Diferencia entre revisiones de «Ciudad de los Césares»

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La expedición de Sebastian Gaboto hacia la ''Sierra de la Plata'' sufrió sus primeros tropiezos cuando a la altura del [[río Paraguay]] la fuerza de la corriente le impidió continuar viaje, por lo que se decidió enviar una avanzada al mando de Miguel de Rifos que resultó emboscada por los indígenas a la altura del [[río Pilcomayo]] con la posible complicidad de [[Francisco del Puerto]]. Ante este panorama Gaboto decidió retornar a Sacti Spiritu para reorganizar sus fuerzas.<ref name="Historias del_1"/>
 
Mientras se realizaban los preparativos para remontar nuevamente el [[río Paraná]] hacia el norte,<ref name="Historias del_1">"Historias del Río de la Plata - Roberto Hosne (Buenos Aires, 1998)."</ref> el capitán Francisco César solicitó y obtuvo autorización para realizar su propia exploración, junto a unos pocos hombres, desde [[Sancti Spiritu]] hacia el oeste, viaje que marcaría el comienzo de la leyenda de la ''Ciudad de los Césares''.<ref name="memoriachilena_1">[https://web.archive.org/web/20071007014317/http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0018313.pdf] "La leyenda de los Césares, su origen y evolución - Ricardo E. Latcham (1929)."</ref> Finalmente, poco después, los indios del lugar terminaron arrasando el fuerte español con lo cual Gaboto tuvo que aceptar su derrota y emprender el retorno a España.<ref name="Historias del_1">"Historias del Río de la Plata - Roberto Hosne (Buenos Aires, 1998)."</ref> Más allá de no haber obtenido resultados concretos, la expedición de Gaboto sirvió para consolidar en Europa la fama de la ''Sierra de la Plata'' y el rumor de que en algún lugar, cerca de allí, también existía una gran ciudad llena de riquezas conocida como la ''Ciudad de los Césares''.
 
El relato de César fue difundido por [[Ruy Díaz de Guzmán]], ampliado y con características épicas.
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[[Archivo:Cuernos del Paine from Lake Pehoé.jpg|thumb|300px|Vista de las [[Torres del Paine]], en la Patagonia chilena.]]
 
La otra vertiente sobre el origen de los españoles de la Patagonia era la historia de los náufragos de una expedición financiada por el Obispo de Plasencia ([[Gutierre de Vargas y Carvajal]]). Según cuenta la historia, la flota, compuesta por cuatro navíos, ingresó al [[estrecho de Magallanes]] el 12 de enero de 1540, e inmediatamente aparecieron fuertes temporales que terminaron dispersando a la expedición. La nave capitana naufragó en la primera angostura del estrecho, logrando salvarse el capitán Fray Francisco de la Rivera y los 150 hombres que componían la tripulación, quedando todos ellos en tierra. Entre los hombres de Rivera, aparentemente se encontraba Sebastián de Argüello, cuyo nombre cobraría relevancia varios años después.<ref>[https://web.archive.org/web/20140325201408/http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0012868.pdf] La Ciudad de los Césares: origen y evolución de una leyenda (1526-1880) - Universidad Católica de Chile (1968)."</ref> El segundo buque que componía la flota intentó en vano socorrer a los sobrevivientes siendo arrastrado por los vientos y las corrientes hacia la bahía ubicada al sur de la [[isla de Tierra del Fuego]], donde permaneció durante seis meses, cuando finalmente logró partir nuevamente con destino a Europa. La tercera nave logró pasar al estrecho y llegó hasta el Perú, mientras que del cuarto buque no se supo más nada, aunque se sospechó de que habría naufragado en algún punto de la costa patagónica.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>[https://web.archive.org/web/20071007014317/http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0018313.pdf] "La leyenda de los Césares, su origen y evolución - Ricardo E. Latcham (1929)."</ref>
 
