Diferencia entre revisiones de «Califato abasí»

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La falta de recursos tenía unas raíces complejas. Para hacer frente a la recaudación fiscal, los califas echaban mano de los arrendatarios, familias que adelantaban una suma al califa (la estimación de lo que se podía recaudar en una determinada zona) y luego eran ellos los responsables de recaudar los impuestos a los ciudadanos. Estos arrendatarios normalmente daban menos de lo que en realidad recaudaban, por lo que acumularon grandes fortunas y explotaban como podían a los campesinos para reunir más ganancias. Atrapado el gobierno central por la necesidad imperiosa de hacer pagos, sobre todo a un ejército siempre dispuesto a rebelarse, tuvo que ceder ante las presiones y permitir a los militares que recaudaran ellos mismos los impuestos. Eso dio lugar a la concesión de ''[[iqtá]]'' (igar), que suponía la concesión de territorios en los cuales no podían ejercer su autoridad agentes del gobierno central, sino que el beneficiario recaudaba los impuestos y le enviaba al califa una cantidad fijada de antemano que no pasaba de ser una cantidad simbólica. Durante este periodo se hizo frecuente también la ''ilya'' o ''himaya'', donde un campesino se ponía bajo la protección de un señor cediéndole sus tierras. Con ello los campesinos buscaban ponerse al amparo de las arbitrariedades de los agentes fiscales y de las convulsiones causadas por las guerras. En algunas zonas contribuyó a imponer una situación servil sobre las poblaciones rurales.
 
En enero de 946 [[Ahmad b. Buya]] hizo su entrada en Bagdad al frente de un victorioso ejército. El califa abasí de turno no tuvo más remedio que cederle el poder efectivo, poniendo fin a varias décadas de lucha en las cuales los jefes del ejército se habían hecho con todo el poder. Esta familia, los [[buwayidas|buyíes]], eran oriundos de [[Dailamitas|Dailam]] (al norte de Irán). Tres hermanos buyíes, Alí, Áhmad y HasánHasan supieron aprovechar este momento de debilidad y reclutaron un ejército formado por dalaymíesdailamíes acumulando éxitos militares en todo su camino a Bagdad. Obligaron al califa a entregarles títulos grandilocuentes y a confiarles el gobierno de los territorios que habían conquistado. Tuvieron que establecer un sistema de iqtas y enrolar a turcos para su ejército, sistema que sobrevivió hasta la llegada de los [[selyuquíes]]. Uno de los rasgos que más ha llamado la atención sobre los buyíes es el hecho de que, a pesar de ser chiíes, no manifestaron ninguna predisposición contra el califato abasí y permitirían que sobrevivieran, aunque evidentemente reducido a un papel simbólico y que, paradójicamente, en este periodo pasaría a ser el punto de referencia espiritual de todos los musulmanes suníes.
 
El califa abasí, que cada vez se apoyaba más en las tribus turcas, pidió ayuda a los selyúcidas para expulsar a los [[buwayida|buyíes]] de Bagdad. En 1055 los selyúcidas conquistaron la ciudad y se aliaron con los abasíes. El califa, cuyo poder era nominal, nombró al jefe turco, [[Tugril Beg]] Rey de Oriente y Occidente, y los turcos pasaron a ser soberanos del imperio. Gobernaban de forma represiva e intolerante con las diferentes ideas y religiones que gobernaban el califato, al que sumieron en una decadencia definitiva.
 
Los sucesores de la hegemonía abasí tuvieron que enfrentarse a más amenazas exteriores, como los [[Dinastía hamdanida|hamdaníes]] (norte de Mesopotamia y parte de Siria), cuyos orígenes son una tribu árabe muy anterior que, coincidiendo con la crisis del califato, afianzó su linaje y se apoderó de [[Mosul]], entrando en conflicto directo con los [[reino buwayida|buyíes]]. A esto se unió la toma de [[Alepo]] (944) por Sayf al-Dawla. La rama que gobernaba en Mosul sobrevivió hasta el año 979, cuando fue eliminada por los buyíes. Su frontera con el imperio bizantino también fue conflictiva, aunque su final llegó con la llegada de los [[fatimíes]].
 
=== Resurgimiento militar ===