Ermita de Valsordo

templo católico situado en Cebreros

La ermita de Valsordo es un templo católico situado en Cebreros (Ávila). En ella se encuentra la Virgen de Valsordo, patrona del municipio. Anteriormente, era conocida como Nuestra Señora de las Virtudes, de las Batallas y de los Toros. La localidad celebra en su honor las fiestas regionales que tienen lugar del 14 al 17 de agosto, aunque su verdadero día es el 15, conmemorando su ascensión a los cielos.[1]

Ermita de Valsordo
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad Castilla y León Castilla y León
Provincia Ávila Ávila
Localidad Cebreros
Coordenadas 40°26′01″N 4°27′57″O / 40.433619444444, -4.4658694444444
Información religiosa
Culto Virgen de Valsordo
Diócesis Ermita
Propietario Iglesia católica
Uso Religioso
Fundación 1250

Contexto geográfico editar

La Ermita se encuentra ubicada en el Valle de Valsordo, a 2 km aproximadamente de Cebreros. Su disposición es paralela a la Cañada Real Leonesa Oriental que conectaba Toledo y Valladolid. Anterior a la realización de la misma, era una calzada romana. La Ermita posee un importante complejo que rodea al propio templo. Existen numerosa cantidad de pinos en su paraje que componen el espacio. Es una zona bastante húmeda al ubicarse en las proximidades del río Alberche.[2]

Fuentes literarias y epigráficas editar

Las primeras fuentes que hacen referencia a la Virgen o a la Ermita de Valsordo se remontan al siglo VIII cuando los musulmanes invaden la península ibérica. De esta fecha es el documento de la Verdadera Historia de la Virgen de Valsordo. En este, se especifica que la Casa de la Virgen ya existía y que tras la recuperación de los territorios por parte de los reinos cristianos, los eremitas permanecieron en estas. La siguiente referencia escrita que se hace data de 1134, cuando Francisco de Asís Veas Artero fija que diversos anacoretas estaban poblando esta zona donde había multitud de iglesias en todo el valle, esto es lo que le proporciona el nombre del valle, Valle de las Iglesias (hoy en día, ha derivado a Valdeiglesias). Ya en plena Edad Media, se tienen referencias del propio paso que conectaba Toledo con Valladolid, en la Cañada Real Leonesa Oriental. El Cardenal Gil Torres era el encargado de cobrar diezmos por el paso de Valsordo, estos hechos están datados de 1250, fecha en la que consta que existía no solo la Iglesia o Ermita, sino una aldea ubicada en torno a este. Pasados más de dos siglos desde la última fuente, en 1458 el Papa Calixto III promulgó una bula con el objetivo de recabar fondos para armar un ejército y llevar a cabo la reconquista de la ciudad de Constantinopla. En este documento aparece reflejado que:

La Ermita de Santa Marya de Valsordo de limosna e de sus réditos, suma todo mil maravedís

Ese mismo año, 1458, existen los datos de los pagos que la Ermita de Santa María de Valsordo pagaba al Arciprestazgo de los Pinares. El tributo rondaba los 2.200 maravedíes. Ya en el siglo XX, el escritor madrileño, Constancio Bernaldo de Quirós, escritor, sociólogo y jurista madrileño, tras pasar por diferentes caminos viejos de Castilla, decretó:

He podido observar directamente dos veces, en lugares distintos de mi España, el signo antiguo del estudiante, una vez, sobre una silla de los cimientos de la antigua Venta de la Fuenfrá y la otra en la Ermita de Valsordo. El estudiante antiguo, por lo menos el del siglo XVII, toma la figura popular de un aficionado cabal al noble arte de la espada. Según este mismo autor los signos profesionales del internacionalismo del vagabundo de Europa a fines de la Edad Media y principios de la Moderna eran tres pequeños rectángulos alargados ligeramente, representativos de unos naipes, señalan el paso de un tahúr, o sea de un jugador ventajista; un corazón sobre cuya aorta avanzan en punta, dispuestos en abanico, tres agudos clavos, indica a un calderero ambulante, personaje importante de la antigua picardía. El del estudiante que, no menos que los tahúres y los caldereros, circulaban entonces por los caminos viejos de Europa en busca de la ciencia y de la sopa, a la vez, en sus inquietudes bohemias y trascendentales. El signo del estudiante es dos espadas negras cruzadas