Del capitán Francisco de la Rivera y de su tripulación tampoco hubo más noticia, aunque si existía la certeza de que todos se habían salvado y que al menos contaban con los elementos necesarios para sobrevivir ya que la nave capitana, que había quedado varada en la costa [[septentrional]] del estrecho, contaba con todo el aprovisionamiento necesario para la fundación de una colonia, incluyendo animales de carga (asnos o mulas) y ganado menor como cabras y ovejas. A la suerte corrida por estos marineros se sumaba además el misterio del cuarto navío, cuyo contingente también podría haber terminado en las inhóspitas tierras de la [[Patagonia]].<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
El primer rumor sobre los náufragos españoles aparece en 1551, cuando [[Francisco de Villagra]], en su viaje desde Perú hacia Chile, debió invernar en la [[región de Cuyo]], donde actualmente se encuentra la ciudad argentina de [[Mendoza (Capital)|Mendoza]]. Allí Villagra aprovechó la ocasión para despachar dos expediciones, una hacia el Este y otra hacia el Sur, la cual llegó hasta el [[río Diamante]] con el objetivo de recopilar noticias sobre la ''Ciudad de los Césares''. Si bien los hombres de Villagra no obtuvieron información sobre la supuesta colonia Inca, sí recibieron la noticia de que había unos españoles vagando por la Patagonia.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/> Casi paralelamente, [[Gerónimo de Alderete]], quien se hallaba al sur de Chile con la misión de explorar la región y fundar una ciudad al pie de los Andes, decidió atravesar la cordillera debiendo enfrentar varias escaramuzas de los indios [[Puelches]]. Durante esta jornada Alderete recogió varios rumores, tanto de los Incas como de los náufragos españoles, supuestamente ubicados en una provincia conocida como ''Lin-Lin'' o la ''Trapananda''. En 1552, Pedro de Valdivia encomienda a Francisco de Villagra una expedición que desde Chile debía cruzar la cordillera, llegar hasta el océano Atlántico y desde allí dirigirse hacia el sur, al estrecho de Magallanes. Si bien la expedición solo llegó hasta el [[río Limay]], los hombres de Villagra nuevamente recolectaron noticias sobre los supuestos náufragos de la Patagonia.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Hasta ese entonces toda la información provenía de inciertos rumores propagados por los indios nómadas de la región pampeana, sin embargo, las primeras noticias directas sobre el hecho surgieron cuando dos de los náufragos lograron llegar hasta [[Concepción (Chile)|Concepción]] (Capitanía de Chile) donde relataron numerosos detalles, tanto de la ciudad de los náufragos, como de las riquezas de la colonia que tenían los incas en la Patagonia. A partir de allí comenzó a mezclarse la historia de los náufragos españoles con la legendaria colonia inca de ''los Césares''.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
==== La versión de los dos náufragos ====
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[[Archivo:Puerto Ingeniero Ibáñez.jpg|thumb|rigtht|300px|Vista del lago Buenos Aires/General Carrera. Posible lugar donde se habrían instalado los náufragos españoles.]]
 
