La barra española es un deporte tradicional de España, que agrupa distintas modalidades regionales de lanzamiento de barra como la barra castellana, la barra vasca y la barra aragonesa. Consiste en el lanzamiento de una barra metálica de longitud que varía según la región. Formó parte del programa de pruebas del Campeonato de España de Atletismo desde el año 1930 hasta 1963,[1]​ actualmente se realizan competiciones de barra en algunas provincias y municipios como parte de los actos culturales de las fiestas mayores. El peso máximo de la barra en la categoría masculina es de 7 Kilos, mientras que en la categoría femenina es de 4.

Orígenes editar

Fue una tradición popular muy extendida por España que tiene sus orígenes en las barras de metal que se usaban en los oficios más representativos de cada zona como los molineros o mineros, para competir entre ellos.

Históricamente se pueden encontrar múltiples referencias a este deporte a lo largo de la historia.

Gaspar Melchor de Jovellanos, el primer escritor español que consideró al deporte como una actividad de interés general, nos habla de la barra como una actividad frecuente y prestigiosa en el siglo XVII.

Anteriormente en el siglo XVI, Cristóbal Méndez recomendaba el ejercicio de la barra, junto con el de los bolos, por considerarlos actividades que desarrollan todo el cuerpo.

Pero quizá, el más importante dato escrito a la hora de ensalzar este deporte, nos viene de nuestro autor más universal. La importancia no viene dada por el contenido en sí mismo, sino por la grandeza del escritor. Cuando Miguel de Cervantes, aunque de pasada hace referencia a la barra.

Curiosidades editar

El atleta español Miguel de la Quadra-Salcedo (más tarde aventurero y reportero) realizó competiciones y exhibiciones lanzando la jabalina con una técnica adaptada del lanzamiento de barra vasca por Félix Erausquin que se denominó estilo español o Erausquin. Sus lanzamientos y los de otro gran atleta, Manuel Clavero pulverizaban la plusmarca mundial de esta especialidad.

Esta técnica era muy peligrosa sobre todo realizada por lanzadores inexpertos, pues antes de lanzar la jabalina el atleta realizaba una serie de giros sobre sí mismo para coger impulso y lanzar la jabalina. Ante la peligrosidad de esta técnica la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) modificó el reglamento de la prueba por medio de la llamada enmienda Pain indicando que no se podía dar la espalda a la zona de lanzamiento.[2]​ Erausquin volvió a reinventar la técnica sin dar vueltas y con esta nueva adaptación De La Quadra lanzó 82,80m en Madrid el 21 de noviembre de 1956,[1]​ y Clavero 89,66 m. Ni Miguel de la Quadra ni Manuel Clavero pudieron acudir a los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956 porque España no llevó ningún atleta. La IAAF estaba dispuesta a impedir la proliferación de esta técnica por lo que vuelve a modificar el reglamento indicando de forma específica que la punta de la jabalina siempre ha de apuntar a la dirección del lanzamiento, invalidando todas las marcas anteriores.[3]

Félix Erausquín en una exhibición en Vitoria el 7 de abril de 1957 hizo un lanzamiento de javalina de 94,50 m utilizando la técnica adaptada de la barra vasca.[3]

Referencias editar

  1. a b El atletismo olímpico español, RFEA y AEEA. Página 255. ISBN 84-604-3552-0
  2. El atletismo olímpico español, RFEA y AEEA. Páginas 51 y 255. ISBN 84-604-3552-0
  3. a b El atletismo olímpico español, RFEA y AEEA. Páginas 19 y 255. ISBN 84-604-3552-0