También cabe mencionar al historiador abulense Cándido María Ajo González quien editó una serie de tomos con información relativa no solo a Ávila capital sino también a sus provincias. En estos dedica uno al complejo de Valsordo, donde recoge lo que se ha inventariado en diversos Archivos nacionales e incluso internacionales en relación con la fundación de capellanías, estableciendo que en 1620 se fundó la Capellanía de la Ermita de Valsordo a manos de Gómez de Villalba y Diego Alonso. Aparte de todos estos escritos efectuados de primera mano, existen otros que tenían una función más institucional o reglada como fue el libros de inventario o el Libro de Cuentas que efectuó la propia Ermita de Valsordo en 1680, en este se recogían todos los gastos de materiales y de jornales que se emplearon para la casa de la Virgen. Se han recogido algunos datos a lo largo del tiempo como:

El día 22 de julio de 1866, recibió un manto para Nuestra Señora de Valsordo de fondo azul con ramilletes dorados y estrella que donó a Nuestra Señora, Miguel Prieto Calera

Sin embargo, muchas páginas de ese Libro de Cuentas fueron destruidas por unos anarquistas el 20 de julio de 1936 cuando invadieron tanto la Iglesia Santiago Apóstol como la Ermita, destrozaron además diversos objetos de culto. Aparte, otros como Juan Fulgencio Acedo anotó algunos milagros que la Virgen de Valsordo había efectuado hasta 1698. Además, en conmemoración a esto, se realizaron unas estampas. Más reciente, es el libro-recopilación de diferentes elementos de Cebreros, con especial detalle tanto de la historia de la Virgen como de la Ermita de Valsordo, Cebreros, algo más que buen vino de José Manuel Espinosa Pérez. En él, se pretendía hacer una re-composición de los principales acontecimientos que ha vivido el pueblo, además de diferentes personalidades y festividades de la localidad. Por último, cabe mencionar el libro de Josefina Mateos Madrigal, que es una recopilación más novedosa de esas historias del pueblo, donde amplía y proporciona una evolución de la historia de la Virgen de Valsordo a lo largo de los siglos.[1]

 
Mosaico de la Virgen de Valsordo

Por otro lado, aparte de las fuentes, se han realizado unos estudios toponímicos de la zona. Estos, estuvieron encabezados por Federico Rodríguez de Campomanes, quien defendió la teoría de que el nombre de la zona procedería de una derivación de la palabra latina Sors, sortis, que en su traducción al castellano significa suerte. De esta manera, la zona era llamada así, por la "suerte" en la distribución de tierras, puesto que con la invasión de los visigodos y romanos, muchas tierras pasaron a manos de otros habitantes de la zona.[3][1]

Fundación editar

Según cuenta la tradición, la Virgen de la Victoria o de los Toros llevaba perdida muchos años. Un día estando uno de los nietos de Juan Alía, llamado Juan (aunque era conocido como Juanillo), se encontraba en una de las ladera del arroyo de las Vegas, en unos terrenos de su padre Miguel el sordo, cuidando de las ovejas y cabras. Por la tarde, comenzó a llover con una gran violencia, tal era el diluvio que el joven había quedado a una de las orillas del arroyo mientras que el rebaño en la otra. El muchacho tenía mucho miedo de que se ahogasen, ya que seguía creciendo con gran rapidez las aguas. Comenzó a llorar con gran desconsuelo. Progresivamente dejó de llover, aunque el río seguía aumentando su caudal a causa de la llegada de agua de diversos puntos de las colinas que lo rodeaban. Todo hasta que apareció una Borriñega por el camino y le instó a Juanillo a que no se moviese mientras hizo que no se ahogase ninguno de sus animales. La mujer esperó hasta que la situación se normalizó sentada en una lancha hasta que Juanillo pudo cruzar. En esta ocasión, la mujer se encontraba con un niño muy pequeño en brazos. Esta, se hallaba a diferencia del muchacho sin estar mojada, ni ella ni el ganado. Cuando el joven le preguntó por su nombre, ella respondió que María y que, además, era vecina del pueblo. Juanillo, muy agradecido, le ofreció a la mujer quedarse a cenar en su cortijo con su padre. María le instó a que fuese a contarlo a Miguel, su padre, y que haría una señal para que lo creyese lo que le estaba contando.[1]

