Balbino Santos Olivera

arzobispo español

Balbino Santos Olivera (Hospital de Órbigo, León, 27 de marzo de 1887 – Granada, 14 de febrero de 1953) fue un sacerdote católico español, obispo de Málaga y arzobispo de Granada.

Balbino Santos Olivera

Título Arzobispo de Granada
Otros títulos Obispo de Málaga
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 16 de julio de 1911, Roma
Ordenación episcopal 27 de octubre de 1935
por Eustaquio Ilundain y Esteban
Información personal
Nombre Balbino Santos Olivera
Nacimiento 27 de marzo de 1887, Hospital de Órbigo
Fallecimiento 14 de febrero de 1953, Granada
Alma máter Pontificia Universidad Gregoriana

Omnia et in omnibus Christus

Biografía editar

Formación editar

Cursó estudios en el Seminario Conciliar de Astorga, desde 1899, y más tarde, becado por la diócesis como colegial del Pontificio Colegio Español, en la Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo los doctorados en Filosofía y Teología, y en el Instituto Bíblico de la misma ciudad, donde se licenció en Sagradas Escrituras y Lenguas Orientales. También asistió a la Academia de Santo Tomas y estudió otras materias, como arqueología, literatura o lenguas clásicas.

Presbítero editar

Ordenado presbítero en Roma el 23 de julio de 1911, regresó a España, siendo nombrado por el obispo de Salamanca su mayordomo y profesor del seminario de la diócesis, para pasar posteriormente a enseñar en la facultad de Teología como doctor de su claustro.

En 1919 fue nombrado canónigo de la catedral de Córdoba y en 1921 de la de Sevilla, en cuyo seminario enseñó diversas materias de su especialidad.

Obispo de Málaga editar

Recibió el encargo de la diócesis de Málaga el 5 de agosto de 1935, siendo consagrado obispo el 27 de octubre del mismo año en Sevilla por el cardenal Eustaquio Ilundáin y Esteban. Enfrentó el gobierno de la diócesis ante la difícil situación de la Iglesia católica en España. Durante la guerra se vivieron situaciones de tensión y violencia que produjeron el asesinato de seminaristas y sacerdotes, más de ciento sesenta, equivalente al 42 % de los incardinados, y la destrucción de templos. Su predecesor, Manuel González y García, había escapado de Málaga tras la quema de conventos de 1931, huyendo de las persecuciones, y nunca más regresó a la sede, que gobernó cinco años desde Madrid.

Al comienzo de la Guerra Civil, el 20 de julio de 1936, salió de Málaga a bordo del Silvia Tripcovich gracias a la ayuda del cónsul de Italia, Tranquillo Bianchi, junto al contingente de ciudadanos italianos que abandonó la provincia con destino a Tánger.[1]​ Regresó con el control de Málaga tras la batalla de Málaga en febrero de 1937, encargándose de la reorganización de la diócesis tras la persecución religiosa sufrida y la tendencia laicista y secular precedente. A partir de ese año 1937, en las misas y demás actos litúrgicos celebrados en la ciudad tuvo lugar una mezcla de lo patriótico con lo religioso, e incluso era corriente ver a monseñor Santos Olivera saludando a la romana.[2]​ Además, se implicó con la ayuda de Regiones Devastadas en la reconstrucción de numerosos templos y el palacio episcopal, que habían sido destruidos. Creó el Instituto Diocesano de Cultura Religiosa, fundó un seminario mayor de verano en Ronda y amplió el seminario de la diócesis.

En los años cuarenta, en una línea que ha sido calificada de fundamentalista, emprendió diversas campañas siguiendo las instrucciones de Pio XII sobre la moralidad, modestia y pureza, así como de higiene y caridad, con observaciones sobre la ropa, el maquillaje o los deportes.[3]​ Además, insistió especialmente en el precepto de guardar el domingo y demás fiestas de guardar imponiendo la proyección en las salas de cine de clichés con la imagen de Jesucristo diciendo: «los judíos me crucificaron el viernes; los cristianos faltando a misa, trabajando sin necesidad, asistiendo a espectáculos inmorales, me crucifican el domingo».[2]

