Circulación atmosférica

movimiento de aire a gran escala, un medio por el cual la energía térmica se distribuye en la superficie de la Tierra.

La circulación atmosférica es el movimiento del aire a gran escala y, junto con las corrientes marinas, ⁣[1]​ el medio por el que el calor se distribuye sobre la superficie de la Tierra. Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque el papel de las corrientes oceánicas parece más pequeño de acuerdo con su volumen en comparación con el de la circulación atmosférica, su importancia en cuanto al flujo de calor entre las distintas zonas geoastronómicas es muy grande y mucho mayor que el que registra la atmósfera, por la notable diferencia de densidad entre el aire y las aguas oceánicas que ocasiona que el calor específico transportado por un m³ de agua oceánica sea muy superior al que puede desplazar un m³ de aire.

Circulación de los vientos en la superficie terrestre con colores que representan su velocidad aproximada, con datos registrados del 1 de junio al 31 de octubre de 2011. NASA Scientific Visualization Studio.

La circulación atmosférica varía ligeramente de año en año, al menos a escala detallada, pero la estructura básica permanece siempre constante. Sin embargo, los sistemas atmosféricos individuales -depresiones de media latitud o células convectivas tropicales- ocurren aparentemente en forma aleatoria y está aceptado que el tiempo meteorológico a escala local o regional no se puede pronosticar más allá de un breve período: quizá un mes en teoría o (actualmente) sobre diez días en la práctica. No obstante, la media a largo plazo de estos sistemas -el clima- es muy estable.

Una visión ideal de las tres células de circulación.


Características de la circulación longitudinal editar

La circulación atmosférica cambia continuamente pero la tendencia básica es relativamente constante. Las borrascas de latitudes medias o los ciclones tropicales individuales se desarrollan en casi todas partes según una previsibilidad a veces cercana a la teoría del caos, pero la tendencia promedio es estable.

Hay tres zonas de circulación del viento entre el Ecuador y cada polo:

  • la primera zona es la de la célula de Hadley que se sitúa entre el ecuador y los 30 grados N y S, donde encontramos vientos regulares que soplan del noreste en el hemisferio norte y del sureste en el hemisferio sur: los vientos alisios. Los navegantes han utilizado durante mucho tiempo esta zona de vientos regulares para cruzar los océanos;
  • la segunda está ubicado en latitudes medias y se caracteriza por sistemas transitorios de baja presión bajo una circulación en niveles superiores generalmente del oeste, esta es la célula de Ferrel;
  • la tercera son las células polares, que se encuentran respectivamente al norte y al sur de los paralelos 60 norte y sur con una circulación superficial generalmente desde el este.

Entre estas tres zonas, a una altitud que varía entre 6 y 15 km, se encuentran las corrientes en chorro que circulan por el planeta y que son uno de los precursores de la ciclogénesis.

Las células de Hadley, Ferrel, y Polar desempeñan un importante papel en la circulación atmosférica, y vienen a constituir un efecto y no una causa de la circulación atmosférica global. Ello significa que la circulación atmosférica es el resultado de una combinación de muchos factores que actúan sobre el patrón barométrico del aire determinado por los centros de acción (anticiclones y ciclones o depresiones)

La circulación latitudinal aparece como consecuencia de que la radiación solar incidente por unidad de área es más alta en las bajas latitudes ecuatoriales, y disminuye según la latitud aumenta, alcanzando su pico mínimo en los polos. La circulación longitudinal, por otro lado, aparece dado que el agua tiene una capacidad mayor de calentamiento que la tierra, aunque necesita mucho más tiempo que el aire para absorber y expulsar calor, ya que el aire es diatérmano, es decir, se deja atravesar por los rayos solares sin calentarse, mientras que las aguas absorben lentamente ese calor de los rayos solares y lo liberan cuando la atmósfera está más fría.

Incluso en micro escala este efecto es perceptible, puesto que da origen a la brisa marina durante el día, cuando el aire calentado en la parte terrestre próxima al mar se eleva al disminuir su densidad y ello crea una especie de vacío que es ocupado por la brisa que viene del mar. Durante la noche, la situación se invierte: el aire sobre las tierras se enfría, con lo que su densidad aumenta y desciende, mientras que el aire sobre los mares se calienta al contacto con las aguas y asciende, dejando, a su vez, una especie de vacío que es ocupado por el aire frío de las tierras próximas creándose así un sistema de brisas terrestres durante las noches.

 
Representación idealizada (en el equinoccio) de la circulación atmosférica a gran escala en la Tierra, mostrando la celda de Hadley, la célula de Ferrel y el vórtice polar, adaptado

El Niño - Oscilación Meridional[2] editar

El comportamiento de la célula de Walker es la clave para entender el fenómeno de El Niño (también llamado ENSO o El Niño Southern Oscillation).

Si la actividad convectiva se ralentiza en el Pacífico occidental por algún motivo (este motivo se desconoce actualmente), el dominó del clima comienza a derribarse. Primero, los vientos del oeste en la capa superior cesan. Esto corta la fuente de enfriamiento del aire en hundimiento, y, por tanto, los vientos Alisios cesan.