Tras producirse todo, tal cual lo relataba, de repente se iluminó el cielo, resultó que era María Santísima. Con todo esto, el joven cebrereño volvió a donde había dejado a la señora, y postrándose ante ella, le preguntó qué quería que hiciese por ella. La respuesta fue que quería vivir en aquel sitio, donde se encontraba, para vivir cerca del pueblo y ayudar a sus habitantes en lo que le reclamasen. Además, le contestó a una duda que había surgido a causa de su desaparición durante algunos años, le replicó que fue a causa de los pecados que había cometido el pueblo, y el castigo que le habían mandado fueron los musulmanes que conquistaron la zona. De esta manera, y para alejarse de la barbarie, decidió marcharse a una zona desértica llamada Lancha Luna. Tras producirse todos los acontecimientos, llegaron las demás gentes del pueblo y decidieron construirle una Iglesia en su honor, así realizaron una capilla o casa.[4]

En el pueblo comenzaron a producirse una serie de milagros a los cebrereños. Una de ellas, fue Ana Alía, que era ciega. Esta, era la tía de Juanillo y comenzó a ver. Para conmemorar la llegada de la Virgen de los Toros, se celebró una misa. Sin embargo, el propio párroco sugirió que era bueno cambiar el nombre de la santa. Fue Ana la que dio la idea del nombre, dijo que como el acontecimiento había tenido lugar en los terrenos de su hermano Miguel, el sordo, el nombre de María Santísima tendría que ser Virgen del Valle del Sordo. El nombre que hoy día se le da a la Virgen y a su ermita, procede de la deformación de su nombre, pasando a Virgen de Valsordo.[1][4][5]

De esta manera, se forjó la leyenda de su fundación, aunque se desconoce la fecha de construcción concreta. La primera vez que se documenta la existencia de una Casa de la Virgen fue en el documento Verdadera Historia de la Virgen de Valsordo que afirma que con la invasión musulmana en el siglo VIII, ya existía. No obstante, algunos historiadores señalan que su edificación fue en torno al siglo VII. Este momento es propuesto, ya que el Tumbo o Libro del Monasterio de Valdeiglesias aparece recogida la realización de diversas ermitas que se efectuaron por diferentes valles cercanos. De esta manera, el por entonces rey Visigodo, Teodomiro, llevó a cabo la construcción de diversos eremitorios como uno que se encuentra en lo que hoy en día es el Pantano de San Juan, por lo que la primitiva Ermita de Valsordo pudo ser de estas fechas.[1][3]

Historia editar

En cuanto a su historia, una vez construida la Ermita de la Virgen de Valsordo, en 1688, que es la fecha que data el reloj de sol, que se ubica en el exterior del complejo, se incorporó al conjunto la Sacristía y el Camerino de la Virgen. Este, se encuentra cerrado por un arco de piedra labrada separado por una verja del resto de la ermita. En este, se efectuó un cajón para albergar los vestidos de la Virgen. Los suelos se realizaron en pizarra, mientras que las paredes se pintaron de color azul mezclado con bermellón. De esta época, también data del trono de la virgen efectuado a cargo de Ambrosio Hernández Ramos. Anterior a la edificación de la misma, fue la Casa de la Virgen, que era la casa del ermitaño y fue realizada en 1647. Se cree que es esta fecha la de su construcción ya que este número aparece incrustado en piedras de distintos ventanales. El ermitaño en este siglo XVII, fue Domingo Pérez. Esta casa adosada a la ermita, cuenta con diferentes elementos como un portal, cocina y varias habitaciones. Al igual que la ermita, ambos complejos están efectuados en granito. El paraje de la Ermita de Valsordo fue completado con la inclusión en 1680 del torreón, además de la realización de la campana. También de este año, son las obras que se realizaron en la casa, como son el camarín y otros lugares del complejo efectuados gracias al dinero logrado con las limosnas. Estos donativos, no fueron solo de dinero sino también de especias como el trigo, el lino o el vino. No se pagaron los gastos de esta hasta 1698 cuando el alcalde de la villa Antonio Flores Baile atestiguó el pago de la deuda.[1][3]

