Caserío de los Negros

monumento histórico nacional de Uruguay

El Caserío de los Negros o Caserío de Filipinas fue un predio que funcionó en las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del siglo XIX en el territorio del actual Uruguay, donde se alojaban en cuarentena los esclavos que entraban por el puerto de Montevideo, para su posterior distribución en varios países del Virreinato del Río de la Plata.

Caserío de los Negros
Monumento Histórico Nacional de Uruguay

Fotografía de las ruinas del antiguo Caserío de los Negros tomada a fines de 1902, cuando estas fueron derrumbadas definitivamente.
Localización
País Uruguay
Localidad Capurro
Ubicación Departamento de Montevideo
Coordenadas 34°52′20″S 56°12′50″O / -34.872138888889, -56.213944444444
Información general
Construcción 1787
Destruido 1816

Contexto histórico editar

Ubicación del Caserío
Detalle del plano del sitio de Montevideo por el ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata, confeccionado en 1813 por Bartolomé de Muñoz.

De acuerdo al historiador Isidoro de María, la introducción de esclavos no se dio hasta 30 años después de la fundación de Montevideo. El primer cargamento de esclavos arribó en 1756 proveniente de Angola, permitiéndose que estos se depositaran en la ciudad. De María afirma que de esta situación estalló una epidemia que se cobró la vida de muchos habitantes de la ciudad, así como de la mayoría de los esclavos de ese embarque.[1]​ Otras investigaciones han relativizado 1756 como el año de la introducción de esclavos, por registros del Cabildo de Buenos Aires en los cuales se especifica 1743 como el primer arribo de esclavos a la Banda Oriental o porque de acuerdo a Franciso Bauzá, en 1751 Montevideo ya contara con 940 habitantes y 141 esclavos.[2]

En 1767, otro cargamento de esclavos arribó a Montevideo, y esta vez se dio permiso para que el alojamiento de los mismos se hiciera en el predio de un horno de fábrica de adobe que se ubicaba extramuros, es decir, fuera de la muralla que rodeaba el Montevideo colonial, y se encontraba cerca a las fuentes de agua públicas. En esta oportunidad, el Cabildo de Montevideo, haciéndose eco de la preocupación ciudadana de que una nueva epidemia estallara en la ciudad, elevó al gobernador militar de la ciudad Agustín de la Rosa, un pedido de que alojaran a los esclavos en la costa del Cerro, alejados de la fortificación.[1][3]​ A pesar de la resistencia del gobernador, los esclavos fueron finalmente puestos en cuarentena en un lugar de la costa montevideana, ubicado entre el arroyo Miguelete y el Cerro.[4]

La noticia de un nuevo cargamento de personas que iba a arribar a Montevideo en 1787, a cargo de la empresa de comercio y trata de esclavos Compañía de Filipinas motivó que el Cabildo declarara, en nota fechada el 31 de enero de ese año:[4]

Previa consulta de los facultativos Don José Giró, Don Domingo Garrido, Don Manuel Francés y Don Manuel Ramón, se acordó que incontinenti se le intimase al apoderado de la Compañía de Filipinas, que dispusiese de habitación bastante para los negros que se esperaban, y además que sucesivamente vendrán a este puerto, en la boca del arroyo Miguelete, hacia la parte del Cerro, que es el paraje que esta a costa del mar y se nombra Jesús María, distante de esta ciudad tres cuartos de legua, en cuyo puesto deben permanecer precisamente como el más cómodo para ellos mismos y sin riesgo alguno público. Del mismo modo, que los que muriesen sean enterrados en aquel lugar y no sean sus cadáveres conducidos al camposanto de esta ciudad.

El Caserío editar

La Compañía de Filipinas erigió ese lugar, el cual según De María, "ocupaba una manzana de terreno bajo muro, teniendo en el centro cinco piezas edificadas, dos grandes almacenes, cocinas, etc., techo de paja."[5]

Hasta la primera década del siglo XIX se utilizó como "depósito, marcaje, engorde, venta y cementerio de unas 70.000 víctimas del comercio esclavista".[6]

A principios del siglo XIX el comercio de esclavos disminuye y existen iniciativas de utilizar sus instalaciones para otras actividades, como la propuesta de 1804 de alquilar “un cuartel de la Casa de los Negros” para depósito de trigo. Dicha idea fue elevada a las autoridades, en la cual el interesado plantea “[...] en caso de alquilársele dicho cuartel, procedería previamente al envío al lugar de un capataz con otro hombre a efectos de limpiar con agua caliente el lugar, para exterminar las innumerables pulgas de que estaba plagado”. Dicha empresa no fue aceptada con el argumento de que el lugar había "sido habitado recientemente por negros enfermos”.[7]

Posteriormente, cuando ocurrieron dos sitios consecutivos de Montevideo, el primero entre mayo y octubre de 1811 y el segundo entre 1812 y 1814, que afectaron agudamente la vida económica de la Banda Oriental, lo que provocó finalmente que el sitio quedara desuso y en progresivo deterioro, tomando el nombre vulgar de "Caserío de los Negros".[8]

Destino posterior editar

 
Acuarela de Juan Manuel Besnes e Irigoyen que trata del encallamiento del vapor inglés "Gorgon" en las costas de Montevideo el 10 de mayo de 1844 debido a un temporal que arrastró la embarcación contra las barrancas de Capurro. De acuerdo a la investigación de José López Mazz y Roberto Bracco, la edificación de gran tamaño que se recorta en el horizonte debe ser el Caserío de los Negros.[9]

El predio, por orden de Carlos María de Alvear, fue utilizado por las tropas españolas como alojamiento temporal, cuando estas evacuaron la fortificación de Montevideo en junio de 1814 y, posteriormente, fue aprovechado por las tropas de Fernando Otorgués. Para febrero de 1816, el Cabildo mandó a inspeccionar el lugar y de acuerdo a De María, se encontraba ya en estado ruinoso:[8]

Destechadas las piezas de azoteas, las cocinas y los dos almacenes de veinte varas de largo cada uno. Faltaban cuarenta puertas y ventanas con sus marcos, y más ocho puertas y marcos de las piezas de azotea. El portón principal, también repelus, y las palmas sirviendo de palenque.

