Santa Damiana (siglo iii-siglo iv) es una mártir venerada junto a cuarenta vírgenes por la Iglesia copta ortodoxa.

Santa Damiana

Representación de Santa Damiana y las cuarenta vírgenes en el Monasterio de Santa Damiana, en Belqas, Dacalía (Egipto).
Información personal
Nacimiento siglo iii
Egipto
Fallecimiento siglo iv
Egipto
Sepultura Monasterio de Santa Damiana, Belqas, Dacalía (Egipto)
Información religiosa
Canonización principios del siglo iv
Festividad 21 de enerogregoriano o 13 de tobicopto (martirio)
20 de mayo gregoriano o 12 de bashanscopto (consagración de la Iglesia Grande de Santa Damiana)
Atributos palma
cruz
cuarenta vírgenes
Venerada en Iglesia copta ortodoxa
Patronazgo Belqas, Dacalía (Egipto)
Santuario Monasterio de Santa Damiana, Belqas, Dacalía (Egipto)

Fuentes hagiográficas editar

La vida de Santa Damiana y las cuarenta vírgenes figura en dos fuentes árabes: Sinasario y Vida de la casta Santa Damiana e historia del monasterio. La hagiografía fue traducida al inglés por las monjas del Monasterio de Santa Damiana en Egipto; el libro sobre su vida fue escrito tomando como referencias manuscritos redactados en el siglo xviii por el obispo de El-Borollos, documentos que a su vez constituían transcripciones de textos fechados en el siglo vi durante el apostolado de Dimianos, 35.º patriarca copto ortodoxo de la Santa Sede Apostólica de San Marcos. Estos textos fueron por su parte transcritos de documentos redactados en el siglo iv por Christodoulou, discípulo de San Julio El-Akfahsee.[1]

Hagiografía editar

Primeros años editar

Damiana, nacida a finales del siglo iii, fue la única hija de un cristiano de nombre Marco, quien era gobernador de los distritos de El-Borollos, El-Zaafran y Wadi Al-Saysaban, situados al norte del delta del Nilo, en Egipto. Cuando cumplió su primer año de vida su padre la llevó a la iglesia del monasterio de El-Maima, donde ofreció limosnas, encendió velas y pidió la bendición de Dios para su hija, quien siendo todavía muy joven perdió a su madre, encargándose Marco de educarla en la fe cristiana. A la edad de 15 años su padre, quien había aceptado adorar a los ídolos paganos a cambio de un puesto más alto en el gobierno, se propuso casarla con uno de sus amigos de la nobleza, a lo que Damiana se opuso alegando que era novia de Cristo y que su deseo era servir a Dios y vivir en celibato; la joven pidió a Marco que le construyese una casa en un lugar aislado a las afueras de la ciudad donde pudiese vivir con sus amistades (cuarenta mujeres solteras) lejos de las tentaciones del mundo, erigiendo su padre un gran palacio en el desierto.[2][3]

Martirio editar

Damiana, tras saber que Marco había renegado de Cristo para obteber un puesto más lucrativo, logró convencer a su padre de regresar a su fe con las siguientes palabras: «¿Qué es lo que he oído sobre ti? ¡Hubiera preferido escuchar acerca de tu muerte en lugar de escuchar que has renunciado a tu fe y abandonado al Dios que te creó desde la inexistencia hasta el ser, para adorar dioses hechos por manos! Si no vuelves a tu primera fe y renuncias al culto de las piedras, ¡no eres mi padre y yo no soy tu hija!».[4][5]​ Arrepentido, Marco se persignó ante Diocleciano y dio testimonio de su creencia en Dios; el emperador trató de hacerle cambiar de opinión, pero la negativa de Marco provocó que este lo condenase a morir decapitado. Cuando Diocleciano tuvo conocimiento de la existencia del palacio y de que Damiana había sido la responsable de que Marco rechazase a los ídolos, mandó a uno de sus comandantes, un príncipe, atacar el lugar con cien soldados, dando la siguiente orden: «Primero intenta convencerla de adorar a nuestros ídolos ofreciéndole gloria y riquezas, pero si las rechaza entonces amenázala, tortúrala, e incluso decapítalas a ella y a sus vírgenes para que sea un ejemplo para los otros cristianos».[6]

