Bóveda tabicada

Bóveda de ladrillos a panderete

La bóveda tabicada o "a panderete", es un tipo de bóveda caracterizada por construirse normalmente sin cimbra, con ladrillos ligeros y yeso rápido, pegando los ladrillos por sus cantos (o "en aparejo a panderete", en lenguaje arquitectónico), siguiendo una curvatura predeterminada hasta obtener una superficie abovedada, autoportante y ligera.[1]

Los ladrillos de estas bóvedas se colocan como los ladrillos del tabique donde se apoyan.

El nombre de bóveda tabicada se debe a que tanto su aspecto, los materiales que las conforman, como su proceso de construcción, son similares a los de los tabiques de ladrillo. En Cataluña y otras regiones también se le atribuyen otras denominaciones localistas, aunque estas no son adecuadas desde un punto de vista técnico.[2][3]

Historia editar

El origen de este tipo de bóvedas se halla en la arquitectura islámica, habiéndose encontrado claros precedentes en la Mezquita del Viernes de Isfahán y la Mezquita de la Casba y la Qubba Barudiyyin de Marrakech.[4][5]​ Además, los ejemplos más antiguos de bóvedas tabicadas que se conocen en suelo europeo se encuentran en la zauiya de Aznalcóllar (de mediados del siglo XIII), en Murcia (Siyasa) y en la Comunidad Valenciana; es decir, en zonas que tuvieron una importante población mudéjar.[6]

Durante los siglos XIV y XV la técnica se difundió desde Valencia hacia Aragón y Cataluña. En el siglo XVII Fray Lorenzo de San Nicolás escribió el primer tratado en español sobre la construcción de bóvedas tabicadas, y un siglo después Fray Domingo de Petrés difundió estas bóvedas en el Virreinato de Nueva Granada, actual Colombia.[7]

El Conde de Espie y Blondel contribuyeron a su difusión en Francia con el nombre de voûtes plâtes.[8][9]

En el siglo XIX se publicaron manuales como el de Manuel Fornés y Gurrea, y Rafael Guastavino exportó la técnica a América del Norte.[10][11][12]

Posteriormente fue una técnica muy usada por los arquitectos modernistas, en especial por Gaudí. Sin embargo, la popularización del hormigón armado y el progresivo encarecimiento de la mano de obra necesaria para construirlas, hizo que dejaran de ser económicamente competitivas y que durante el siglo XX se fuera abandonando progresivamente el uso de bóvedas tabicadas, aunque arquitectos como Luis Moya, Eladio Dieste o Le Corbusier, entre otros, siguieron usándolas.[7]

En las últimas décadas, se ha renovado el interés por esta forma de construir.[13]​ Por ejemplo, Norman Foster diseñó un aeropuerto para drones en Ruanda basándose en la bóveda tabicada, que presentó en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2016 y que se esperaba terminar en 2020.[14]

Construcción editar

Como sucede con cualquier tipo de bóveda, su resistencia estructural depende de su geometría. Con la técnica del tabicado se pueden construir desde superficies sencillas como bóvedas de cañón, de pañuelo y cúpulas esféricas o elípticas, como las de Guastavino, hasta superficies regladas y de revolución más complejas o susceptibles de ser armadas, como las que, por ejemplo, hicieron Gaudí y Dieste. Además, se pueden hacer tanto de una sola capa de ladrillo como, más frecuentemente, de varias.

En cualquier caso, el proceso constructivo es siempre idéntico: Tras marcar sobre los muros de apoyo las directrices y generatrices de la superficie a construir y, siguiendo estas referencias, sin usar cimbras de ningún tipo, se van creando sucesivas filas de ladrillos ligeros y de muy poco espesor (rasillas) que se pegan por sus cantos hasta cerrar la superficie en el centro geométrico del área que se pretende cubrir. En la primera capa, es imprescindible usar yeso como aglutinante, ya que fragua con rapidez, pero en las siguientes capas (o “doblado”) siempre se usan morteros más resistentes a los esfuerzos y la humedad como la argamasa o, modernamente, el cemento, colocando los ladrillos de manera que las juntas de cada capa tengan un ángulo diferente a los de las juntas de las capas adyacentes para lograr un conjunto más resistente.

En Extremadura (principalmente la provincia de Badajoz y sur de Cáceres) y la región portuguesa limítrofe del Alentejo suelen ser bóvedas de arista de una sola capa, con ladrillos huecos sencillos o macizos de poco espesor y dos arcos elípticos (realmente serían dos toroides) que se cruzan en el centro de la estancia cubierta formando aristas desde los rincones.[15][16][17]​ En la Comunidad Valenciana, son típicas las cúpulas de doble cáscara, la exterior para sostener un tejado y la interior con fines decorativos, dejando una cámara de aire visitable entre ambas. En Cataluña son frecuentes las bóvedas de cañón rebajadas y, en edificios modernistas, las formas paraboloides.[7]

Hasta fechas muy recientes era muy frecuente en casi toda España formar la estructura de las escaleras con bóvedas tabicadas, casi siempre con varias capas y forma de catenaria invertida, ya que al no necesitarse el uso de cimbras era más económico que realizar la escalera de hormigón armado.