En [[1563]], varios años después del accidentado paso de las naves de la ''Armada Obispo de Plasencia'' por el [[estrecho de Magallanes]], llegaron hasta la ciudad de [[Concepción (Chile)]] dos hombres que afirmaban ser náufragos que aquella malograda expedición. Se llamaban Pedro de Oviedo y Antonio de Cobos y apenas se presentaron ante las autoridades se les levantó un informe sumario donde narraron la suerte corrida por los demás náufragos y todas las aventuras que habían vivido en su camino.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Según su versión de los hechos, la mayor parte de la tripulación de aquel barco había sobrevivido al naufragio, salvo trece personas y que una vez en tierra se habían dirigido hacia el interior del continente al mando de un ''"capitán llamado Sebastián de Argüello"'' quien comandaba una expedición conformada por ''"ciento cincuenta soldados, treinta aventureros, cuarenta y ocho marineros, artilleros y grumetes y trece mujeres casadas"'', llevando además armas, municiones, bastimentos y sustentos. También relataron que habían visto al ''"otro navío, que era la capitana"'', bordeando la costa y que luego se habría distanciado rumbo al Pacífico.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Según ellos, en aquel barco iba ''"Riveros, uno de los conquistadores de esta tierra"''. Continuando con la saga de Argüello, su expedición habría avanzado hacia el Noreste, hasta el paralelo 52º13´, donde habrían permanecido durante cuarenta días. Tras dejar allí diez piezas de artillería y otros objetos que no podían continuar llevando, la avanzada prosiguió su camino durante siete días más tratando de conseguir alguna información del lugar. Finalmente, siguiendo las indicaciones de algunos indios y los rastros dejados por otros que huían a su paso, los náufragos lograron llegar hasta una población ubicada a orillas de un lago largo donde había muchos peces y animales.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Argüello habría decidido establecer allí una fortifiación y también habría ordenado no causar daños o desórdenes, ya que su objetivo era trabar amistad con los indios. Tras un primer período de escaramuzas y desconfianza, los españoles habrían conseguido entrar en confianza con los aborígenes e incluso habrían logrado bautizar a varios de ellos y realizar ceremonias religiosas de casamiento entre españoles y mujeres indígenas.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Otro dato curioso que confirman los dos náufragos, es la existencia de una colonia Inca en la Patagonia, ubicada más al norte, que según ellos se encontraba en constante guerra con los naturales de lago, por lo que el capitán Argüello habría resuelto efrentárseles, para que tuviesen temor y respeto por los indios con los que él y su gente estaban emparentados. A partir de esta intervención, ambos pueblos habrían establecido una tregua y no habrían vuelto a enfrentarse.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Finalmente, ''"en el año 1567"'', por alguna razón, Oviedo y Cobos habrían dado muerte a uno de los soldados más queridos que tenía el capitán Argüello y por este motivo se habrían fugado hacia donde vivía el ''"Inca del Perú y su gente, que poblaba esta parte de la Cordillera de Chile"''. Según su testimonio, el rey de aquella colonia se llamaba Topa Inca, tenía unos veintisiete años de edad, llevaba una borla sobre su frente y se trasladaba sentado en una silla que iba cargada sobre los hombros de los demás indios, todos ellos fiel reflejo ''"de la gente del Perú, sin mezcla de otras"''.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Conrespecto al sitio, los españoles lo describieron como una tierra muy fértil y prolongada donde entraban y salían desaguaderos. Tras caminar durante dos días, poco a poco, llegaron hasta un sitio donde había gran cantidad de ''"oficiales plateros con obras de vasijas de plata gruesas y sutiles y algunas piedras azules y verdes toscas que las engastaban"''. Según ellos, estos incas les ofrecieron plata, pero ellos la habrían rechazado pidiendo únicamente comida y paso por su territorio, a lo cual los incas habrían accedido, disponiendo para ello unos veinte indios que los acompañaron por un camino hasta lo alto de la cordillera donde continuando derecho llegarían hasta la [[Villa Rica]] y luego hasta la ciudad de Concepción. Como la declaración es del año 1563, la fecha brindada por los españoles debe ser 1557 y no 1567.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
Según esta versión de los hechos, se deduce a simple vista que el naufragio al que se refieren no corresponde al de la nave capitana, sino que se habría tratado del cuarto buque que se creía perdido. Sin embargo, este hecho choca con la versión de los sobrevivientes de los otros barcos, quienes aseguraban que la nave capitana donde iba Rivera había quedado varada y que tanto él como su gente se habían salvado. Otro dato brindado por Oviedo y Cobos era que los españoles y otras siete poblaciones de indios habitaban a orillas de un lago ubicado en el paralelo cuarenta y siete grados y medio.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
En esa ubicación exacta se encuentra el [[lago Cochrane/Pueyrredón]], sin embargo, un grado más al norte se halla el [[lago Buenos Aires/General Carrera]], mucho más grande y conocido punto de reunión de las tribus nómadas de la Patagonia, incluso considerado por varias de ellas como una tierra sagrada y lugar de sepultura. Por lo que resulta más factible que ese último lago haya sido el lugar donde se habrían instalado los supuestos náufrados españoles.<ref name="memoriachilena_1memoriachilena_3"/>
 
