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Sus agentes erosivos son los ríos y los arroyos que van formando las vaguadas o ''cárcavas'' cuando el río consigue atravesar una capa de materiales calcáreos y accede después a los niveles menos resistentes que se encuentran debajo, como son las margas, [[arcilla]]s y [[yeso]]. Si estas cárcavas se amplían lateralmente por la acción erosiva, entonces se forman amplios valles excavados en los páramos y que descienden por las cuestas al encuentro de otros valles.{{sfn|Alcalde Crespo|1997|p=13}} Las laderas orientadas al norte suelen ser de pendientes más suaves y también más frías por estar menos soleadas. Están menos erosionadas y son más productivas para el laboreo. El paisaje rural está dominado por la agricultura mecanizada con cultivos de secano y regadíos a orillas de los ríos (Pisuerga y [[Río Carrión|Carrión]]).
[[File:FUENTE DE SAN JUAN DE BAÑOS.JPG|thumb|Fuente de [[Baños de Cerrato]]]]
El subsuelo presenta unos índices geotérmicos (de temperatura media) que hacen aprovechables sus aguas para la producción de [[energía geotérmica]]<ref>«Guía de las energías renovables en Castilla y León/ 7». Madrid, IDAE, 1995</ref> y baños termales. Además, las aguas sulfatadas sódicas de [[Baños de Cerrato]] tienen propiedades descongestionantes y purgantes, lo que las hace utilizables como bebida embotellada.<ref>{{versalita|Molto}}, Lucía. «Tipos de aguas minero-medicinales en yacimientos arqueológicos de la Península Ibérica,» en ''Espacio, tiempo, forma'', Serie II, Historia Antigua, f. V, 1992, p. 214</ref> Los buenos efectos de las aguas sulfurosas sódicas están reconocidos desde hace tiempo. Así, el rey visigodo [[Recesvinto]] mandó a construir el templo de San Juan de Baños para agradecer que las aguas mineromedicinales le hubieran curado una litiasis.<ref>{{versalita|Rosa}}, María del Carmen de la; {{versalita|Mosso}}, M. Ángeles. «Historia de las aguas mineromedicinales en España», en ''Observatorio mediomabiental'', n. 7, 2004, p. 120</ref>