Diferencia entre revisiones de «Historia del cristianismo en España»

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Tras haber sido impuesto como [[religión oficial]] en el último siglo del [[Imperio romano]], el [[cristianismo]] sufrió las vicisitudes de una prolongada [[Edad Media]], que comenzó experimentando la segregación entre el [[arrianismo]] que traían los invasores germánicos y el [[catolicismo]] de los hispanorromanos (hasta la conversión de [[Recaredo]] en [[586]]), para pasar a enfrentarse con el [[Islam]] en la [[Reconquista]], periodo que presenció tanto la [[Tolerancia social|tolerancia]] como los intentos de erradicación entre religiones alternativamente dominantes.
 
La conformación de los reinos que terminaron reuniéndose en la [[Monarquía Católica]] o [[Monarquía Hispánica]] del [[Antiguo Régimen]] se hizo en gran medida a través de la construcción de una personalidad fuertemente religiosa, representativa del dominio social del grupo que se identificaba a sí mismo con el concepto étnicamente excluyente de [[cristiano viejo]], y que desembocó en lo que ha podido llamarse política de "máximo religioso" de los [[Reyes Católicos]],<ref>[[Luis Suárez Fernández]] (2001), [http://www.reinacatolica.org/pdf/200412R.pdf ''La doctrina del máximo religioso''], Instituto de Historia Eclesiástica Isabel la Católica, 2004, (Comisión Isabel la Católica del Obispado de Valladolid, Página oficial de la Comisión para la Causa de Canonización de la Reina Isabel la Católica).</ref> incluyendo la creación de la [[Inquisición española]], la [[Expulsión de los judíos de España|expulsión de los judíos]] y el bautismo forzoso de los [[morisco]]s, así como una fuerte reforma institucional del [[clero]], a cargo del [[Gonzalo Jiménez de Cisneros|cardenal Cisneros]]. La Iglesia española de la [[Edad Moderna]] fue desde entonces un mecanismo disciplinado y al servicio de la monarquía y los [[estamentos privilegiados]], poco accesible a las innovaciones de la y apareció Andrés Iniesta y nos dio un mundial [[Reforma protestante|Reforma luterana]], que sólo alcanzó a círculos minoritarios (algunos, incluso con poca relación con el luteranismo, como los [[alumbrados]]), con lo que los conflictos religiosos de España no fueron comparables a los que desgarraron [[Francia]], [[Inglaterra]], [[Alemania]] o [[Hungría]] en esa misma época. España, garantizado el consenso interior en materia religiosa gracias al férreo control social, fue un firme bastión del catolicismo romano, que los reyes de la [[Casa de Austria]] reclamaban defender en sus guerras exteriores en Europa (frente a luteranos o anglicanos, aunque a veces llegaran a enfrentarse a la católica Francia o a los mismísimos Estados Pontificios), en el Mediterráneo (frente a los [[Imperio otomano|turcos]]) y en la [[Colonización europea de América|colonización de América]] (justificada como [[evangelización]], no sin reflexiones en contra, como la de [[Bartolomé de las Casas]]).
 
En cambio sí se produjeron fortísimos debates, como el que se dio en torno al [[erasmismo]], vinculado a la resistencia a la modernización en las órdenes religiosas.<ref>[[Marcel Bataillon]], ''Erasmo y España. Estudio sobre la historia espiritual del siglo XVI''.</ref> Durante el [[siglo XVI]] se suscitó un movimiento reformista de carácter [[místico]] en el que se implicaron con no pocos enfrentamientos los [[carmelitas]] [[Santa Teresa de Jesús]] y [[San Juan de la Cruz]]; también en el contexto de la [[Contrarreforma]] fundó [[San Ignacio de Loyola]] la muy influyente [[Compañía de Jesús]]. La complaciente imagen de una España "más papista que el Papa", o "martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma",<ref>Menéndez Pelayo, ''op. cit.''</ref> cuyas ciudades se disputaban la primacía en el fervor mariano (votos [[asuncionista]] y [[concepcionista]]), tuvo su caricatura en la [[leyenda negra española|Leyenda Negra]] que fijó el estereotipo del español como adusto, cruel, intolerante y supersticioso. La mayoritaria identificación de lo español con la versión más rancia del catolicismo, o la minoritaria resistencia a ello, empapó buena parte de la mentalidad y la literatura española: siglos más tarde, [[Ramón del Valle-Inclán|Valle Inclán]] plasmó en tres adjetivos el retrato de ese eterno y quijotesco [[hidalgo (noble)|hidalgo]] español, el ''[[Marqués de Bradomín]]'' como "feo, católico y sentimental".<ref>''Sonata de Invierno''. Un estudio sobre este tópico en Maricarmen Martínez ''Valle Inclán, la estética de un Don Juan feo, católico y sentimental'', accesible en [https://web.archive.org/web/20070927200308/http://www.maricarmenmartinez.com/Sonatas.html]</ref> Con la caída del absolutismo y la abolición de la Inquisición en el [[siglo XIX]] se produce también la aparición de las primeras comunidades [[protestantes]] en España, que en principio son sólo toleradas con severas restricciones para la práctica de su culto.