Betsabé Espinal

hiladora y líder sindicalista colombiana

María Betsabé Espinal (también apellidada como Espinosa o Espinoza) (Bello, Colombia; 25 de septiembre de 1896 - Medellín, 16 de noviembre de 1932) fue una hilandera[1]​ y una de las líderes sindicales que dirigieron la primera huelga de obreras de Colombia en la Fábrica de Tejidos de Bello (Antioquia)[2]​ del 12 de febrero al 4 de marzo de 1920.[3]​ Esta no fue la primera huelga colombiana, pero se considera que fue la primera vez que las mujeres se organizaron para reclamar sus derechos laborales.[1][3]

María Betsabé Espinal
Información personal
Otros nombres Betsabé Espinosa
Betsabé Espinoza
Nacimiento 25 de septiembre de 1896 Ver y modificar los datos en Wikidata
Bello (Antioquia, Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 16 de noviembre de 1932 Ver y modificar los datos en Wikidata (36 años)
Medellín (Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Colombiana
Información profesional
Ocupación Hilandera y sindicalista Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía editar

Se tienen pocos datos acerca de su vida antes y después de la huelga. Erróneamente se le conoce como Espinosa o Espinoza.[4]​ Espinal fue bautizada en la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Bello en 1896.[5]​ Fue hija natural de Celsa Espinal[3]​ y no tuvo hermanos, tampoco se casó, ni tuvo descendientes.[5]

La huelga de 1920 editar

La Fábrica de Tejidos de Bello, fundada en 1904 por Emilio Restrepo Callejas,[6]​ era una importante fábrica textil ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Medellín,[7]​ en lo que luego fue el barrio Playa Rica.[8]​ El personal fabril femenino, de entre 13 y 25 años, representaba el 80% de la plantilla, con jornadas de más de diez horas, ganando un 250 % menos que sus compañeros varones por las mismas labores[7]​ (ellas cobraban entre $0.40 y $1.00 a la semana; mientras que los hombres, entre $1.00 y $2.70).[6]

La huelga estalló el 12 de febrero de 1920 por una serie de abusos cometidos por la dirección de la empresa y los capataces. No era la primera vez que las trabajadoras textiles habían intentado paralizar la fábrica, pero en esta ocasión se habían organizado mejor.[7]​ Se exigía el despido de dos funcionarios administrativos, cuyo trato era despótico y abusivo con las trabajadoras, y de los capataces, acusados de abuso sexual;[6]​ además las trabajadoras pidieron que se les permitiera trabajar con alpargatas (lo hacían obligatoriamente descalzas),[9]​ incrementos salariales y tiempo libre dentro de la jornada laboral para la toma de alimentos.[1][8]​ A la huelga se sumaron entre 400 y 500 obreras,[1][10]​ no obteniendo el apoyo del personal masculino de la fábrica, quienes fueron insultados por las mujeres e increpados por esquiroles.[6]

A la cabeza del movimiento estuvieron las obreras textiles Teresa Tamayo, Adelina González, Carmen Agudelo, Rosalina Araque, Teresa Piedrahíta y Matilde Montoya.[1]​ Betsabé Espinal, con 24 años de edad, tuvo el rol más activo durante la huelga, negociando con los patrones, interviniendo en las asambleas, atendiendo a la prensa en Medellín e impulsando la creación de un Comité de Solidaridad o de Socorro para financiar la huelga y obtener alimentos para las huelguistas.[3][7]

La noticia de la huelga fue difundida el 13 de febrero en el diario antioqueño El Correo Liberal con un titular en primera página, a cuatro columnas.[1]​ La dirección de la empresa y las autoridades civiles y religiosas intentaron negociar el fin del paro, pero las mujeres se encontraban decididas a lograr sus reivindicaciones.[7]

Al tercer día de huelga, Espinal viajó a Medellín para hacer llegar sus reclamos al gobernador de Antioquia. También visitó las sedes de los periódicos El Espectador,[11]El Correo Liberal y El Luchador, concediendo sendas entrevistas, gracias a lo cual la huelga tuvo un gran alcance en la región. Así, los estudiantes de medicina de la Universidad de Antioquia hicieron una colecta para socorrer a las obreras, mientras que una fábrica de tejidos de Medellín se ofreció a sostenerlas durante dos meses para que no cedieran.[6]

Tras 24 días de huelga consiguieron sus peticiones: un aumento salarial del 40%, reducción de la jornada laboral a nueve horas y cincuenta minutos, mejores condiciones de higiene, el despido de los supervisores acusados de conductas indebidas[12]​ y de los administradores enemigos de las trabajadoras, así como la regulación del sistema de multas.[5][7]​ El párroco de Bello y el arzobispo de Medellín actuaron como mediadores.[1]

Una vez finalizada la huelga, una delegación de mujeres, encabezadas por Betsabé Espinal, viajó a Medellín para firmar el acuerdo en la sede principal de la empresa,[7]​ e impulsó una multitudinaria marcha en agradecimiento a los apoyos recibidos, movilizándose entre la Estación Villa y el Parque Berrío.[3]