 
La ermita de Valsordo junto con la Casa de la Virgen adosada a ella donde vivía el ermitaño

A la entrada del complejo de la Ermita de Valsordo se encuentra un antiguo humilladero que se estima que su construcción fue en torno a la fundación del Concejo de la Mesta en 1273, ya que se ubica colindante con la Cañada Real Leonesa Oriental. Desde el 2 de julio de 1698, tras la inspección efectuada por el visitador General del Obispado, el fraile Diego Ventura, además del notario del Obispado de Ávila, determinaron la necesidad de crear un libro para contabilizar las entradas de limosnas y otros gastos de la Ermita de Valsordo. De esta manera, también se creó la Cofradía de la Virgen de Valsordo, cuyo primer Mayordomo fue Francisco de San Martín y Silíceo, natural de Cebreros. Aparte del Libro de Cuentas, se efectuó un inventario que data del 6 de febrero de 1730, donde se desglosa los vestidos, alhajas, adornos, telas, libros, mobiliario que o bien era donado o comprado para la Virgen, el Niño, el altar, la capilla, el camarín, la sacristía o el para el propio cuerpo de la ermita y la casa del ermitaño.[1][3]

Otra de las ampliaciones se llevó a cabo en 1766, en la que se construyó la nave alargada que se conectó a la primitiva ermita y que ampliaba el espacio. Además, se aumento la Casa de la Virgen para no solo albergar al propio ermitaño sino también a peregrinos. Este hecho, se conoce gracias a que en unas reparaciones que tendrían lugar con posterioridad, concretamente entre 1985 y 1986 en las que se tuvo que derribar un muro, donde se encontraba un manuscrito que reflejaba que la obra "se hizo en 1766". También cabe mencionar que se efectuaron nuevos inventarios en diversos años: 1780, 1794 y 1863. Entre 1789 y 1794 tuvieron lugar nuevas reformas en el trastejar, encalar, se hicieron bancos... y, además, se agrandaron la casilla e hicieron el pedestal. No obstante, pocos años después, en 1807 se tuvieron que efectuar nuevas obras en la ermita y en el camerino a manos del maestro Francisco Úbeda de Ávila.[1][3]

En 1854 se volvió a pintar el camarín. Sin embargo, no fue la única de las reformas ya que al año siguiente se cayó la torrecilla de la espadaña teniendo que pagar 573 maravedíes para su reconstrucción. Ya en 1857, se tuvo que volver acometer nuevos arreglos para el mantenimiento de la misma. No se efectuaron más obras hasta ya entrado el siglo XX. El 20 de julio de 1936, unos anarquistas republicanos asaltaron tanto la Iglesia Santiago Apóstol como la Ermita de Valsordo y destruyeron el Libro de Cuentas, además de varios objetos de cultos entre los que se encontraba la propia Imagen de la Virgen de Valsordo, que era de estilo bizantino del siglo XIII. Por entonces, el ermitaño era Leandro Rodea, que vivía con su mujer Eulalia y cobraban 20 pesetas al mes. Para intentar recuperar a Nuestra Señora de Valsordo, el 29 de julio de 1939 se encargó a los talleres de José Rivas de Santiago de Compostela la recuperación de la Virgen mediante una serie de imágenes que tenían los habitantes del pueblo. La nueva, se efectuó de madera de Flandes, con una altura de 1,40m y un coste de 1.205 pesetas. Pasada la Guerra Civil, el 29 de noviembre de 1939, se llevó a cabo la creación del Patronato de Nuestra Señora de Valsordo. Las funciones de este organismo serían las de sostener, conservar y administrar la ermita y todo su complejo. Este patronato está conformado por el párroco de Cebreros que ostenta el cargo de presidente, un secretario, un tesorero, tres vocales, y además, estas cifras se pueden ampliar y agregar un alguacil. Aparte de todas las funciones fijadas, todos los miembros tenían la obligación de asistir a misa todos los días festivos. También, se encarga de proteger y velar por la Cofradía de Valsordo. Ese mismo año, 1939, se vieron en la obligación de acometer una nueva restauración a causa de los distintos desperfectos que la Guerra Civil había producido. En esta, se reparó el tejado y la Casa de la Virgen. Además, se llevó a cabo un mosaico de 1970 piezas que se incluyó dentro de la Ermita. Respecto al humilladero y la pequeña ermita, que también fueron destruidos por los anarquistas, se llevó a cabo la reconstrucción de la misma. El coste fue de 2.440 pesetas que pagaron entre todos los vecinos, tal y como atestiguó Serapio Blanco Villalba que era el alcalde de Cebreros en aquel tiempo. En esta pequeña capilla, se colocó a la antigua Virgen Chica, que media 60cm y que también habían destruido. No obstante, se la vistió como la anterior.[1][3]

