Embolización significa ocluir de manera voluntaria vasos sanguíneos con diferentes intenciones. La embolización percutánea y/o endovascular es una opción terapéutica comprendida dentro de la Radiología Intervencionista o Técnicas Mínimamente Invasivas, indicada para el tratamiento de diferentes patologías como aneurismas o hemorragia arterial de diversas localizaciones (hemorragia traumática, hemorragia digestiva, hemoptisis, hemoperitoneo, etc.), tratamiento de tumores, etc. La finalidad de esta técnica es frenar o disminuir el flujo sanguíneo del vaso arterial (con menor frecuencia, venoso) lesionado o patológico mediante la colocación de dispositivos oclusores o la inyección de materiales embolizantes (sólido o líquido) con el fin de producir una oclusión intencionada de la luz del vaso. Esta puede ser realizada a cualquier nivel, desde las arterias o venas de gran calibre hasta el lecho capilar, y puede ser temporal o permanente, parcial o completa. En patología neurológica el procedimiento es realizado por un neuroradiólogo Intervencionista, quedando el resto en manos del radiólogo intervencionista.[1]

Nombres alternativos editar

Tratamiento endovascular de embolia; embolización con espirales (en el caso de las aneurismas y las fístulas)

Enfermedades que puede tratar editar

Se puede utilizar para tratar:[2]

  • Posibilidad de realizar embolización de tumores vascularizados previa a la extirpación quirúrgica, para disminuir riesgo de hemorragia intraoperatoria y facilitar el acto quirúrgico.

Historia editar

Los primeros antecedentes que se tienen sobre la embolización se remontan a 1904, cuando Dawbain, Lusesenhop y Spence describieron cómo se inyectaba a través de una arteria (específicamente la arteria carótida) parafina-petrolada derretida, para tratar a pacientes con tumores en el cerebro. Durante los años siguientes diferentes autores incursionaron en estos territorios buscando nuevas técnicas y nuevos agentes embolizantes para utilizar en la oclusión. Pero fue cerca de 1972 cuando Zanetti y Sherman introducen como agente embolizante al adhesivo tisular Isobutyl 2-Cyanoacrylato en Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos veinte años gracias a la tecnología se logró a través de nuevos agentes embolizantes, microguías y microcatéteres llegar a lograr una oclusión más segura y exitosa en un lugar tan complicado como lo es el cerebro.[3]

Materiales embolizantes editar

Embolizantes líquidos:

- Cianoacrilato: es un pegamento instantáneo, que incluso es utilizado en muchos hogares. Es de rápida polimerización; es una solución radiolucida, por lo que para que funcione se utiliza en conjunto con un medio de contraste.

- Onyx: el más utilizado en el último tiempo, es un agente líquido con menos capacidad adhesiva y que posee una polimerización lenta.

Partículas embolizantes:

- Partículas de PVA (polivinil alcohol), embosferas: material irreabsorbible utilizado para ocluir reducir significativamente el problema cerebral, ya que ocluyen eficientemente; aunque según estudios se han obtenido mejores resultados con los cianoacrilatos; consiguiéndose con esto mayor obliteración.

- Gelfoam: es una esponja de gelatina que es reabsorbida luego de días o semanas (3 semanas).

Embolizantes mecánicos:

- Coils y microcoils de platino, balones desechables, Amplatzer: son ocluyentes permanentes que inducen trombosis local.

Precauciones antes de la embolización editar

Antes que todo debe hacerse un examen de sangre para saber en que estado se encuentran su hígado y sus riñones. Deje de tomar aspirinas, antiinflamatorios y sobre todo anticoagulantes (si los toma). Informe a su médico sobre alergias y enfermedades recientes.

Si es mujer y tienes dudas sobre si esta embarazada debe informar a su médico, ya que mucho de lo que se hace durante la embolización utiliza rayos X y estos pueden hacerle daño al feto; por lo que se puede cancelar la intervención o tomar las mayores precauciones para no dañar al feto.

Antes del procedimiento se realizara una tomografía cerebral y una resonancia magnética nuclear.[4]

Procedimiento editar

Primero diremos que el fin de la embolización es eliminar o disminuir el flujo vascular. Primero se realiza una arteriografía cerebral, sabiendo gracias a esto exactamente donde se ubica la lesión cerebral. Se elige un tipo de sistema de introducción femoral (se elige el tamaño) según variados aspectos técnicos y físicos de la persona a tratar. Luego de esto el sistema es conectado a una infusión de solución salina continua heparinizada, todo esto a través de una llave en forma de Y que permite el intercambio de solución salina. Se rasura, esteriliza y cubre con un paño y el anestesiólogo inyecta anestesia en la zona, luego se realiza un corte en la pierna, muy cerca de la ingle; en donde se encuentra la arteria femoral y se introduce el catéter ( que es un tubo largo, delgado y flexible que tiene generalmente el espesor de una hebra de spaguetti) con mucho cuidado. El médico guía el catéter hasta llegar a través de esta arteria al cerebro (guía el catéter inyectando a través de la arteria un líquido de contraste y así «iluminar» su camino hasta la lesión cerebral. Después de llegar al cerebro procede a buscar la lesión cerebral y hacer pasar a través del catéter el agente embolizante intentando ocluir por completo o parcialmente la lesión que está siendo tratada. Después de realizar esto, se procede a retirar el catéter y aplicar presión sobre la apertura en la arteria femoral, poniendo luego unas vendas (no necesita sutura). Después de la embolización el paciente debe permanecer acostado y en reposo para ser observado por sus médicos. Luego deberá permanecer de una a cuatro semanas hospitalizado, según sea su evolución.[5]

Beneficios y complicaciones editar

Beneficios:[6]

Es un tratamiento mínimamente invasivo.

Sirve para tratar lesiones cerebrales intratables con cirugía.

No necesita incisión quirúrgica, solo un corte en la ingle para insertar el catéter.

Complicaciones:[7]

Tiene un riesgo del 3 al 5%.

Luego de la embolización puede que el paciente quede con algún tipo de déficit neurológico (que puede ser muy leve o muy severo):

  • debilidad en el cuerpo;
  • confusión continua;
  • pérdida del habla;
  • lesiones arteriales;
  • infección en el lugar donde se introdujo el catéter
  • muerte (en raros casos);

Referencias editar

  1. Angle, John F.; Siddiqi, Nasir H.; Wallace, Michael J.; Kundu, Sanjoy; Stokes, LeAnn; Wojak, Joan C.; Cardella, John F.; Society of Interventional Radiology Standards of Practice Committee (1 de octubre de 2010). «Quality improvement guidelines for percutaneous transcatheter embolization: Society of Interventional Radiology Standards of Practice Committee». Journal of vascular and interventional radiology: JVIR 21 (10): 1479-1486. ISSN 1535-7732. PMID 20870162. doi:10.1016/j.jvir.2010.06.014. Consultado el 7 de septiembre de 2016. 
  2. «embolización». 
  3. «embolización». 
  4. «embolización». 
  5. «embolización». Archivado desde el original el 29 de diciembre de 2009. 
  6. «embolización». 
  7. «embolización».