Finalmente, una vez acabada la huelga, Restrepo Callejas despidió a varios trabajadores de ambos sexos a modo de represalia, incluida Betsabé.[13]

La huelga tuvo una importante repercusión en la lucha por los derechos laborales femeninos. En 1929, siguiendo el ejemplo de Bello, las 186 obreras de la fábrica Rosellón de Envigado realizaron un paro exigiendo un aumento salarial y la destitución de algunos administradores abusivos.[6]

Tras la huelga editar

Espinal emigró a Medellín en busca de trabajo, y vivió en una casa aledaña al cementerio San Lorenzo (hoy Niquitao) y cercana de la residencia de María Cano.[5]

Murió en la madrugada del 16 de noviembre de 1932, a la edad de 36 años,[14]​ tras intentar reparar un cable suelto caído por una tormenta.[5]​ El suceso ocurrió en una casa de Medellín, ubicada en la carrera Villa (carrera 41) con calle 41 (Los Huesos).[14]​ Betsabé llegó al hospital con vida, pero la gravedad del accidente hizo que los médicos no pudieran salvarla.[5][6]

Legado editar

Pocos registros quedan de esta pionera en defensa de los derechos laborales. Los olvidos selectivos por un discurso que construye héroes ensalzados en gestas que no les pertenecen, han hecho que muchas mujeres queden en los anales de los escritorios como anécdotas y no sean reconocidas. En un discurso Betsabé gritó por cambiar el mundo inequitativo: “tenemos nuestro carácter, nuestro orgullo, nuestra voluntad, y nuestra energía”[15]

Poco a poco, la figura de Betsabé Espinal ha sido reconocida a nivel regional y nacional como un sinónimo de valentía y defensa de los derechos laborales. Algunas organizaciones sociales del municipio de Bello han aunado esfuerzos para mantener vivo su legado. En honor a ella se han creado Instituciones Educativas, Escuelas Populares, Grupos de estudios, etc.

Referencias editar

  1. a b c d e f g «Betsabé Espinoza». http://www.semana.com. 12 de marzo de 2005. Consultado el 8 de marzo de 2018. 
  2. Londoño Vega, Patricia (2003). «La vida de las antioqueñas, 1890-1940». www.banrepcultural.org. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  3. a b c d e «RECORDANDO A BETSABÉ ESPINOZA». www.revolucionobrera.com. 22 de marzo de 2016. Consultado el 8 de marzo de 2018. 
  4. Londoño Vega, Patricia. La vida de las antioqueñas, 1890-1940. 
  5. a b c d e f Andrade, Mireya. «Betsabé Espinosa: joven rebelde». Mujer Fariana. Archivado desde el original el 8 de marzo de 2018. Consultado el 8 de marzo de 2018. 
  6. a b c d e f g Aricapa, Ricardo (4 de marzo de 2010). «Se cumplen 90 años de la primera huelga de obreras en Colombia». Agencia de Información Laboral - AIL. Consultado el 9 de marzo de 2018. 
  7. a b c d e f g Sanchez, Ana (14 de febrero de 2018). «Costureras colombianas en 1920: ¡mujeres a la huelga!». Izquierda Diario. Consultado el 9 de marzo de 2018. 
  8. a b Spitaletta, Reinaldo (9 de julio de 2013). «Aquella huelga de señoritas». ELESPECTADOR.COM. Archivado desde el original el 23 de junio de 2018. Consultado el 9 de marzo de 2018. 
  9. Cuentas Ramírez, Sara (29 de septiembre de 2014). «El movimiento de mujeres de América Latina y el Caribe: resistencias, iniciativas y desafíos». El paper de la dona. Publicacions Universitat Rovira I Virgili. p. 55. ISBN 9788469705155. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  10. Gil Congote, Lina Marcela (11 de mayo de 2016). Psicología trabajo e individuación. Editorial San Pablo. p. 153. ISBN 9789587683714. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  11. Peloso, Vincent C. (2003). Work, Protest, and Identity in Twentieth-century Latin America (en inglés). Rowman & Littlefield. p. 91. ISBN 9780842029278. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  12. Wills Obregón, María Emma (2007). Inclusión sin representación: la irrupción política de las mujeres en Colombia (1970-2000). Editorial Norma. p. 98. ISBN 9789584502360. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  13. Farnsworth-Alvear, Ann (17 de marzo de 2000). «2. The Making of La Mujer Obrera, 1910-20». Dulcinea in the Factory: Myths, Morals, Men, and Women in Colombia’s Industrial Experiment, 1905–1960 (en inglés). Duke University Press. p. 97. ISBN 0822324970. Consultado el 25 de septiembre de 2018. 
  14. a b «Pasado y presente de Betsabé Espinal». www.elmundo.com. Consultado el 8 de marzo de 2018. 
  15. «Betsabé Espinal, mujer valiente y luchadora: pionera en la defensa de los derechos laborales en Colombia». Centro de Estudios Sindicales y Políticos. 2019. 

Bibliografía editar

Enlaces externos editar