbitral que debía dar a conocer su decisión a la reina Isabel II de Inglaterra. Una interpretación en Chile del texto del tratado limítrofe de 1881, conocida como Tesis Fagalde, determinaba que el límite binacional terminaba en la costa austral de la isla Grande de Tierra del Fuego, y la totalidad de las aguas del canal, junto con todas sus islas, serían chilenas. Si este fuera el caso, la Argentina tendría una costa seca, es decir tendría costa, pero no acceso al mar. Entre quienes sostuvieron esa tesis destacan, quien la esbozaría en 1905, el periodista Arturo Fagalde, y el estudioso Jaime Eyzaguirre, quien así la describía:

Luego la línea no se introduce en el canal, no lo comprende, queda fuera de él, sólo lo toca en su borde superior. El canal resulta así entero de Chile. Si el Tratado hubiera dicho que la línea llegaba hasta el medio o centro o hasta el eje del canal, se habría entendido que la mitad Norte del mismo correspondería a Argentina y la mitad Sur a Chile. Pero habría que torcer los términos claros del acuerdo para llegar a esta conclusión.[21]

Esta interpretación fue llevada por Chile en la consulta al Tribunal Arbitral que dictó luego el Laudo Arbitral de 1977, pero solo como petitorio alternativo, en el punto segundo al final de las audiencias orales del 14 de octubre de 1976. En su falló la corte arbitral señaló que toda atribución de un territorio debe ipso facto traer aparejado sus aguas anexas, por lo tanto consideró inaceptable la tesis chilena. Seguidamente demarcó la traza del límite binacional sobre el canal de Beagle, otorgándole a la Argentina las aguas, islas, e islotes ubicados al norte de dicha línea, entre ellas a la bahía Harberton. Si bien posteriormente la Argentina declararía insanablemente nula a la decisión arbitral, en las negociaciones binacionales de los años posteriores al fallo el resultado del laudo en este sector fue respetado. El conflicto se solucionó finalmente con la firma del Tratado de 1984, en donde ambos gobiernos, bajo un proceso de mediación del papa Juan Pablo II, en el sector del canal Beagle reconocieron como frontera la trazada por el Laudo Arbitral (aunque sin nombrarlo explícitamente en el tratado), lo cual refrendó definitivamente la soberanía argentina sobre la bahía Harberton.

Infraestructura y acceso

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La porción septentrional, por ambas riberas, es fácilmente accesible mediante cualquier tipo de automóviles y durante todo el año, por medio del recorrido de un camino provincial, en parte enripiado, que desde la Ruta Nacional 3 se desvía hacia el sur en el paraje “Rancho Hambre” con el nombre de ruta provincial Nº 33 -ex Complementaria “J”-, y alcanza el saco más septentrional de la bahía Almirante Brown.[22]​ Desde ese punto la misma carretera prosigue hacia el este en tierras de la Estancia Harberton, contorneando las costas del Beagle como una ruta costera bajo el mismo nombre, y costea parte de la bahía Harberton.

Se puede continuar por el mismo camino con rumbo oriental, arribando finalmente en el kilómetro 90 hasta el destacamento argentino Prefectura “Cabo Segundo Jorge Eduardo López” (exMoat), unidad que se encuentra en la punta Moat, frente a las aguas del paso Moat.[23]​ En todo el recorrido los bosques y costas que lo limitan son adecuados para el avistamiento de aves, destacando las especies marinas. En el trayecto se pueden contemplar distintas vistas del canal Beagle, y de la chilena isla Navarino.