El día previo a su martirio, Jesús se apareció a la santa y le transmitió el siguiente mensaje: «Tened valor, elegida mía. Os he preparado la corona de vuestra boda en el cielo. Vuestro nombre será recordado por siempre ya que será la causa de muchos milagros, y en este lugar será levantada una gran iglesia para honrar vuestro bendito nombre».[7]​ Cuando vio a los soldados aproximarse al palacio con instrumentos de tortura, Damiana rezó a Dios pidiéndole fortaleza y fe, tras lo cual advirtió a las demás mujeres: «Si estáis dispuestas a morir por el bien de Jesús entonces quedaos, pero si no podéis resistiros a los tormentos de los soldados entonces daos prisa y escapad ahora», a lo que las cuarenta vírgenes respondieron declarando que morirían a su lado.[6]​ Tras irrumpir en el palacio, el príncipe transmitió el mensaje de Diocleciano a Damiana: «Soy un enviado del emperador Diocleciano. Os mando bajo sus órdenes que adoréis a sus dioses ya que así os otorgará todo aquello que deseéis».[8]​ Damiana replicó: «Malditos sean el mensajero y quien lo envió. ¿No os da vergüenza llamar Dios a las piedras y a la madera que solo habitan los demonios? No hay otro Dios en el cielo o en la tierra aparte del único y verdadero Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el Creador, quien no tiene principio ni fin; el omnipresente y omnisciente Dios que os arrojará al Infierno para condenación eterna. En lo que a mí respecta, adoro a mi Señor y Salvador Jesucristo, a su Buen Padre y al Espíritu Santo, la Santísima Trinidad. Yo lo profeso a Él, dependo de Él, y en su nombre moriré y por Él viviré por siempre».[8]​ El príncipe, enfurecido, ordenó que Damiana fuese colocada en una prensa y aplastada hasta que la sangre empapase el suelo, para desesperación de las demás mujeres, a quienes la santa consoló con las siguientes palabras: «No lloréis hermanas mías, nuestro Señor Jesucristo fue torturado y asesinado porque nos amaba, aunque él nunca cometió pecado alguno. ¡Cuánto más debería yo abrazar la muerte en su nombre, especialmente si me espera la gloria celestial!».[3]

La noche siguiente, mientras se hallaba encerrada en una celda al borde de la muerte, el arcángel San Miguel se le apareció y la curó por completo al tocar su cuerpo con sus alas luminosas. El comandante, asombrado de que Damiana se hallase indemne después de la tortura, dispuso que se le desgarrase la carne y que sobre ella se derramase aceite hirviendo, si bien San Miguel impidió que la santa sufriese daño alguno, convirtiéndose al cristianismo todos los soldados que presenciaron el milagro (las torturas se prolongaron por varios días, con el arcángel asistiendo a la mártir en todo momento). Finalmente, el príncipe ordenó que Damiana y las otras cuarenta mujeres fuesen ejecutadas, muriendo todas ellas decapitadas junto con 350 cristianos confesos.[1][3][9]

Tumba editar

 
Tumba de Santa Damiana y las cuarenta vírgenes en el Monasterio de Santa Damiana, en Belqas, Dacalía (Egipto).

