Kurupí

Quinto mito del Paraguay

En la mitología guaraní, el Kurupí (en guaraní) o Kurupira[1]​ (en tupí-guaraní antiguo) es un enano de cuerpo vigoroso, representante del mito fálico y por tanto de la sexualidad, siendo uno de los monstruos legendarios más representativos de la cultura paraguaya. Es el quinto hijo de Taú y Keraná, personaje feo y de color negro, que sale de lo profundo de la selva a buscar mujeres vírgenes para capturarlas y violarlas.

Representación artística del Kurupí.

Este personaje legendario es un mito propio esencialmente del Paraguay, y conocido en otros lugares como el noreste argentino y ciertas zonas de Brasil. El mito tiene variantes regionales y locales en el relato, como el Curupira en la amazonia brasileña.

Uno de los posibles significados de "kurupí", en guaraní, es "piel con granos" o "piel rugosa".[2]

La variante de la palabra del tupí-guaraní antiguo de "kurupira" al "kurupí" del guaraní criollo se ha dado también en otras palabras como "kapi'yvara" en tupí-guaraní antiguo (haciendo referencia al capivara o carpincho) y "kapi'yvá" en el guaraní criollo hablado hoy en día.

Mitología editar

Se cree que este ser habita principalmente en los bosques del Paraguay. Es conocido por su miembro viril el cual usa para violar a las mujeres.

Se cree que a las horas de la tarde y el mediodía sale de los bosques en busca de mujeres para violarlas, principalmente, vírgenes.

Al no poder trepar árboles, se le puede burlar subiéndose a uno.

Al encontrar a un hombre, el Kurupí intentará matarlo y este tendrá que correr hasta salir del bosque o subirse a un árbol alto.

Las mujeres que se lo encuentren tendrán que huir lo más rápido posible o trepar al árbol más alto que encuentren, pues el Kurupí no se rendirá hasta violarlas.

Descripción editar

El Kurupí es descrito como un enano cobrizo y fornido, dotado de manos poderosas y de un miembro viril tan largo que debe enroscárselo varias vueltas en torno a la cintura a modo de cinturón cuando no lo usa. Este falo es prensil, y con él enlaza a su víctimas, pudiéndolo además introducir por ventanas y huecos para violar a mujeres sin necesidad de entrar en sus casas. En ocasiones, su aspecto solo basta para enloquecer a las mujeres si llegan a verlo.

 

De quedarse embarazadas del Kurupí, las mujeres dan a luz a hijos de corta estatura, feos y peludos, los cuales mueren de una a los siete días del nacimiento por una maldición y si son varones heredan también parte de la virilidad de su padre.

En algunas versiones, su cuerpo es torpe y carente de articulaciones, por lo que se le puede burlar subiéndose a un árbol, dado que no puede trepar ni nadar. En otras versiones, se le describe como antropófago.

Galería editar

Véase también editar

Referencias editar

  1. FERREIRA, A. B. H. Novo Dicionário da Língua Portuguesa. Segunda edição. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1986. p.513
  2. Gustavo Fernández (3 de septiembre de 2020). «Leyendas guaraníes: el Pombero, el Karaí Pyharé, el Kurupí y el Yasy Yateré». MysteryPlanet.com.ar. Consultado el 3 de septiembre de 2020.