Estilbe

ninfa de la mitología griega, hija del dios fluvial Peneo

Estilbe es una ninfa de la mitología griega, hija del dios fluvial de Tesalia Peneo y de la ninfa náyade Creúsa. De dicha unión también nacieron sus hermanos Cirene, Dafne e Hipseo. Ella se unió con el dios Apolo, con el que tuvo dos hijos gemelos (Centauro y Lápites), los cuales llegaron a profesarse un gran odio, que los llevó a enfrentarse en una guerra, que fue denominada “Centauromaquia”, en la que los lápitas masacraron a los centauros, obteniendo así una gran victoria. Otra versión confirma que tuvo otro hijo con Apolo, Eneo, el cual fue padre del héroe Cícico junto con la ninfa Eneta. Se le atribuye también otra hija de su unión con Cicreo: Cariclo, que fue esposa del centauro Quirón, con quien tuvo a Tiresias.

Se encuentran dos menciones de dicha ninfa en la Biblioteca Histórica de Diodoro de Sicilia, en las que se nombra su ascendencia y descendencia.

[1]Peneo se unió a una ninfa llamada Creúsa y engendró a sus hijos Hipseo y Estilbe, a la que se unió Apolo para engendrar a Lápites y a Centauro

[2][...], y otros que era hijo de Lápites, hijo de Apolo, y de Estilbe, hija de Peneo

Existe otra Estilbe, que fue hija de Eosforo y posible madre de Autólico con el dios Hermes y de Calisto con Ceteo.

Ascendencia editar

 
Apolo y Dafne, cuadro atribuido a Piero Pollaiuolo (1441-1496)

Sus padres fueron Peneo y Creúsa. El primero tiene como progenitores a Océano, que fue uno de los Titanes, un dios primigenio que los antiguos griegos imaginaron como un gran río acuoso que rodeaba la Tierra, emanando de su caudal todas las fuentes y corrientes de agua que en ella existían, incluyéndose también los ríos y las nubes, representado como un río que discurre alrededor de la Tierra, siendo la personificación del agua; y a Tetis, que fue una divinidad que personifica la fecundidad femenina del mar y fue la más joven de las Titánides. Creúsa es hija de Océano y de Gea, diosa primigenia que personifica la Tierra, símbolo de la fecundidad y protectora originaria del Oráculo de Delfos. De los cuatro abuelos, destaca Peneo, por no quedar muy clara su descendencia, pues una versión afirma que, al unirse a Creúsa, tuvo dos hijos (Hipseo y Estilbe), a los cuales se les une Andreo, según otra versión. Además, se le atribuyen como otros hijos Cirene y Dafne, pero no de su unión con Creúsa, e incluso otra versión confirma que Cirene fue una de sus esposas, y otra que esta era hija de Hipseo, que es la más aceptada, y que Dafne no fue hija suya, sino del dios Ladón. Su intervención más célebre en la mitología griega es cuando logra transformar a su hija Dafne en laurel, dado que esta era perseguida por el dios Apolo, el cual estaba enamorado perdidamente de ella, tras haberle lanzado Cupido la flecha del amor y a Dafne la del odio, debido a que Apolo se había burlado de él por llevar flechas y arco siendo un niño.

Descendencia editar

De entre los hijos que se le atribuyen, destacan sobre todo Centauro y Lápites o Lapito, quienes desencadenaron el episodio de la “Centauromaquia”, una lucha que se desarrolló en el transcurso de la boda de Pirítoo, hijo de Ixión y rey de los lápitas (y según otra versión también padre o abuelo de los centauros) con Hipodamía, hija de Adrasto según Higinio, de Átrace según Lactancio Plácido y Ovidio o del ateniense Butes según refiere Diodoro de Sicilia en su obra Biblioteca Histórica:

[3]Posteriormente, una vez que se hubieron reconciliado, Pirítoo se casó con Hipodamía, la hija de Butes, e invitó a la boda a Teseo y a los centauros

Este episodio presenta varias versiones en cuanto a su origen, destacando tres. La primera, referida por Ovidio en su obra Metamorfosis, XII, vv. 210-535, es que los centauros decidieron ingerir vino sin aguar y, por ello, intentaron violar a la novia y a otras mujeres lápitas allí presentes, como refiere Higinio en sus Fábulas:

[4]Asimismo en otra boda, cuando se casó Pirítoo con Hipodamía, hija de Adrasto, los Centauros, ahítos de vino, intentaron raptar a las esposas de los lápitas

Según otra versión, referida por Virgilio en la Eneida el origen de dicha disputa fue el hecho de que Pirítoo invitó a su enlace a sus parientes, a sus vecinos y a todos los dioses menos a Marte, vengándose este al inspirar a los lápitas y centauros una furia que les llevó a guerrear brutalmente:

[5]Marte logró acabar con la gigante raza / de lápitas y el mismo Padre de los dioses entregó la antigua Calidón / a la ira de Diana. ¿Qué crimen cometieron los lápitas?

Finalmente, la tercera, referida por Lactancio Plácido en su poema épico Tebaida, II, v. 563, es que Pirítoo se olvidó de ofrecer sacrificios al dios Marte por su boda, quien originó la discordia entre ambos pueblos. Dicha contienda terminó, como refiere Higinio en sus Fábulas, con la victoria del pueblo lápita, el cual recibió la ayuda de héroes como Teseo, haciendo que los centauros supervivientes huyeran al Peloponeso.

[6]Los Centauros mataron a gran número de estos, pero perecieron a manos de ellos




Referencias editar

  1. Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, IV, 69.1, p. 174
  2. Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, V, 61.3, p. 325
  3. Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, IV, 70.2, p. 176
  4. Higinio, Fábulas, XXXIII, 3, p. 124
  5. Virgilio, Eneida, VII, vv. 305-306
  6. Higinio, Fábulas, XXXIII, 3, p. 124

Bibliografía editar

  • GRIMAL, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1986.
  • HIGINIO, Fábulas, Madrid: Gredos, 2009.
  • OVIDIO, Metamorfosis, Madrid: Cátedra, 2005.
  • RUIZ DE ELVIRA PRIETO, Antonio, Mitología clásica, Madrid: Gredos, 1982.
  • SICILIA, Diodoro de, Biblioteca Histórica, Libros IV-VIII, Madrid: Gredos, 2004.
  • VIRGILIO, Eneida, Madrid: Gredos, 1992.

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