==== Versión de Ibaceta ====
 
En la declaración de Blas Ponce, este menciona la historia de un marino francés de apellido ''"Ybaceta"'' o Ibaceta, quién según su propia versión de los hechos habría incentivado al conquistador español [[Jerónimo Luis de Cabrera]], para que realizara el descubrimiento del sur del continente, incluso antes de que este fundara la actual [[Ciudad de Córdoba (Argentina)|ciudad de Córdoba]]. Su argumento para fomentar dicha empresa era un episodio ocurrido durante un viaje que habría realizado tiempo atrás, en un barco francés con destino al estrecho de Magallanes y a las islas Molucas.<ref name="memoriachilena_2memoriachilena_4"/>[http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0012618.pdf] "Descubrimiento i Conquista de Chile" - Miguel Luis Amunátegui (1862)</ref>
 
Según su versión de los hechos, cien leguas al sur del Río de la Plata su navío se había cruzado con un barco español, cuyos tripulantes decían formar parte de la malograda expedición del obispo de Plascencia. Estos españoles contaron que se habían topado con una gran tormenta y que habían tenido que tirar todo lo que traían al mar, lo que había provocado que al poco tiempo algunos de sus hombres comenzaran a desfallecer ante la falta de suministros. Esta situación generó que unos cincuenta hombres fuesen designados para descender a tierra con el fin de buscar alimentos o indígenas que se los proveyesen, aunque todo fue en vano.<ref name="memoriachilena_2memoriachilena_4"/>
 
Los hombres que estaban en tierra finalmente decidieron tomar por asalto el navío y sus provisiones, generando un enfrentamiento donde algunos de los tripulantes que se hallaban en el barco murieron y otros se salvaron saltando hacia la tierra. Cuando el barco francés llegó a las playas donde había ocurrido el supuesto episodio, los indios del lugar les informaron a través de señas que gente como ellos habitaba en el interior del territorio armados con [[Arcabuz|arcabuses]], los cuales solían pelear con los naturales de la región robándoles su comida y sus mujeres.<ref name="memoriachilena_2memoriachilena_4"/>
 
Un año y medio después Ibaceta habría vuelto a aquella zona en otro navío francés con destino al estrecho de Magallanes, cuya tripulación habría decidido invernar en un sitio aún más cercano al Río de la Plata, en las orillas de un río, dos leguas adentro. Allí los franceses entablaron relación con los naturales del lugar, los cuales intercambiaban pescado y maíz por cuchillos y otras piezas de hierro. Estos indios también informaron a los franceses que gente como ellos habitaba a ocho o diez jornadas de distancia y que poseían gran cantidad de oro que hacían extraer de la tierra a los aborígenes de la zona. También les informaron que estos europeos poseían perros a los cuales mantenían atados con sogas de oro.<ref name="memoriachilena_2memoriachilena_4"/>
 
Cuando los franceses preguntaron que ropa vestían estos hombres, los indios señalaron unas mantas hechas con pellejo de cordero de [[guanaco]] muy bien sobadas y pintadas de colores, y también señalaron otras mantas que eran de lana de [[Llama (mamífero)|''obejas de Perú'']]. Según Blas Ponce el primer encuentro entre el barco francés y el barco perteneciente a la expedición del obispo de Placensia habría tenido lugar cuando Ibaceta contaba con quince años de edad y este habría relatado su experiencia a Jerónimo Luis de Cabrera teniendo ya ochenta y cinco años según los cálculos del declarante.<ref name="memoriachilena_2memoriachilena_4"/>
 
===Los exiliados de Osorno, de Valdivia y Villarrica===