Declaración de Tokio

La Declaración de Tokio fue adoptada en octubre de 1975 durante la Asamblea General número 29 de la Asociación Médica Mundial (WMA), y posteriormente actualizada editorialmente por la misma Asociación en Francia (mayo del 2005 y 2006). La declaración de Tokio señala que la tortura es "contraria a las leyes de la humanidad"[1]​ y antitética a la misión superior del médico, que es "aliviar y socorrer el dolor de las personas humanas"[2]​ Los médicos deben rechazar participar, perdonar, o permitir la tortura, la degradación, o el tratamiento cruel de presos o detenidos. Según la política de la Asociación, si un prisionero rechaza comer no debe ser nutrido artificialmente contra su voluntad.

Referencias editar

  1. Asociación Médica Mundial, Declaración de Tokio. Preámbulo.
  2. Asociación Médica Mundial, Declaración de Tokio. Sección quinta.

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