El 16 de agosto de 1940, el Obispo de Ávila aprobó los estatutos del Patronato de Nuestra Señora de Valsordo y se nombraron a los miembros: Aúreo Blanco Villalba, párroco de la villa, se convirtió en el presidente, y el resto de miembros que lo componían fueron: Leandro Rodea Sánchez, ermitaño de la Ermita y a vocales como Eloy Calera y Eliseo Díaz Alía, además, de Miguel Prieto Díaz, que era el alguacil. Catorce años después, el cura se encargó de retirar la antigua peluca de la Virgen y sustituirla por una nueva, además, las telas se renovaron comprándose unas nuevas en las Galerías Preciados por un coste de 675 pesetas. Y en el mismo año, se restauró el templete, tapizándose y agregando dos brazos nuevos.[1]

Posteriormente, tuvieron lugar otras reformas como en 1948 o en 1953. En 1954, el 14 de mayo se comenzó a introducir la electricidad y a levantar postes de alumbrado. La última de las restauraciones fue de 1985 a 1986, en la que afectó a todo el complejo. En él, se repararon el púlpito, la sacristía, además de diversos elementos como las telas y cuadros. Para conmemorar estas, se erigió una placa de granito donde se puede leer:

Se restauró el santuario de Valsordo siendo párroco Felipe Doyagüez Chico con la colaboración del pueblo de Cebreros, Ayuntamientos, Obispado y Patronato de la Virgen de Valsordo. 5 de mayo de 1986.

Hay una celebración en la que participa todo el pueblo de Cebreros, la romería. Esta consiste en bajar a la Ermita de Valsordo, donde se celebra una misa en honor a la Virgen en la explanada y tras esta, se procede a la procesión alrededor de la ermita. Finalizado este acto, se subastan los banzos para meter de nuevo a la Virgen dentro de la ermita. Concluidos estos, la gente, que baja desde primeras horas de la mañana para preparar los ranchos (mantas, cestas, platos, comida...) y para cocinar, se dispone a comer mientras la Banda de Música de Cebreros toca diferentes piezas musicales. Esta tuvo lugar por primera vez a comienzos del siglo XX, pero se vio interrumpida con la Guerra Civil. Tras esta, se volvió a realizar, teniendo lugar el 7 de abril de 1940 con una misa. Hoy en día, se celebra el primer domingo de mayo, aunque hasta los años 60 se celebraba el segundo domingo de Pascua.[4][3][1]

