Antonio de Portugal

infante de Portugal (1695-1757)

Antonio de Braganza (Lisboa, 15 de marzo de 1695 - id. 20 de octubre de 1757) fue un infante portugués, quinto hijo del rey Pedro II de Portugal y la princesa María Sofía de Palatinado-Neoburgo.

Antonio
Infante de Portugal
Información personal
Nombre completo Antonio Francisco Javier José Bento Teodosio Leopoldo Enrique
Nacimiento 15 de marzo de 1695
Palacio de Ribeira Lisboa, Reino de Portugal
Fallecimiento 20 de octubre de 1757 (62 años)
Palacio Real de Alcántara, Lisboa, Reino de Portugal
Sepultura Panteón de los Braganza en el Monasterio de San Vicente de Fora
Familia
Casa real Braganza
Padre Pedro II de Portugal
Madre María Sofía de Palatinado-Neoburgo

Primeros años editar

Su nacimiento fue aplaudido con grandes muestras de alegría, debido a que con su nacimiento se reforzaba la línea sucesoria, aunque para ese momento su madre empezaba a tener una enfermedad la cual sumado a los embarazos le terminarían arruinando la salud.

Fue bautizado el 16 de abril de 1695 por el Capellán Mayor y Arzobispo de Lisboa, Luis de Souza, en la Capilla Real del Palacio de Ribeira, con el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico y la reina viuda de Inglaterra, Catalina de Braganza, su tía paterna, actuando como padrinos, siendo los abogados Luis Ambrosio Pereira de Melo, 2.º Duque de Cadaval y el Inquisidor General fray José de Lencastre. El bebé fue tomado en brazos de Nuno Álvares Pereira de Melo, 1.er Duque de Cadaval, Consejero de Estado y Mayordomo Mayor de la Reina, bajo un rico dosel, como era la costumbre. Tenía solo cuatro años cuando murió su madre, víctima de una erisipela después de dar a luz a su último vástago.

El 31 de octubre de 1703 recibió el sacramento de la confirmación junto a sus hermanos, en el oratorio del extinto Palacio Real de Alcantara, ubicado en la Quinta del mismo nombre, y ese mismo día recibió la primera tonsura en el oratorio de Palacio de Ribeira, por el inquisidor general, fray José de Lencastre, quien también le había administrado la confirmación. Pedro II lo concedió muchas propiedades, como los cruzados de Tença en las aduanas de Lisboa y Oporto, de la encomienda de Santa María de Almada y de varias pensiones en varios obispados del Reino, le hubiesen sido concedido más cosas de no ser porque su padre el rey, no hubiera muerto cuando su hijo solo tenía 11 años, por lo que él quedó totalmente huérfano.

En 1707, su hermano mayor, el ahora el rey Juan V, nombró como el tutor del infante a Fernando Martins Mascarenhas, segundo conde de Obidos, consejero de estado y alguacil jefe del reino, por su experiencia y conocimiento. Con la asistencia de este maestro de escuela, se reconocieron y destacaron talentos en el infante, quién según se informa, no entregó ningún trabajo a sus maestros. António se destacó en Matemáticas y Filosofías modernas, en las que tuvo como maestro a Manuel de Azevedo Fortes, General de Batalla e Ingeniero Jefe del Reino, profesor de arquitectura militar, erudito en las materias referidas, aprovechando singularmente el infante sus enseñanzas, disputando y escuchando con entusiasmo al maestro y demás profesores sobre diversas materias. Además de la propensión a la ciencia, tenía un gusto especial por la historia, que leía en su lengua materna, también hablaba latín, francés, italiano y español, habiendo incluso establecido una gran biblioteca donde guardaba grabados y manuscritos raros, lo que contribuyó a la realización de la obra Historia genealógica da Casa Reyal Portuguesa.

Distinguido en las artes liberales, teniendo también tenía un gran interés por la música, en la que tenía una inclinación natural por los instrumentos, tocando el clavicémbalo y el piano en su tiempo libre. Fue alumno del célebre compositor italiano Domenico Scarlatti y, en 1732, el compositor Lodovico Giustini le dedicó la primera colección de sonatas para piano más editada. También tiene talento para la equitación, la caza y la tauromaquia.

Vida posterior editar

Fue armado caballero por su hermano el 25 de mayo de 1717, en la ermita del Palacio de los Duques de Cadaval, en Pedrouços, luciendo sus espuelas Nuno Álvares Pereira de Melo, 1.er duque de Cadaval y João de Sousa, 3.er marquês das Minas, después de haber ordenado a fray Fernando de Morais, Prior de la Orden Militar de Cristo, que le introdujera en el hábito de la misma Orden.

El 21 de diciembre de 1726, su hermano le ofreció una Casa la cual era numerosa, con todas las oficinas y foros de la Casa Real, además de para su administración, un tribunal, presidido por ministros de alto rango en Letras y más secretarios y funcionarios del Ministerio de Hacienda. Al mismo tiempo, en demostración de la gran estima del rey por su hermano predilecto, le hizo un generoso favor para mantener su casa. El niño luego residió fuera de la corte.

Antonio Caetano de Souza describió al infante de la siguiente manera: «(...) el el Serenísimo Infante D. Antonio, adornado de excelentes virtudes, benigno, agradable, generoso, magnífico, apreciativo de las personas, y favoreciendo a todos los bienhechores, es decir, civiles o militar, que asiste generosamente con su protección, y con su liberalidad, para que ame no sólo a los que tienen el honor de tratarlo, sino universalmente a los portugueses y extranjeros; porque en él se ve a un Príncipe de presencia dulce, vivo, bizarro, robusto, ingenioso, con sublime comprensión, curioso y consciente (...)». Otras fuentes dicen lo contrario: «(...) apático y egoísta, y con su abrigo verde protegía a la Compañía de Olho Vivo, una banda de ladrones que alarmó a Lisboa y a quien el Infante quiso salvar por vanidad, como lo hizo. parte de su mayordomo".

Últimos años y muerte editar

A la muerte de su hermano Francisco Javier de Portugal, en 1742 Antonio reclamó la sucesión al frente de la Casa del Infantado, que sin embargo, sería entregada a su sobrino Portugal, segundo hijo de su hermano. Juan V, lo que agravó enormemente la relación entre los dos hermanos. El infante, fervientemente religioso, nunca se casó ni tuvo hijos legítimos, viviendo el resto de su vida en el extinto Palacio Real de Alcantara, ubicado en la Quinta del mismo nombre (también conocida como Quinta da Tapada), en las afueras de Lisboa, donde murió víctima de una apoplejía el 20 de octubre de 1757. El juez António José da Fonseca Lemos estuvo a cargo de los preparativos del funeral. Descansa en el Panteón de la Dinastía Braganza, junto a sus hermanos Francisco Javier, Manuel y Francisca Josefa.

Ancestros editar