Diferencia entre revisiones de «Movimiento de los Flagelantes»

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Las grandes hambrunas y epidemias de la Edad Media eran consideradas en la opinión popular como un [[castigo divino]] por la corrupción de las [[costumbre]]s, los [[pecado]]s, el apartamiento del camino recto, etc, determinando en las conciencias un ciclo [[infierno|infernal]]. Aunque no originaban una vida [[moral]] más [[cristiana]], determinaron movimientos de gran intensidad espiritual del tipo de los flagelantes.
 
El sentimiento de incertidumbre por la vida que puede ser destruida en un instante y de un modo atroz, engendraba una sensación de provisionalidad, de finitud y la íntima convicción de que no podría construirse nada estable. El concepto del [[Dios]] del amor se transformaba en el Dios de [[justicia]] (íntimamente sentida como [[injusticia]]). La [[irracionalidad]] se imponía, originando [[pogromo|pogromos]]: caza del [[judío]], del [[morisco]], del extranjero, incluso de [[leproso]]s; debido a la necesidad de encontrar [[chivo expiatorio|chivos expiatorios]], al odio de [[raza]] y la aversión religiosa, aunque tras ese odio se ocultaran intereses económicos y ambiciones personales que transformaban esas [[cacería]]s en auténtico [[clase social|odio de clase]]{{Cita requerida}}.
[[File:Francisco de Goya y Lucientes 025.jpg|thumb|350px|left|''Una procesión de flagelantes'', de [[Francisco Goya]] y Lucientes ([[1812]]–[[1819]])]]
Las condiciones que soportaba Italia a mediados del [[siglo XIII]] eran particularmente duras: en [[1258]] apareció el fantasma del hambre, en [[1259]] un brote de [[peste]]. Por otra parte, la interminable guerra entre [[güelfo]]s y [[gibelino]]s la había reducido a un estado de extrema [[miseria]] e [[inseguridad]].