En 1843, el Estado uruguayo vendió el predio que alojaba entonces unas construcciones ruinosos y casi 60 años después de ese hecho, la revista Rojo y Blanco, en su edición del 13 de diciembre de 1902, da cuenta de la definitiva demolición de las ruinas que se mantenían en pie. Dicha publicación mencionaba que las ruinas han "cedido á las piquetas de los obreros, sin un quejido doloroso, sin una protesta... en holocausto al progreso urbano y á las necesidades del tránsito público.".[10]

En la actualidad editar

No obstante haber cumplido un rol muy importante por sus diferentes funciones, así como ser un lugar de referencia por sus dimensiones, hasta la segunda mitad del siglo XIX, su ubicación fue olvidada a partir de la demolición de sus ruinas en 1902 y se genera entre historiadores diferentes versiones respecto al emplazamiento original del predio. Apenas cinco años después de ese hecho, Orestes Araújo afirmaba en su "Historia compendiada de la civilización uruguaya" (1907), que De María había mencionado dos lugares distintos respecto a su emplazamiento, por un lado en la desembocadura del Miguelete y hacia la costa del Cerro, mientras que en otra obra de De María, dice que la edificación se ubicada entre los arroyos Miguelete y de Seco.[11]​ No obstante, Rómulo Rossi, en sus "Recuerdos y crónicas de antaño" (1922) afirma que el de la Playa Capurro y el del Arroyo Seco eran dos lugares diferentes para el depósito de esclavos.[12]​ Estos son solo algunos ejemplos de las confusiones que se dieron a lo largo del siglo XX que provocaron que tanto proyectos de investigación, como entidades estatales lo ubicaran y buscaran en distintos lugares.[7]

En 2009, el investigador de la Universidad de la República, Roberto Bracco, en el marco de un estudio sobre el puerto de Montevideo, ubicó el "Caserío de los Negros" en un predio ocupado en la actualidad por la escuela n.º 47 de Capurro. Anteriores investigaciones habían planteado que el Caserío estaba ubicado en el predio de la actual planta de Ancap de La Teja. Este descubrimiento motivó la realización de un proyecto de diagnóstico arqueológico, apoyado por la UNESCO - Uruguay y llevado a cabo en el año 2011 por Bracco junto al también antropólogo José López Mazz, el cual se tituló «Arqueología de la esclavitud con la escuela». Ese trabajó habilitó la realización de excavaciones de los muros perimetrales de la escuela n.º 47 así como la remoción de revoques de la construcción para dejar expuestos fragmentos de los muros originales del Caserío.[7]

El otro proyecto de diagnóstico arqueológico que derivó de la investigación, fue apoyado por la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación del Ministerio de Educación y Cultura en el año 2013 y permitió encontrar los cimientos del Caserío. El mismo tuvo lugar en el año 2013 y también incluyó la declaratoria del sitio como Monumento Histórico Nacional,[7]​ impulsándose la construcción de un memorial aún no concretado.

Referencias editar

  1. a b de María, Isidoro (1957). Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social, ed. Montevideo Antiguo: tradiciones y recuerdos. v2. p. 261. 
  2. Pieroni, Agustín (2015). El Virreino y los Virreyes. Dunken. p. 165. 
  3. Bracco, Roberto (2012). Esclavitud y afrodescendientes en Uruguay. Una mirada desde la antropología. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República. UDELAR. 
  4. a b Montevideo Antiguo: tradiciones y recuerdos. v2. Op. cit. p. 262. 
  5. Montevideo Antiguo: tradiciones y recuerdos. v2. Op. cit. p. 263. 
  6. «Ubican el sitio del Caserío de los Negros». Intendencia de Montevideo. Municipio C. 11 de junio de 2016. Consultado el 5 de octubre de 2018. 
  7. a b c d «Rescatando memoria: grupo de investigadores de la FHCE tras restos del «Caserío de Filipinas» | Portal Universidad de la República». www.universidad.edu.uy. Consultado el 16 de octubre de 2018. 
  8. a b Montevideo Antiguo: tradiciones y recuerdos. v2. Op. cit. p. 264. 
  9. Bracco Boksar, Roberto; López Mazz, José M. (2014). «El caserío de Filipinas de Montevideo». Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana 8 (2): 35 a 62. Consultado el 10 de julio de 2023. 
  10. Rojo y Blanco n. 104, año 3 (13 dic. 1902). 11 de enero de 2016. Consultado el 17 de octubre de 2018. 
  11. «Historia compendiada de la civilización uruguaya. Volumen 1 y 2». autores.uy. p. 137. Consultado el 17 de octubre de 2018. 
  12. «Recuerdos y crónicas de antaño. Tomo III». autores.uy. p. 107. Consultado el 17 de octubre de 2018. 

Enlaces externos editar