Después de que el príncipe regresase a Antioquía, ciudad donde residía el emperador, varios fieles acudieron al palacio y recuperaron los cuerpos de las mártires, custodiándolos hasta que cesaron las persecuciones con el fin del reinado de Diocleciano en 305. Constantino el Grande, sucesor de Constancio I (quien sucedió a su vez a Diocleciano), ordenó destruir los templos levantados en honor a los ídolos y erigir iglesias dedicadas a los mártires, dotándolas del dinero necesario para su mantenimiento. Cuando Constantino tuvo conocimiento del martirio de Damiana y de la ubicación de sus restos en El-Saisaban, encomendó a su madre, Helena de Constantinopla, que tomase prendas fúnebres y acudiese a El-Zaafran para construir una iglesia dedicada a la santa y a las cuarenta vírgenes que murieron con ella. Helena llegó al valle y, tras dirigirse al palacio, halló en su interior los cuerpos intactos; Damiana fue encontrada en el lugar donde solía sentarse y, a su alrededor, los cadáveres de las cuarenta vírgenes. La madre del emperador besó el cuerpo de la santa y envolvió los cadáveres con ricas mortajas, tras lo cual reunió a varios artesanos y arquitectos, procediendo a derribar el palacio y a erigir en su lugar una cripta, donde depositó, sobre un lecho de marfil, el cuerpo de Damiana cubierto con lujosas sábanas de seda,[1][5][10]​ situando a su alrededor los cadáveres de las cuarenta vírgenes. Una vez hecho esto mandó construir sobre la cripta una pequeña iglesia coronada con una cúpula; este templo fue ampliado y consagrado un 20 de mayo (12 de bashans según el calendario copto) entre los años 313 y 328 por el papa Alejandro, quien ordenó a su vez que un obispo y varios sacerdotes y diáconos rezasen en la iglesia día y noche[1][10]​ (uno de los obispos de la zona sería martirizado y su cuerpo enterrado entre los cadáveres de las mártires). Abba Yoannis, obispo de El-Borullus, dejó testimonio de la desaparición del templo en el siglo viii: «La iglesia fue destruida en el siglo viii por uno de los gobernantes árabes, quien construyó en el lugar un palacio para su residencia».[1]

Milagro editar

En la primera mitad del siglo viii las aguas del Mediterráneo inundaron el delta del Nilo y alcanzaron la ciudad de Sebennitos, debiéndose la inundación al deterioro de la barrera que contenía el agua del mar. Cuando la noticia del desastre llegó a oídos del rey Hassan Ibn Atahia, el monarca se entristeció debido a que la ciudad reportaba grandes beneficios al gobierno gracias a sus valiosas plantas aromáticas. Uno de sus ayudantes, un judío, sugirió al rey traer al patriarca de los coptos y ordenarle rezar por la restitución de todo lo dañado a su estado original, teniendo el patriarca éxito en este cometido gracias al auxilio de un hombre llamado El-Toffahi; el patriarca oró en la iglesia de Sebennitos en presencia del rey, tras lo cual salió del templo llevando en alto una cruz con El-Toffahi a sus espaldas mientras el público decía «Señor, ten piedad». Al instante las aguas retrocedieron hacia el norte, caminando el patriarca, El-Toffahi, el rey, los sacerdotes y la gente hasta llegar a El-Zaafran, donde levantaron carpas para el monarca junto al destruido palacio, bajo el cual se hallaban los cuerpos de Damiana y las cuarenta vírgenes. El patriarca rezó y se arrodilló acompañado por la muchedumbre, momento en que un gran vendaval agitó las aguas y formó olas gigantescas, lo que a su vez provocó que grandes cantidades de arena se acumulasen formando una enorme barrera, tras lo cual el viento amainó. El patriarca volvió junto al rey, quien lo recibió con honores diciéndole «oh patriarca, pídeme que haga algo por ti», a lo que el hombre respondió: «Necesito su ayuda para construir una iglesia en este lugar ya que contiene los cuerpos de santas que fueron martirizadas por negarse a adorar ídolos». El monarca dispuso que se limpiase la zona, procediendo el patriarca a abrir la puerta de la cripta, donde tras bajar pudo contemplar los cuerpos de las mártires en torno al lecho de Damiana. El rey ordenó en consecuencia el levantamiento de una iglesia coronada por una cúpula, templo que fue consagrado por el patriarca también un 20 de mayo, extendiéndose la popularidad de esta iglesia rápidamente por todo el país, con la mayor afluencia de visitantes actualmente entre los días 12 y 20 de mayo.[1][10]

Legado editar

Monasterio de Santa Damiana editar

 
Monasterio de Santa Damiana, en Belqas, Dacalía (Egipto).