Arquitectura editar

La ermita al verse sometida a diversas remodelaciones y ampliaciones a lo largo de las distintas épocas, su estilo no se puede definir. Está formado por una sola nave, contando adosada a ella una Sacristía y el Camerino de la Virgen, que datan de 1680. En la parte del altar mayor o presbiterio se halla el retablo mayor donde aparece la imagen de la Virgen. Esta parte se encuentra separada del resto de la planta por un arco de ojiva. Respecto al techo, es de estuco de diseño sencillo decorado con varios relieves con líneas doradas. En la zona de entrada, tras cruzar la puerta, existe una antesala a la propia ermita, donde se encuentra una ojiva separada del cuerpo del edificio por unas rejas de hierro forjado. En esta, se halla una antigua pila de piedra con agua bendita y dos escaños, además de ser el lugar donde se encuentran diferentes ofrendas de los fieles. Sobre esta zona, se encuentra el coro enlosado de baldosa clásica, con una barandilla de estilo castellano. A este, se suman dos escaños de ofrenda votiva. El tercer cuerpo, es de forma rectangular y es el más amplio, además de contar con diversos artesonados de estilo mudéjar.[1]

 
Antigua entrada a la Ermita de Valsordo, junto con una capilla donde se encuentra la Virgen Chica

La Ermita de Valsordo cuenta con dos entradas, una que es el antiguo acceso y que se sitúa al oeste, encontrándose colindante con la conocida como la casa o capilla de la Virgen Chica o Humilladero, y la otra entrada, esta en uno de los laterales de la misma dando al porche efectuado en granito y que está situado al sur. Este porche se sustenta sobre unas columnas también trabajadas en granito, cerrada con una barandilla de hierro forjado. Desde este, se puede apreciar el resto del llamado "Jardín de la Virgen". En él, se hallan distintas mesas y sillas de piedra que se distribuye por todo el recinto y que son utilizadas sobre todo en la romería. Además, se encuentra una cruz de granito que se ubica sobre un pedestal, datada del año 1672. Esta fecha, es la misma que se llevó a cabo los exteriores de la ermita. Ocho años de después de estas edificaciones se construyó el torreón y se instaló la campana, junto con un reloj de sol que también data del mismo año.[1]

Respecto a la Casa de la Virgen, adosada a la propia ermita, era la residencia del ermitaño que se encargaba de vigilar tanto al propio templo como a la Virgen de Valsordo para que nadie la atacase o se la llevase. Su estilo es castellano contando en su interior con numerosos ventanucos que reflejan la que es probablemente su fecha de edificación, 1647. La Casa de la Virgen, al igual que la propia ermita, se encuentra rodeada en las fachadas de ambos edificios por gruesos y uniformes machones de pino. Por otro lado, en los alrededores del templo se encuentran distribuidos distintas peanas o pedestales de las cruces, que componen diversas estaciones del Vía Crucis.[3]

Todo el complejo queda delimitado por unas tapias de piedra y varios pinos, además de otros árboles autóctonos donde destaca sobre todo los abetos que se comenzaron a plantar desde 1998. Además, en los exteriores de la ermita también podemos encontrar dos altares que es donde tienen lugar las misas durante las ya comentada romería. A estos, se suman diferentes fuentes de piedra, escalinatas y losas funerarias. Antiguamente, también existía una sala de "exvotos" o "mandas" donde desde 1698 a 1863 se encontraban diversos tipos de objetos como recuerdos que agradecían los cebrereños con estos los favores de la Virgen por algún acto milagroso. Además de estos, se encontraban libros de los inventarios que se habían ido realizando a consecuencia de diversas compras de bienes o elementos.[1][3]

Milagros de la Virgen de Valsordo editar

Hay diversos milagros que se han documentado en varios libros. Los primeros de los que se tiene constancia se remontan al año 809, cuando Juan Alía constató que se había quemado el ayuntamiento y con el todos los papeles, entre los que se encontraban los relativos a la Virgen de Valsordo y la fundación de su ermita. Este incendio se produjo durante la conquista de los musulmanes a Cebreros. Durante estos años, los cebrereños se referían a Nuestra Señora de las Virtudes para pedirla favores. Así, esta se encargaba de librarles de las langostas cuando había plagas o de cuando la rezaban ante sequías de hacer que lloviese. El gran milagro que efectuó fue en 1169. En esta época existía una epidemia en la que estaban muriendo muchos hombres, mujeres y niños de Cebreros. De esta manera, decidieron bajar a la ermita desclazos, en penitencia, para pedirla que se acabasen todas esas muertes y se solventase el problema. A partir de entonces, todos se recuperaron. En fechas cercanas a estas, aconteció un episodio similar pero esta vez con las reses. Solo se salvaron aquellas vacas que se encontraban pastando en los terrenos de Valsordo.[1]

