Diferencia entre revisiones de «Técnica psicoanalítica»

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== Asociación libre y transferencia ==
 
Condición de posibilidad del tratamiento es la estricta obediencia a la ''[[asociación libre|regla fundamental del psicoanálisis]]'', que compele al paciente a no dejar por fuera de lo que relate nada de lo que se le vuelva evidente a partir de su observación de sí, incluso si lo juzgare desagradable, sin importancia o sin sentido. La neutralización de la autocrítica permitirá la afluencia de una gran cantidad de material ―sea bajo la forma de simples ocurrencias, o bien como recuerdos y pensamientos― que llevará sobre sí la impronta de lo [[inconsciente]], al punto de en ocasiones constituir propiamente retoños de lo [[represión (psicoanálisis)|reprimido]] que habilitarán al analista para reconstruir la fuente de tales vástagos y para ayudar al yo de su paciente a ganar mayor conocimiento acerca de su inconsciente.{{harvnp|Freud|2013|p=175}} Para [[interpretación de los sueños|interpretar un sueño]] exitosamente se vuelven indispensables las asociaciones que el propio soñante establezca entre los elementos del texto del sueño. Tales asociaciones permitirían recuperar los eslabones faltantes para que, partiendo del contenido manifiesto (lo que se recuerda del sueño al despertar), puedan colegirse los pensamientos oníricos latentes, que corresponde al genuino proceso onírico. La interpretación, que recorrería en sentido inverso la tarea del trabajo del sueño —a saber, la operación encargada de trasponer estos pensamientos en aquella figuración manifiesta—, a menudo no es completamente certera.{{harvnp|Freud|2013|p=163 y 167}}
 
Por otro lado, el yo del analizado dista mucho de situarse en una posición de pasiva aquiescencia frente a lo que le impone la situación analítica y no siempre entrega el material que le es solicitado. El paciente va mucho más allá de concebir como un simple auxiliador al analista, quien se convierte en una figura propicia para que le sean transferidos sentimientos y reacciones que corresponden en realidad al vínculo que aquel sostenía con alguna persona significativa de su niñez, de la cual se vuelve, pues, una suerte de subrogado. Tal ''[[transferencia (psicoanálisis)|transferencia]]'' de sentimientos asume un rol de inestimable importancia: del mismo modo que constituye un recurso indispensable para la labor analítica, manan de ella graves amenazas para el éxito de la misma. Manifiesta una naturaleza [[ambivalencia|ambivalente]] en tanto supone actitudes positivas y negativas ―es decir, tiernas y hostiles― hacia el analista, que regularmente toma para el analizado el papel de la madre o del padre. La transferencia positiva es la que más fructífera resulta a los fines del empeño terapéutico, llegando a provocar que el paciente tase en poco el designio de curarse y de desligarse de su sufrimiento para, en lugar de ello, abrazar la aspiración de ganarse el favor del analista, convertirse en objeto de su estima. En tales condiciones, la transferencia fomenta la cooperación del paciente y el pasaje de la endeblez yoica propia del neurótico a una constitución de mayor fortaleza. La simpatía por el analista incluso lo mueve a resignar sus síntomas hasta el punto de aparentar encontrarse en perfecto estado de salud psíquica,{{harvnp|Freud|2013|pp=175-176}} pero Freud advierte que “los resultados curativos producidos bajo el imperio de la transferencia positiva están bajo sospecha de ser de naturaleza ''[[sugestión|sugestiva]]''.”{{harvnp|Freud|2013|p=177}}