La consecuencia es doble. En el Pacífico este, el agua cálida aumenta desde el oeste, ya que no hay viento en superficie para mantenerlo. Este y los efectos correspondientes de la Oscilación Meridional dan como resultado un patrón de vientos y precipitaciones en América, Australia y África Suroriental de larga duración, así como la ruptura de las corrientes oceánicas.

Mientras tanto, en el Atlántico, en capas altas, los vientos del oeste, que serían bloqueados por la circulación Walker e incapaces de alcanzar altas intensidades, lo logran. Estos vientos rompen en dos las capas altas de los huracanes y disminuye sensiblemente la cantidad de ellos que logran fortalecerse.

El contrario de El Niño es La Niña. En este caso, la célula convectiva sobre el Pacífico occidental se refuerza extraordinariamente, dando como resultado vientos más fríos de lo normal en Norteamérica y una temporada más intensa de huracanes en el Sudeste asiático y Australia oriental. Hay un aumento de la subida de agua fría del océano y un intenso aumento del viento en superficie cerca de Sudamérica, resultando en un aumento de la sequía, aunque se dice a menudo, que los pescadores en las costas sudamericanas del Pacífico obtienen más beneficios del mar, al estar más nutrido de lo normal debido, precisamente, al ascenso de aguas profundas, que traen los nutrientes para la flora y la fauna desde grandes profundidades.

La parte neutral del ciclo - el componente "normal" - ha sido denominada humorísticamente como "La Nada".

 
Salida del Sol sobre el limbo de la Tierra, y una tormenta tropical.

Sistemas semipermanentes editar

Dependiendo del relieve del terreno, de la temperatura de la superficie del mar y de las corrientes oceánicas, así como de la insolación estacional, algunas regiones de la Tierra tendrán un predominio durante una parte significativa del año de bajas o altas presiones en los mapas que muestran la presión media mensual. Esto no significa que estos sistemas sean estacionarios en esos lugares, sino que los sistemas de un determinado tipo permanecen allí más tiempo, son más intensos, o ambas cosas[3]​.

Durante el invierno del hemisferio norte, sobre el continente norteamericano y Asia se desarrollan centros de altas presiones, debidos a un intenso enfriamiento de la superficie, como el Alto Siberiano. En verano, es mucho menos frecuente que estas zonas estén dominadas por un anticiclón[4]​.

Sobre los océanos, el Alto del Pacífico Norte, cerca de Hawái, y el Alto de las Azores/Bermudas, sobre el centro del Atlántico Norte, se encuentran en la parte descendente de la célula de Hadley. Dos centros de bajas presiones se desarrollan en invierno al acercarse a las regiones árticas: la zona de bajas presiones de Islandia y la zona de bajas presiones de las Aleutianas. Estas últimas son más difusas en verano a medida que las dos altas se refuerzan y se forma una baja térmica sobre toda Asia Central y se extiende hacia África sobre el Sahara.[5]​.

En el Hemisferio Sur, predominantemente oceánico, este tipo de sistema meteorológico semipermanente no está bien desarrollado debido a la falta de contrastes térmicos. Sin embargo, sobre Australia se forma en invierno un sistema de altas presiones térmicas debido al enfriamiento de su gran desierto interior. En los océanos, hay un sistema de altas presiones en cada uno de los tres océanos en la parte descendente de la célula de Hadley: el Atlántico Sur en la isla Santa Helena, el Pacífico Sur cerca de la isla de Pascua y en el Océano Índico alrededor de las Islas Mascareñas.[5]​ Al sur de estos tres sistemas se encuentra una sucesión de bajas al norte del continente antártico que son famosas por sus vientos violentos y constantes (véase Howling Fifties).[5]

Véase también editar

Referencias editar

  1. MERIDIONAL ATMOSPHERE AND OCEAN HEAT TRANSPORTS, Kevin E. Trenberth and Julie M. Caron, National Center for Atmospheric Research - Documento pdf (en inglés) Archivado el 15 de mayo de 2005 en Wayback Machine.
  2. «Una aproximación a la dinámica no lineal por medio del estudio del fenómeno meteorológico y climático “El Niño”». 
  3. Organisation météorologique mondiale. «dépression semi-permanente». Glossaire de la météorologie (en francés). Eumetcal. Archivado desde el original el 3 de marzo de 2016. Consultado el 27 de julio de 2009. .
  4. Leduc, Richard; Gervais, Raymond (1985). Connaître la météorologie (en francés). Montreal: Presses de l'Université du Québec. pp. 72 (section 3.6 Les grands traits de la circulation générale). ISBN 2-7605-0365-8. Consultado el 16 de febrero de 2009. 
  5. a b c «Centre d'action». Glossaire de la météorologie (en francés). Météo-France. 2009. Archivado desde el original el 22 de agosto de 2009. Consultado el 27 de julio de 2009. 

Enlaces externos editar