 
Primeras hiladas de una bóveda tabicada de arista.
Primeras hiladas de una bóveda tabicada de arista.  
 
Bóveda tabicada de arista, típica de Extremadura.
Bóveda tabicada de arista, típica de Extremadura.  
 
Construcción de una bóveda tabicada de cañón elíptica.
Construcción de una bóveda tabicada de cañón elíptica.  
 
Bóveda tabicada rebajada en una casa de Barcelona.
Bóveda tabicada rebajada en una casa de Barcelona.  
 
Bóveda tabicada de escalera.
Bóveda tabicada de escalera.  

Véase también editar

Referencias editar

  1. La alucinante vida de la bóveda tabicada durante ocho siglos y a través de dos continentes, J.A. Aunión, El País, 1 de diciembre de 2018
  2. Conejo, Antoni (2012). «Volta de rajola», «volta de maó pla» o «volta catalana»: reflexiones en torno a las bóvedas tabicadas en Cataluña durante los siglos del gótico.. p. 110. «En la documentación histórica aparece referida bajo un amplio paraguas de nombres: en ocasiones —las que más—, tan sólo se menta el material (volta de rajol, guix i rajola, algeps, terracuita), pero otras veces se alude a sus rasgos formales (barandat, rajola de pla, maó de pla) o incluso al grosor (rajola plana doblada, doble, de dos gruixos, de tres dobles, tres rajols). En cambio, hay acepciones que se amparan en criterios más dudosos, fruto de una historiografía ansiosa por circunscribir sus orígenes o centro de irradiación a una geografía concreta; es el caso de vôute à la Roussillon y de volta catalana 
  3. Gómez-Ferrer, Mercedes (2012). Las bóvedas tabicadas en la arquitectura valenciana.. pp. 72 y 73. «La expresión “bóveda catalana” creemos que tampoco es una expresión adecuada. Se utilizó en el Congreso de Arquitectura de Madrid de 1904 pero es por tanto una expresión reciente, que no se refiere ni a su técnica, ni a su material, ni presumiblemente a sus orígenes.» 
  4. Almagro, Antonio (2022). «Bóvedas tabicadas en Al-Ándalus y el Magreb.». Construyendo Bóvedas Tabicadas II. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia. ISBN 978-84-904-8827-0. 
  5. Vitti, Paolo (2022). «Tile vaulting and its oriental pedigree.». Construyendo Bóvedas Tabicadas II. (en inglés). Valencia: Universidad Politécnica de Valencia. ISBN 978-84-904-8827-0. 
  6. AA. VV. (2014). Bóvedas sin cimbra: La construcción tabicada.. 
  7. a b c Zaragozá, Arturo (2010). Hacia una historia de las bóvedas tabicadas.. 
  8. De Sotomayor, Joaquín (1776). Modo de hacer incombustibles los edificios, sin aumentar el costo de su construcción.. 
  9. Blondel, Jacques-François (1777). Cours d'architecture, ou Traité de la Décoration, Distribution et Construction des Bâtiments. Volumen 6.. 
  10. Vegas, Fernando (2001). Los orígenes valencianos de Guastavino.. 
  11. Guastavino, Rafael (1893). Essay On the Theory and History of Cohesive Construction, Applied Especially to the Timbrel Vault.. 
  12. Luis Fernández (29 de junio de 2016). Radio Valencia, ed. «Encontrando a Guastavino». Consultado el 25 de julio de 2016. 
  13. AA. VV. (2010). Tile vaulted systems for low-cost construction in Africa.. 
  14. Jan Doroteo (2016). «Norman Foster explica cómo los drones en Ruanda podrían abrir el camino para nuevas ciudades». Consultado el 8 de abril de 2017. 
  15. Sánchez Leal, José (2000). Bóvedas extremeñas y alentejanas de rosca y sin cimbra.. 
  16. Pariente Lorenzo, Fernando (2014). La bóveda extremeña. Un acercamiento a su geometría... con <<regla y compás>>.. 
  17. AA. VV. (2018). Abobadilha, abóbada de tijoleiras ao baixo, bóveda tabicada ou abóbada lusitana?. 

Bibliografía editar

  • Construyendo Bóvedas Tabicadas : Actas Del Simposio Internacional sobre Bóvedas Tabicadas. Valencia: Universidad Politécnica De Valencia. 2012. ISBN 978-8483638729. 

Enlaces externos editar