Situado en Belqas, Dacalía (Egipto), en el mismo lugar donde se ubicaban el palacio de Damiana y su iglesia, el monasterio es un cenobio copto ortodoxo para monjas[11]​ consagrado oficialmente el 24 de septiembre de 1978 por Shenouda III, antiguo papa de Alejandría y 117.º patriarca copto ortodoxo de la Santa Sede Apostólica de San Marcos. El monasterio, víctima de un ataque bomba frustrado en mayo de 2014,[12]​ cuenta con un total de nueve iglesias, cuatro de ellas dedicadas a la santa: Gran Iglesia de Santa Damiana, Iglesia sepulcro de Santa Damiana, Antigua Iglesia de Santa Damiana e Iglesia para monjas de Santa Damiana.

Honores, festividad y templos dedicados a ella editar

Santa Damiana está considerada como la fundadora del monacato copto ortodoxo para monjas y ostenta el rango de princesa (máxima distinción) entre las mártires de la Iglesia copta ortodoxa, formando parte a su vez del santoral ortodoxo griego de acuerdo con la Iglesia ortodoxa helénica. Representadas en iconos coptos, tanto la santa como las cuarenta vírgenes suelen aparecer sin llevar puesto el hábito negro monástico que las monjas coptas ortodoxas lucen actualmente debido a que en el siglo iv el hábito aún no había sido establecido. Respecto a su festividad, la Iglesia copta ortodoxa conmemora el martirio de Santa Damiana y las cuarenta vírgenes el 21 de enero (13 de tobi según el calendario copto) y la consagración de la Iglesia Grande y su monasterio el 20 de mayo.[13]​ Sumado a la inundación del siglo viii, la santa está relacionada con otro milagro ya que la Virgen María se apareció supuestamente en 1986 en la iglesia dedicada a ella en el distrito de Shubrā, en El Cairo,[14]​ teniendo Santa Damiana varios monasterios e iglesias dedicados a ella alrededor del mundo:

  • Monasterio copto ortodoxo de Santa Damiana en Belqas, Dacalía (Egipto).
  • Monasterio copto ortodoxo de Santa Damiana en Damietta, Alejandría (Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Arif Bey, Alejandría (Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en El Mansoura, Dacalía (Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en El Aadaweia, Bulaq (El Cairo, Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Shubrā, El Cairo (Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en El-Maasara, Helwan (El Cairo, Egipto).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Fayún, Egipto.
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Suhag, Egipto.
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Bray, Wicklow (Dublín, Irlanda).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Jacksonville, Florida (Estados Unidos).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en Bakersfield, California (Estados Unidos).
  • Iglesia copta ortodoxa de Santa Damiana en San Diego, California (Estados Unidos).

Referencias editar

  1. a b c d e f «12 Pachans (The Twelfth Day of the Blessed Month of Bashans)». st-takla.org. 
  2. «Saint Demiana – St. Mary & St. Demiana Convent». convent.suscopts.org. 
  3. a b c «Santa Damiana». laiglesiaortodoxa.org. 24 de octubre de 2017. 
  4. «ST. DEMIANA». copticcrew.com. 
  5. a b «Saint Demiana». convent.suscopts.org. 
  6. a b «Saint Demiana». www.copticchurch.net. 
  7. «St. Demiana and 40 Virgins». english.eritreantewahdo.org. 
  8. a b «Saint Demiana». www.stabanoub-dallas.org. 
  9. «ST. DEMIANA». web.archive.org. Archivado desde el original el 10 de abril de 2013. Consultado el 11 de febrero de 2023. 
  10. a b c «"St. Demiana", St. Demiana and St. Athanasius Coptic Orthodox Church"». Archivado desde el original el 10 de abril de 2013. 
  11. «St. Demiana Monastery». Archivado desde el original el 18 de diciembre de 2014. 
  12. «Car full of explosives seized at the monastery of St. Demiana, police cancel celebrations (Copts United)». 8 de mayo de 2014. Archivado desde el original el 31 de marzo de 2016. 
  13. «Panegyric on the Great and Holy Martyr, St. Demiana». Become Orthodox. 7 de julio de 2015. Archivado desde el original el 31 de marzo de 2016. Consultado el 11 de febrero de 2023. 
  14. «The Virgin Mary's Apparition in St. Damiana Church Shoubra in 1986 AD». st-mary-alsourian.com.