Escuelas Normales de México

Una vez que los gobiernos posrevolucionarios lograron la estabilidad política iniciaron el proyecto de la transformación de las masas campesinas que seguían en la producción de autoconsumo para generar la transformación hacia el México capitalista en el marco de las exigencias y promesas revolucionarias. Estando Álvaro Obregón en la Presidencia de la República sustituye en 1921 el viejo Ministerio de Instrucción Pública por la Secretaria de Educación Pública (SEP) poniendo al cargo a José Vasconcelos quien de inmediato efectuó su plan de fundación de escuelas rurales, escuelas de artes y oficios, bibliotecas, así como formación de nuevos maestros. Sin embargo la apertura de las escuelas normales regionales realmente se ejecutaron con los secretarios de educación pública Moisés Sáenz y Rafael Ramírez.

La primera Escuela Normal Regional fue la de Tacámbaro Michoacán con la finalidad de formar maestros que se convirtieran en líderes de las comunidades, empleando para ello la propuesta pedagógica de John Dewey. Las primeras normales trabajaron un plan de dos años combinando materias académicas con el aprendizaje de labores agrícolas y oficios. Debido a la falta de experiencias con el normalismo la SEP permitió que cada director de las nuevas escuelas normales trabajaran con base a esquema de trabajo que consideraran más conveniente hasta que en 1926 se diseñó un Plan de estudios de manera formal. En la legislación de 1927 se estipuló que todas las normales tendrían internado y que los alumnos contarían con becas.

Para 1928 Sáenz declaraba que las Normales Rurales eran un gran acierto la construcción del México moderno. Las bases de organización de las escuelas normales rurales eran configuradas desde el discurso de la SEP como una familia donde el Director era el padre, su esposa la madre, los maestros los hermanos mayores, todos ellos al cuidando de los hermanos menores los alumnos. El interés de estas instituciones se centra en la formación de maestros normalistas rurales, en las cuales se ponían especial énfasis a la autodisciplina, la formación del autogobierno y las formas de convivencia democrática.

En 1932, las escuelas normales rurales pasaron a depender del Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural. De inmediato surgieron las Escuelas Regionales Campesinas que eran la fusión de todas las Normales rurales y las Centrales Agrícolas e incluso misiones culturales. Debido a que en los años treinta la preocupación oficial era incrementar la producción y los medios de sobrevivencia del campesinado en el proceso civilizatorio iniciado en la década pasada. Otro cambio fundamental fue que en 1934 se estableció un nuevo reglamento que estipulaba que el gobierno y dirección de la escuela estaba a cargo del Director de la escuela así como la figura de Consejo Técnico quien valoraría las faltas al reglamento y aplicaría las sanciones correspondientes, con esto se terminó por derrumbar las prácticas democráticas que habían surgido en el incipiente crecimiento normalista y fueron sustituidas por prácticas autoritarias, debido a estas circunstancias los estudiantes normalistas se agruparon y formaron en 1935, la “Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México” (FECSM), dicha organización protegía y defendía a los alumnos de las injusticias que cometían los directores y maestros de dichas instituciones. Esta etapa del normalismo mexicano los Gobiernos posrevolucionarios estaban impregnados de una ideología jacobina y marxistas que se develo expresamente en el sexenio del Gral. Lázaro Cárdenas quien dio impulso a la educación socialista la cual dio pocos resultados por la aversión generada por el alto clero mexicano y durante la guerra de los cristeros.

A mediados de la década de 1940 con Jaime Torres Bodet en la SEP, se promovió una tendencia educativa que se conoce con la expresión de escuela de la unidad nacional. A partir de entonces comenzó a desarrollarse lo que llegaría a ser la política de modernización educativa. A partir de entonces las normales rurales dejaron de tener un lugar importante en el discurso educativo reduciéndoles el presupuesto y, al igual que en otras dependencias la SEP, depuró al profesorado y al estudiantado calificado de "comunista”. En 1945 se adoptó un nuevo plan de estudios que constaba de seis años en dos ciclos: el primero equivalente a la secundaria y el segundo con materias profesionales. A partir de 1946 de las 18 escuelas Normales Rurales que quedaban, fueron separadas en nueve para mujeres y nueve para varones.