Arzobispo de Granada editar

Nombrado para encabezar la sede metropolitana de Granada el 24 de noviembre de 1946, desde su llegada desarrolló una intensa labor tanto apostólica como social. Durante su corto mandato de poco más de seis años, se crearon 42 nuevas parroquias, recorrió toda la diócesis en visita pastoral, intensificó la devoción a la Virgen de Fátima, promoviendo la construcción del santuario dedicado a esta advocación en Lancha de Cenes y publicó más de cincuenta pastorales. Su preocupación social se materializó con la recaudación de fondos para los más necesitados mediante tómbolas benéficas y con la entrega de viviendas sociales promovidas por la Constructora Benéfica de la Virgen de las Angustias, que presidía, en colaboración con el Instituto Nacional de la Vivienda. En 1950 organizó el Congreso Catequista Diocesano y convocó una misión general, cuya dirección encomendó a los jesuitas. En 1952 convocó el II Sínodo Diocesano, que no se celebraba desde 1572.

Amplió y mejoró los seminarios de la diócesis e impulsó el de verano de Sierra Nevada en el Hotel del Duque. Encomendó la dirección, administración y control de los seminarios a sacerdotes seculares diocesanos, desvinculando al seminario mayor de la Facultad de Teología de Cartuja, a la que permanecía ligado desde 1939, aunque mantuvo en la dirección espiritual a los jesuitas.

Falleció en Granada el 14 de febrero de 1953 y sus restos fueron inhumados en la capilla de la Virgen de las Angustias de la Catedral de Granada.

Obra editar

Además de diversos trabajos de traducción de textos hebreos al latín o al castellano, estudios histórico-exegéticos o sobre Historia del Arte, discursos, conferencias y pastorales, algunos publicados en revistas y folletos, es autor, entre otros, de los siguientes libros:

  • Guía ilustrada de la catedral de Sevilla (1930);
  • Traducción de la obra de Giovanni Papini Los operarios de la viña (1931);
  • Crítica e hipercrítica en la Biblia (Discursos leídos ante la Academia Sevillana de Buenas Letras)(1932);
  • Sobre el seminario diocesano (1938);
  • El libro nupcial: lo que deben saber y hacer los que se casan (1941);
  • El tesoro de las indulgencias (1951).

Distinciones editar

Sucesión editar


Predecesor:
Manuel González y García
 
Obispo de Málaga

27 de octubre de 1935 - 24 de noviembre de 1946
Sucesor:
Ángel Herrera Oria
Predecesor:
Agustín Parrado García
 
Arzobispo de Granada

24 de noviembre de 1946 - 14 de febrero de 1953
Sucesor:
Rafael García y García de Castro

Referencias editar

  1. «Tiempo y Sociedad, 28 (2017). La Italia fascista en Málaga durante la guerra civil española: acciones militares y diplomáticas entre 1936-1937. Autor: Antonio Navas Muñoz». 
  2. a b Cerón Torreblanca, Cristian (2009). «Las relaciones Iglesia-Estado en Málaga durante el franquismo (1936-1975)». Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Málaga) (31): 480-485. ISSN 0212-5099. 
  3. «BOLETIN OFICIAL DEL OBISPADO DE MALAGA NUEVAS INSTRUCCIONES Y NORMAS, COMPLEMENTARIAS Y ACLARATORIAS, SOBRE ACTUACIONES MATRIMONIALES - PDF Free Download». docplayer.es. Consultado el 1 de septiembre de 2022. 

Fuentes editar

  • Barranquero Texeira, Encarnación (1994). «D. Balbino Santos Olivera. Notas biográficas». Málaga entre la guerra y la posguerra: el franquismo. Málaga: Arguval. pp. 179 y ss. ISBN 84-86167-84-1. 
  • Luengo Tapia, Manuel. «Balbino Santos Olivera, 1935-1946». Episcopologio: La historia de la diócesis de Málaga a través de sus obispos. Consultado el 10 de marzo de 2012. 
  • Sánchez Ocaña, Juan (1993). Los tiratapias. Una experiencia pastoral en los años 1950-1960. Granada: Imp. Ave María. 
  • Vicente, Luis de (15 de febrero de 1953). «A las dos de la tarde de ayer falleció en la capital de su diócesis el arzobispo de Granada, doctor Santos Olivera». ABC: 39-40.  Texto «n´´umero» ignorado (ayuda)

Enlaces externos editar