Durante estos conflictos con los musulmanes, se produjo otro de los grandes milagros de la Virgen de Valsordo. En plenos enfrentamientos, decidieron bajar a la antigua casa o ermita y sacarla de allí para evitar que tomasen represalias con ella. Sin embargo, cuando llegaron la Virgen ya no estaba. Preguntaron al ermitaño, pero este le contestó que había estado rezando por la noche y estaba allí, no viendo a nadie intentado robarla. Todos los allí presentes se echaron a llorar. Tras esto se fueron en su busca por sitios cercanos sin éxito alguno. No apareció en años. Sin embargo, durante este periodo los cebrereños se encontraban defendidos ya que no los musulmanes no atacaron ni sus casas ni a sus familias, como sí lo estaban haciendo en otros lugares.[6]

En todo este contexto de guerras entre moros y cristianos, se produjo un enfrentamiento con los vecinos de Cebreros. Los cebrereños eran pocos pero no tuvieron ningún pudor para enfrentarse a los musulmanes que eran mayoría. En el conflicto, los lugareños les dispararon con piedras mientras otros luchaban con palos, y contra todo pronóstico, les vencieron. Los moros salieron huyendo y les retaron para otro combate en el cerro de los Carpetanos o de Guisando. El día del combate era un domingo de agosto, por lo que antes de ir fueron a buscar ayuda divina a la Ermita de Valsordo, dándose una misa para encomendarse a la Virgen. En el enfrentamiento la superioridad numérica musulmana se vio compensada por la aparición de la Virgen como una Borriñega que traía ocho toros. Cuatro de ellos pasaron a lado de los cebrereños sin hacerles nada mientras que se dirigían a atacar directamente a los moros, los cuatro toros restantes se quedaron en la retaguardia esperando junto a María Santísima. En poco tiempo, los toros arrasaron a miles de musulmanes formando un río de sangre que duró 2 días. Tras esto, se tuvieron que construir varios pozos y zanjas para enterrar los cuerpos. De esta manera, cuando volvieron al pueblo, en conmemoración a la Virgen la llamaron Nuestra Señora de los Toros.[3]

En referencia a otros milagros, en 1680, mientras se efectuaban unas reformas, un operario estaba trabajando en la capilla mayor colocando una piedra en la cornisa. Esta se precipitó sobre el obrero y justo cuando iba a aplastar al trabajador, la piedra quedó suspendida en el aire y el constructor pudo salvar su vida. También, es conocida una ocasión en la que un toro bravo iba a envestir a un joven que se encontraba cerca de él. Este muchacho se encomendó rápidamente a la Virgen de Valsordo y de repente el animal se volvió manso. Menos de dos siglos después se volvió a documentar otro acto milagroso de Nuestra Señora de Valsordo. Concretamente, fue en 1834 cuando a consecuencias de unas sequías que acuciaban el campo cebrereño. Los señores que dirigían el Cabildo llevaron a cabo una rogativa a la Virgen, y esta, decidió interceder provocando una abundante lluvia, recuperándose los campos.[7]

Además, en Cebreros en 1882 tuvo lugar un robo en una posada del pueblo cuyos dirigentes era Santos Robledos y su mujer Saturnina Piñero. El ladrón se llevó 4.500 pesetas. Tras esto, decidieron confiar en la Virgen de Valsordo y al poco tiempo se atrapó al ladrón y fue conducido a la cárcel. Tras todo esto, el dinero volvió a sus legítimos dueños. A cambio de la ayuda, el matrimonio decidió ofrecer a Nuestra Señora de Valsordo una preciosa araña de lámpara que se colocó en la ermita el 15 de agosto de 1889. Todos estos episodios no solo tuvieron repercusión en Cebreros, sino que el propio Obispo de Ávila con motivo de una de las intervenciones milagrosas de la Virgen de Valsordo a causa de una gran epidemia que existía en el pueblo escribió un texto que apareció recogido en el número 39 del B.O. de la Diócesis de Ávila, fechado del 26 de septiembre de 1885 y con destino el párroco de Cebreros:[1][4]

