Batalla de Castelo Rodrigo

La batalla de Castelo Rodrigo, también llamada batalla de Salgadela, se libró el 7 de julio de 1664, dentro del contexto de la guerra de Restauración portuguesa, en Salgadela, freguesia de Mata de Lobos, en el término municipal de Figueira de Castelo Rodrigo (Portugal).

Batalla de Castelo Rodrigo
Guerra de Restauración portuguesa
Parte de Guerra de Restauración portuguesa
Fecha 7 de julio de 1664
Lugar Castelo Rodrigo (Portugal)
Coordenadas 40°52′00″N 6°57′00″O / 40.86666667, -6.95
Resultado Victoria portuguesa
Beligerantes
Bandera de Portugal Portugal Bandera de España España
Comandantes
Pedro Jaques de Magalhães, I vizconde de Fonte Arcada Gaspar Téllez-Girón y Pacheco Gómez de Sandoval Enríquez de Ribera, V duque de Osuna, V marqués de Peñafiel, IX conde de Ureña
Fuerzas en combate
2,500 infantes y 500 caballos 4,000 infantes y 700 caballeros.[1]
Bajas
Un muerto en la batalla

Muchas bajas durante la persecución
Entre 3,330[2]​ a 3,433[3]​ muertos y prisioneros

más de 200 muertos adicionales en el asedio.[4]

Desarrollo de la batalla editar

En respuesta al intento de saqueo de la villa española de Sobradillo por el ejército portugués, una fuerza española de 4 000 infantes y 700 caballeros, 9 cañones, 500 carretas con provisiones y municiones,[1]​ bajo el mando del duque de Osuna Gaspar Téllez-Girón entró en territorio portugués por la frontera de Beira y puso cerco a la villa de Castelo Rodrigo.

El castillo de Castelo Rodrigo estaba defendido por una pequeña guarnición de 150 hombres, en cuya ayuda acudió el gobernador militar de Beira, Pedro Jacques de Magalhães con el mayor número de fuerzas portuguesas que pudo reunir, cifradas en 2500 infantes y 500 caballos.

Cuando el asalto final de los españoles al castillo fue rechazada por su guarnición, (más de 200 sitiantes murieron durante el asedio),[4]​ el contraataque portugués liderado por Pedro Jacques de Magalhães forzó la retirada de los españoles con 3330 bajas (muertos y prisioneros, sin contar los heridos).[2]​ La tradición local cuenta que el duque de Osuna consiguió escapar disfrazado de fraile; cayeron en manos portuguesas importantes documentos de valor histórico, entre ellos el archivo del Duque de Osuna.

Un testigo ocular editar

"No sé, Señor, qué improviso temor ocupó nuestra Infantería. No hallo palabras con que explicarle; y apenas tengo aliento para referirle. Si se le hubiera dado orden de arrojar las armas y huirse en oyendo la primera carga, no hubiera podido con mayor prontitud ejecutarla: como río que saliendo de madre echa al suelo y arrastra consigo cualquiera obstáculo, así esta fuga tan repentina, y sin ocasión, atropelló los oficiales y cabos que quisieron detenerla. No menor desorden siguió en la caballería viéndose abandonar de la infantería, pues desapareció en un instante. Quedamos cada uno como quien despierta de un profundo sueño, en que le parece ver numeroso ejército, y abriendo los ojos se queda solo: (…). Los batallones del rebelde, que conocido el desorden, à rienda suelta corrían en alcance de mas provechosa victoria, cargaron con tal porfía al Duque y los pocos que habían quedado, que le quitaron en los despeñaderos de Agueda el caballo, y pudieron muchas veces matarle; pero con el deseo de hacerlo prisionero, no le ofendieron …”
Carta del Marqués de Buscayolo, Superintendente de las fortificaciones de Castilla y consejero del Duque de Ossuna, al Rey Felipe IV.[5]

La destrucción de un ejército editar

El ejército español —con la excepción de unos pocos caballeros— fue enteramente capturado o muerto. El Mercurio Portugez, en su edición de julio de 1664, resume la carta enviada al rey D. Alfonso VI por el comandante portugués Pedro Jacques de Magalhães (publicada previamente en una edición extraordinaria en el mismo mes de julio):

"No alcance atè o rio Agueda, forão degollados mil & duzentos infantes, & feitos prifioneiros mil & oitocentos, ficando affi quafi toda a infanteria como em hua rede. Da cavalleria foram mortos, & prifioneiros trezentos & trinta; os duzetos cavallos se recolherão logo; os cento & trinta forão aparecendo nos dias feguintes em diversas partes." [2]

En este gran total de 3330 españoles muertos o capturados no están contabilizados los 200 españoles muertos durante el cerco de Castel Rodrigo,[4]​ ni la captura de 9 cañones, 4 petardos y 800 balas de artillería, 150 caballos, 1000 bueyes, 500 carretas con provisiones y municiones, 6 carruajes incluso la secretaria personal del duque de Osuna con documentos oficiales.[6]

