Anexo:Demandas contra Todd McFarlane

Neil Gaiman demanda formalmente a Todd McFarlane y sus compañías ante la Corte Federal en Madison, Wisconsin. El abogado de Gaiman, Kenneth F. Levin, comentó que esta demanda surge después de varios intentos fallidos por arreglar el asunto fuera de los tribunales, y que no es tanto un asunto de dinero, sino de respeto a los derechos autorales y a los tratos de palabra. Al lado de Gaiman está Marvels and Miracles (LLC), compañía representante legal por parte de los derechos autorales de los primeros trabajos de Miracleman hechos por Alan Moore (guion) y Mark Buckingham (arte).

Demanda editar

La demanda completa consta de nueve puntos, y además de Miracleman, involucra a los personajes Angela, Cogliostro y Medieval Spawn, todos creados por Gaiman.

Punto I editar

Derogación de derechos morales. Gaiman es el verdadero autor intelectual de Spawn N.º 9, la miniserie de Angela, porciones de Spawn N.º 26, y todos los caracteres ahí presentados; que han sido explotados y reimprimidos sin el apropiado crédito de su autor.

Punto II editar

Infracción del Copyright de Angela. Gaiman posee los copyright legales del personaje Angela, bajo los expedientes TX 5-352-460, TX 5-276-922, VAu 481-446, VAu 481-424, y otros cinco expedientes más. Por tanto, la explotación del personaje por parte de McFarlane ha sido ilegal, pues nunca le pagó a Gaiman la regalías obligatorias por ley.

Punto III editar

Infracción al Copyright de Cogliostro y Medieval Spawn, Gaiman posee también los copyright legales de los personajes Cogliostro y Medieval Spawn, bajo los expedientes adicionales TX 5-352-460 y 5-352-461. Por tanto, la explotación y readaptación por parte de McFarlane es ilegal, pues nunca pidió el consentimiento necesario para alterar los personajes, ni tampoco pago las regalías correspondientes.

Punto IV editar

Incumplimiento de contrato. McFarlane falló en el pago a Gaiman por la explotación de Angela y otras propiedades aparecidas en Spawn N.º 9, específicas en un contrato firmado. Esto incluye porcentaje de ganancias por cada cómic en que aparecieron los personajes, y cada figura de acción diseñada y esculpida por Randy Bowen, basadas en los personajes originales. Esto incluye un acuerdo de palabra de 1997, en el que McFarlane se compromete con Gaiman a compensar esta pago en especie, cediendo los derechos de Miracleman a favor de Gaiman.

Punto V editar

Fraude. McFarlane ya había declarado públicamente que compró los derechos de Miracleman en América, para cedérselos a Gaiman como compensación por falta de las regalías mencionadas. Según este acuerdo (1997), a Gaiman se le transferirían todos los derechos editoriales, cosa que nunca sucedió y, de hecho, la renovación de derechos de marca registrada y nombre comercial del personaje en 2001 está a nombre de McFarlane y no de Gaiman. Además, se acordó pagar regalías por Angela a partir de Spawn N.º 100, sin embargo, dicho personaje fue eliminado a propósito de historias subsecuentes, con su muerte.

Punto VI editar

Violación del Acta Lanham. McFarlane Productions se acreditó como único propietario del copyright de Spawn N.º 9 y la miniserie de Angela (delito federal en USA, según el acta mencionada).

Punto VII editar

Publicidad falsa. McFarlane usó una falsa declaración de autoría intelectual sobre Angela en varias reediciones y publicidad, donde nunca le dio el crédito correspondiente a Gaiman, provocando confusión entre los consumidores.

Punto VIII editar

Incumplimiento de promesas. McFarlane le prometió a Gaiman mayor control autoral sobre sus obras. Al no cumplir, en 1997 le propuso compensarlo regalándole los derechos de publicación y marca de Miracleman, y ese convenio tampoco se cumplió (en términos jurídicos, en los Estados Unidos una promesa equivale a un contrato laboral de palabra, por tanto involucra a las leyes en la materia).

Punto IX editar

Declaraciones incriminatorias. McFarlane hizo evidente sus intenciones de seguir explotando las propiedades mencionadas, así como la de Miracleman; no hace mucho, se anunció un crossover Spawn/Miracleman en las páginas de Hellspawn, sin completo consentimiento de Gaiman o Marvels and Miracles. Y si bien McFarlane compró los derechos de publicación de Miracleman a la hoy desaparecida Eclipse Comics, eso no le da derecho a producir nuevo material aún, sin el consentimiento adecuado de los propietarios intelectuales, quienes por lo menos hasta antes de la bancarrota de Eclipse Comics, seguían siendo los titulares legales, por lo que la venta de derechos es invalida y McFarlane nunca pudo ofrecer a Gaiman compensarle sus regalías con algo que de antemano ya le pertenecía, según las leyes internacionales de copyright y derecho autoral.

Resumen editar

Neil Gaiman ha solicitado, amparado por las leyes federales, pago de daños económicos y morales; pago de regalías atrasadas; declaraciones públicas de quien detenta verdaderamente los derechos de las propiedades enumeradas; pago de multa por infracción al Acta Lanham; pago especial por infracción a copyright; y cualquier compensación adicional que la corte considere pertinente.

Gaiman gana juicio contra McFarlane editar

Se da a conocer en los Estados Unidos un fallo polémico acerca de la industria de los cómics. Gaiman reclamaba los derechos de los personajes que había creado para la revista No. 9 de Spawn, cuyos dibujos corrieron por cuenta de McFarlane. El jurado concluyó que Gaiman tiene parte de la propiedad de los personajes mencionados.[1][2]

Una breve consigna introductoria podría ser útil para adentrarnos en el tema: Si alguien publica en una revista ajena y los personajes creados para tal edición no son registrados por aquel que los crea sino por el propietario de la publicación, ¿cual podría ser la solución?.

Tradicionalmente, los derechos de autor son utilizados por aquellas personas que intentan tener un poder sobre su creación, evitando su explotación discrecional sin su consentimiento. Aquí la cuestión es otra, McFarlane al registrarlo, su intención era obtener un rédito económico (cosa que no reprochamos), pero que si resaltamos al utilizar una creación ajena. Gaiman por su parte, había acordado un arreglo con respecto a una transferencia de copyrights, con lo cual a nuestro humilde entender estaba consintiendo dicha acción -para más precisiones recurrir.[3]Con lo cual al ceder el copyright durante 8 (ocho) años (téngase en cuenta que la publicación vio la luz en 1993 y el reclamo judicial se inició en 2001) no vemos razón adecuada para aceptar esta vuelta atrás de Gaiman.

Referencias editar

Enlaces externos editar