Excmo. El Ilmo. Sr.: Antes de ayer, octava de la Natividad de Nuestra Señora, se cantó el Te Deum después de una Misa solemne en acción de gracias por la desaparición del cólera, con asistencia de todas las autoridades y de una multitud de fieles, solo comparable con la que asistió a los tres días de rogativas, que fue tan grande como no he visto nunca, ni aun en las misiones que por tres veces he tenido, en 12 años, en esta parroquia. Desde el Triduo hasta la fecha no han cesado de asistir a los rosarios que se han rezado ni a las procesiones frecuentes que se han hecho cantando por las calles el Santo Rosario, espero continuar así sintiendo. Porque la imagen de la Santísima Virgen, que se venera en Valsordo, está aquí y estará próximamente hasta el día de Santa Teresa, para cuyo día espero se habrá concluido de arreglar la Ermita, distante de esta villa unos dos kilómetros en cuyo día por la tarde se bajara la Sagrada Imagen cantando el Rosario como es costumbre.

Las victimas que ha causado la epidemia desde el primer caso sospechoso son 83 aproximadamente, párvulos y adultos, número mucho menor en absoluto que el que causo en el año de 1885 en el que los adultos llegaron a 116: y aun menor relativamente considerando, atendiendo a que desde entonces ha tenido esta Villa un aumento de 250 vecinos aproximadamente y las condiciones higiénicas son mucho peores, por haberse subdividido de tal manera que las casas, que muchas de ellas son reducidísimas y sin más ventilación que la puerta de la calle. Así es que estos fieles, a pesar del sentimiento que las víctimas causadas, reconocen la visible protección del Señor y la intercesión poderosa de la Santísima Virgen.

Tengo también la satisfacción de manifestar a V.E. ilustrísima que durante la epidemia, lo mismo el Sr. Coadjunto que las autoridades todas, los Señores Médicos y el pueblo entero, han cumplido con sus deberes, llenos de caridad y abnegación sin que ningún enfermo haya dejado de ser convenientemente asistido en todo, y uno solo, que lo sentí muchísimo, murió sin los auxilios espirituales porque los asistentes no creían que estaba tan grave, y el médico, después de la primera visita, en que no se presentaban síntomas graves, tuvo que salir a asistir a otro que se hallaba en una casa de la carretera, lejos de la población, y cuando volvía había ya fallecido el enfermo.

Véase también editar

Referencias editar

  1. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p ESPINOSA PÉREZ, José Manuel (1999). Ayuntamiento de Cebreros, ed. Cebreros, algo más que buen vino. Cebreros (Ávila): Institución 'Gran Duque de Alba'. ISBN 978-8489518568. 
  2. VALENCIA GARCÍA, Ángeles (2009). «Ecología, religiosidad e identidades a propósito del agua». Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (1): 221-236. ISSN 0034-7981. 
  3. a b c d e f g h i j MATEOS MADRIGAL, Josefina (2017). Historia de Cebreros. Cebreros (Ávila): Ayuntamiento de Cebreros. ISBN 978-84-6974-312-6. 
  4. a b c d «Historia de la Virgen de Valsordo - Nuestro Rincón de Cebreros». Archivado desde el original el 23 de marzo de 2020. Consultado el 23 de marzo de 2020. 
  5. «La Virgen de Valsordo - Ayuntamiento de Cebreros». 
  6. MARTÍN CRIADO, Arturo (2016). «Exvotos verbales». Revista de Folklore. 
  7. «Milagros de la Virgen de Valsordo - Nuestro Rincón de Cebreros». Archivado desde el original el 23 de marzo de 2020. Consultado el 23 de marzo de 2020. 

Enlaces externos editar