Referencias

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  1. International Hydrographic Organization (1953). «Limits of Oceans and Seas» (en inglés) (3ª edición). Monte Carlo, Mónaco: Imp. Monégasque. Archivado desde el original el 28 de julio de 2013. Consultado el 22 de octubre de 2013. 
  2. Luchini, L. & Wicki, G. A. (2002). Evaluación del potencial para acuicultura en la Provincia de Tierra del Fuego. Información Básica. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA). 29pp.
  3. Daus F. (1978). Geografía del Canal Beagle. Boletín 97 de GAEA (Soc. Arg. de Est. Geográficas). Bs. As.
  4. a b Borla, Marla Laura; Marisol Vereda (2001). Sergio Zagier, ed. Explorando Tierra del Fuego, Manual del viajero en el fin del mundo (1ª edición). Ushuaia: Zagier & Urruty Publications. p. 416. ISBN 1-879568-89-6. 
  5. Gordillo, S.; Coronato, A.; & Rabassa, J. (1993). Late Quaternary evolution of a subantarctic paleofjord, Tierra del Fuego. Quaternary Science Reviews 12: 889-897.
  6. Isla, F., Bujalesky, G. & Coronato, A. (1999). Procesos estuarinos en el Canal Beagle, Tierra del Fuego. Revista de la Asociación Geológica Argentina 54(4): 307-318. Buenos Aires.
  7. Papadakis, Juan (1980). El clima; Con especial referencia a los climas de América Latina, Península Ibérica, Ex colonias Ibéricas, y sus potencialidades agropecuarias. 377 p. Editorial Albatros.
  8. Olson, D. M., E. Dinerstein, E. D. Wikramanayake, Burgess N. D., Powell G. V. N., Underwood C. E., J. A. D'Amico, Itoua I., Strand H. E., Morrison J. C., Loucks C. J., Allnutt T. F., T. H. Ricketts, Kura Y., Lamoreux J. F., Wettengel W. W., P. Hedao and Kassem K. R. (2001). Terrestrial ecoregions of the world: A new map of life on Earth. BioScience 51.
  9. Spalding, M. D., Fox, H. E., Allen, G. R., Davidson, N., Ferdana, Z. A., Finlayson, M. A. X., & Robertson, J. (2007). Marine ecoregions of the world: a bioregionalization of coastal and shelf areas. BioScience, 57(7), 573-583.
  10. Estado de la población del lobo marino de un pelo en las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego.
  11. Quintana,Flavio & Esteban Frere. Atlas de Sensibilidad Ambiental de la Costa y el Mar Argentino. Aves marinas.
  12. Leucocarbo atriceps atriceps.
  13. «Estancia Harberton». EcoRegistros - Registros Ecológicos de la Comunidad. 
  14. Cabrera, A. L.; & Willink, W. (1980). Colección de Monografías Científicas de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico. ed (en español). Biogeografía de América Latina (Segunda edición corregida). Washington D.C.
  15. Gusinde, Martin (1986) [1937]. Los indios de la Tierra del Fuego. Los Yámana, I-II. Buenos Aires: CAEA.
  16. Fitz Roy, Robert (1839). «II». Narrative of the surveying voyages of his Majesty’s ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836, describing their examination of the southern shores of South- America and the Beagle’s circumnavigation of the globe. In three volumes. (en inglés) (1 edición). Londres. 
  17. Belza, J. E. (1978). Romancero del topónimo fueguino; discusión histórica de su origen y fortuna. Instituto de Investigaciones Históricas de Tierra del Fuego, Buenos Aires.
  18. Wilmar Caballero. Corresponsal de Ushuaia. (13 de marzo de 2001). «Un museo en la estancia austral más antigua». Clarín.com. Consultado el 24 de octubre de 2013. 
  19. Bridges, Esteban Lucas (1952). El último confín de la Tierra. Buenos Aires - Argentina: Emecé Editores S.A.
  20. Topónimos fueguinos. Archivado el 3 de marzo de 2016 en Wayback Machine. Secretaría de turismo municipal de Ushuaia.
  21. Eyzaguirre, Jaime (1958). La Soberanía de Chile en las tierras australes.
  22. Torres, E. R.; Hoffmeyer, M. S.; Hernando, M.; San Román, N. (2006). Composición del mesozooplancton durante primavera y verano en Bahía Brown y Punta Paraná, Canal Beagle (Tierra del Fuego- Argentina). Resúmenes, pag. 349. VI Jornadas Nacionales de Ciencias del Mar y XIV Coloquio de Oceanografía. 4-8 de diciembre de 2006. Puerto Madryn, Argentina. (R)
  23. Homenajearon a dos combatientes de Malvinas. Archivado el 12 de octubre de 2014 en Wayback Machine. El diario del fin del mundo. Ushuaia.

Enlaces externos

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