En 1953 las normales dependían de la Dirección General de Enseñanza, el cual tenía registradas 64 normales; y en 1957 incrementaron a 72 normales, de las cuales 14 eran normales rurales. Durante los años setenta se dio una etapa de persecución política y represión de los líderes estudiantiles de las Normales Rurales por sus vínculos con movimientos políticos radicales y la guerrilla por lo que día con día era latente su exterminio. A pesar de la persecución oficial y debido a presiones políticas regionales, se crearon las últimas dos Normales Rurales, la de Morelos y la de Tamaulipas.

Durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines se dio la explosión demográfica en casi todos los niveles educativos expresando la SEP la necesidad de planificar el desarrollo educativo. Sin embargo con Adolfo López Mateos (1958-1964) y en su segundo período de Bodet en la SEP, se elaboró el primer plan nacional de educación denominado Plan de Once Años, con una clara influencia de los trabajos de la OCDE y de la UNESCO, en particular del Proyecto Regional Mediterráneo denotando tintes neoliberales.

En 1959 se integró una Comisión preparatoria para la revisión de los planes y programas de la educación preescolar y primaria, la cual determinó que dicho curriculum estaba sobrecargado, y que en lo general, conducía cuando se cumplía, a una enseñanza verbalista que activa y más atenta a manifestar su ambición teórica que a responder adecuadamente a las necesidades concretas de los alumnos en el campo y en la ciudad. Debido a esto se instrumentaron los nuevos programas en 1960 en educación básica, en cambio para la educación normalista se resolvió aplicar dicha reforma a manera de plan piloto en nuevas instituciones que denominaron Centro Regional de Educación Normal que tendrían como finalidad principal mejorar la calidad de la formación docente de los futuros maestros para que sus estudios fueran realmente los más apropiados a su función además de que reflejan un costo operativo mucho menor que las normales rurales del país que llegaron a ser 29 en toda la república mexicana. Lo característico de los egresados de las Normales rurales era su pronta identificación e integraban a los diversos movimientos rurales y urbanos que se han generado desde la fundación de estas instituciones debido a su adhesión a la ideología de la internacional de corte Marxista, por lo que no era de extrañarse que en 1968 muchos normalista participaron abiertamente lo que tuvo como represalia el cierre de 14 normales rurales. Para 1975 se generaliza en toda la república mexicana y en todas las instituciones formadoras de docentes el nuevo plan y programa de estudios de la educación normal, en el cual los jóvenes después de haber estudiado su educación secundaria ingresaban a la educación normal que se cursaba en tres años de estudio con la finalidad de propiciar un desarrollo intelectual y moral de los futuros docentes.

En el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) las políticas educativas se plasmaron en el Programa Nacional de Educación, Cultura, Recreación y Deporte 1984-1988 el Programa planteado una revolución educativa con seis objetivos, siendo el primero elevar la calidad a partir de la formación integral de docentes que aunado a las exigencias de profesionalización del magisterio dio origen al plan de estudios 1984 que exigía para el ingreso estudios del nivel medio superior, y estaba diseñado para cuatro años durante los cuales se generarían docentes capacitados para la investigación educativa y al mismo tiempo se les preparaba para su labor áulica.

La reforma más reciente a la educación normalista se realiza con el plan y programas de estudios 1997 en donde se generan normalistas capacitados para su labor áulica y además de realizar investigaciones acerca de los aprendizajes de sus alumnos en un lapso de cuatro años para el sistema escolarizado y de seis para el sistema semiescolarizado.

Actualmente persisten 16 Normales Rurales en su resistencia por sobrevivir bajo la constante persecución oficial, gracias a su tradición de lucha se mantienen aglutinadas en la FECSM enarbolando como desde su fundación una ideología de la internacional y ante todo teniendo como principal misión de los maestros rurales es "enseñarle a la gente cuáles son sus derechos". En cuanto al resto de las normales no podemos afirmar la existencia total a pesar de que la ANUIES publica una relación de aproximadamente 120 normales en el país, sin embargo los datos no son confiables debido a que para el caso de Oaxaca aparecen solamente 3 escuelas normales cuando en realidad son once normales del sistema escolarizado y la ENSFO del sistema semiescolarizado.

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