Las autoridades judiciales españolas confirman estos trágicos números:

"... y por no haber puesto el ejército en batalla, lo perdió todo, matándonos más de trescientos hombres, y quedando prisioneros más de mil quinientos, la mayor parte de ellos heridos, y por las listas consta faltaron dos mil ciento veinte y un soldados y ciento noventa y siete oficiales de la infantería, además de la gente que salió del Abadengo y del fuerte de la Concepción, que serían mil hombres, los cuales no consta hayan vuelto, y de la caballería faltaron ciento e quince caballos y toda la artillería [pérdidas totales de 3 433 hombres, según las autoridades españolas que corroboran las fuentes portuguesas contemporáneas que inventariaron una pérdida total de 3 330 hombres], pertrechos y carruajes, que consta de la certificación de los oficios." [7]
Auto de acusación durante el juicio del comandante español, Gaspar Téllez-Girón y Pacheco Gómez de Sandoval Enríquez de Ribera, V duque de Osuna y futuro Virrey de Cataluña, 1664.

Las pérdidas españolas en esta batalla fueron enormes,[8]​ y se añade a las pérdidas durante el asedio, representan tres cuartas partes del ejército invasor.

Osuna intenta liberar a su ejército editar

Poco después de la batalla, el jefe español trató de ofrecer dinero a las autoridades portuguesas para obtener la liberación de los prisioneros españoles, concentrados en la ciudad de Covillana. Afirmó que muchos prisioneros españoles serían un peso inútil para Portugal. El Consejo de Guerra de Portugal (el 29 de agosto de 1664), reconoció la validez de este argumento, avisando que alimentar un tan excesivo número de reclusos amenazaba agotar las reservas de pan de la provincia de la Beira.[9]

Referencias editar

  1. a b Sousa de Macedo, António de- Mercúrio Portuguez com as Novas do mez de Julho., 1664, Lisboa, p. 106 y p. 109.
  2. a b c Sousa de Macedo, António de- Mercúrio Portuguez com as Novas do mez de Julho., 1664, Lisboa, p. 107.
  3. Auto Judicial español contra el V Duque de Osuna: "... y por no haber puesto el ejército en batalla, lo perdió todo, matándonos más de trescientos hombres, y quedando prisioneros más de mil quinientos, la mayor parte de ellos heridos, y por las listas consta faltaron dos mil ciento veinte y un soldados y ciento noventa y siete oficiales de la infantería, además de la gente que salió del Abadengo y del fuerte de la Concepción, que serían mil hombres, los cuales no consta hayan vuelto, y de la caballería faltaron ciento e quince caballos y toda la artillería [pérdidas totales de 3 433 hombres, según las autoridades españolas que corroboran las fuentes portuguesas contemporáneas que inventariaron una pérdida total de 3 330 hombres], pertrechos y carruajes, que consta de la certificación de los oficios." Citado por Estebanez de Calderón, D. Serafin- De la conquista y pérdida de Portugal, Tomo II, Madrid, 1885, capítulo XVIII, página 106
  4. a b c Sousa de Macedo, António de- Mercúrio extraordinário com a cópia da carta de Pedro Jacques de Magalhães, 1664, Lisboa, p. 103 v.
  5. Opúsculos del Marqués de Buscayolo", Madrid, 1789, páginas 289-290..
  6. Sousa de Macedo, António de- Mercúrio Portuguez com as Novas do mez de Julho., 1664, Lisboa, p. 109.
  7. citado por Estebanez de Calderón, D. Serafin- De la conquista y pérdida de Portugal, Tomo II, Madrid, 1885, capítulo XVIII, página 106
  8. También el marqués de Buscayolo, consejero del duque de Osuna, escribió el 6 de octubre de 1664 al rey Felipe IV que el ejército español que marchó hasta Castel Rodrigo se componía de 3500 infantes y 700 caballeros (4200 hombres), pero en la muestra del 6 de agosto de 1664 hecha en Ciudad Rodrigo –cuya relación fue transcrita por ello—, solo constaban ochocientos siete soldados montados, ciento cuarenta y un oficiales, setenta y dos desmontados, y cinco caballos sueltos (un total de 1020 sobrevivientes). La diferencia es de 3180 soldados españoles perdidos, lo que corrobora también las cifras de las fuentes oficiales españolas y portuguesas contemporáneas. Véase El Marqués de Buscayolo en A Batalha de Castelo Rodrigo, Biblioteca Nacional de Madrid, MSS 2391, nrs. 8-11. Citado por Cruz, Manuel Braga en Archivado el 4 de octubre de 2015 en Wayback Machine., Cruz Editores, 2014, p. 99.
  9. Cruz, Manuel Braga en A Batalha de Castelo Rodrigo Archivado el 4 de octubre de 2015 en Wayback Machine., Cruz Editores, 2014, p. 102.

Bibliografía editar