Diferencia entre revisiones de «Militarización»

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Ampliado concepto sobre la militarización de la educación
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== Militarización de la Educación ==
La militarización de la sociedad es, por su parte, la promoción de valores y actitudes militares en la educación, cultura y costumbres combinadas con una elevada presencia y protagonismo de militares y cuerpos de seguridad en la vida de un país. Por lo que se refiere a la militarización social, no se trata solo de la participación o toma del poder por parte del estamento militar, sino también de la imposición de los valores militares o castrenses en la sociedad: centralización de la autoridad, jerarquización, disciplina, obediencia y conformismo, combatividad, agresividad y xenofobia impulsada por la exaltación continua del Patriotismo y sus símbolos. Los procesos de militarización social se ven especialmente extendidos cuando se producen procesos de militarización de la educación, tanto en su vertiente formal, en los propios centros educativos, como en los espacios educativos informales o familiares<ref>{{Cita libro|apellidos=Rufanges Calvo|nombre=Jordi|enlaceautor=|título=El diccionario de la guerra, la paz y el desarme|url=http://www.icariaeditorial.com/libros.php?id=1556|fechaacceso=|año=2015|editorial=Icaria|isbn=9788498886665|editor=|ubicación=|página=|idioma=|capítulo=}}</ref>.
 
La educación militarizada es aquella basada en los principios militares, en el ejemplo de la vida militar y en la manera de hacer de los militares para conseguir sus objetivos. La educación militarizada transmite valores, enseña maneras de afrontar la vida y educa ante el conflicto según la perspectiva militar. Es una educación que proviene de las estructuras creadas en la sociedad, pero también proviene de la cultura, que es causa y consecuencia de la educación. La educación militarizada impone lo que está bien y lo que está mal; decide los derechos y los deberes; establece quién está arriba y quién abajo, quién puede decidir y quién obedecer, quién tiene las de ganar y quién las de perder.
 
La educación militarizada enseña a vivir en un marco jerárquico, en el cual se debe obedecer al superior, cumplir las normas sin lugar a la disensión, seguir la senda marcada por la sociedad, competir para ganar y conseguir los objetivos por encima de la importancia de la relación con los demás. La educación militarizada de la necesidad de la fuerza para sobrevivir en un mundo que se considera hostil, es la educación de prepararse para lo peor, de defenderse de las agresiones, vigilar y estar alerta de los riesgos y peligros de vivir. Es la educación del miedo. Es también la de subir, ganar, tener, acaparar, sumar, triunfar y luchar con armas si es necesario para conseguir objetivos. Es la educación de la competitividad.
 
Asimismo, la educación militarizada es la educación de la norma, de las reglas, del respeto del orden establecido. Es la educación del ''statu quo'', de la aceptación de las injusticias, de la resignación ante la violencia. Es la educación del miedo, de no levantar demasiado la voz, de no significarse políticamente, de no cuestionar, de no contestar. La educación militarizada es la educación patriarcal, machista, violenta contra la mujer, es la del hombre fuerte, viril, macho ''alfa'' dominante.
 
La educación militarizada no está necesariamente planificada en los currículos escolares, ni en las guías didácticas, sino que emana en nuestros actos, palabras y escritos. Pero, aunque no se manifieste de forma natural, no significa que no esté de alguna manera planificada y promovida. De hecho, esta educación se promueve a través de la existencia de una estructura militar, que recibe un trato prioritario por parte del Estado y que posee recursos para promoverla, por ejemplo, a través de la cultura de la defensa.
 
La educación militarizada no se limita a los valores y modos de hacer de los militares, sino a su componente armada y violenta para hacer frente a los conflictos. La respuesta violenta es la razón de ser de la lógica militar, y esta se hace principalmente con armas. La educación militarizada acepta, pues, el uso de la violencia, incluso extrema y, como se puede ver en infinidad de videojuegos y películas de guerra, quien gana es quien mata y destruye a los demás.
 
En los procesos de militarización de una sociedad, la educación tiene un papel de gran relevancia. Por un lado, porque los valores que transmiten las instituciones militares a la ciudadanía –la obediencia, la disciplina, el patriarcado, el androcentrismo o el recurso a la violencia–, contradicen los valores vertebrales que han de regir la educación –la autonomía, el espíritu crítico, la responsabilidad, la empatía, el diálogo o la equidad social y de género. Por otro lado, el MILITARISMO no sólo trata de promover la MILITARIZACIÓN de la educación en un sentido amplio, sino que también lo hace en los centros educativos y otros espacios similares. El ejército acude a eventos para jóvenes y niños para dar una imagen más cercana y familiar de los militares. La manera de atraerlos es mediante una serie de actividades divertidas, deportivas y de aventura con el objetivo de romper las barreras o prejuicios que sobre los ejércitos, las armas, las guerras y la violencia armada puedan tener estos niños y niñas como consecuencia de su educación, del entorno social o de la influencia de familiares y amistades. La asociación que un niño o una niña pueda hacer sobre que los ejércitos puedan incluir actividades divertidas por peligrosas o arriesgadas legitima a estos últimos y acerca a futuros candidatos en próximos procesos de reclutamiento.
 
Los ejércitos no lograrían justificar el enorme gasto para las arcas públicas que suponen cada año, las muertes y sufrimiento que genera su acción y el negocio que se genera en torno a las armas, sin las actividades de propaganda, publicidad y promoción que hacen de manera constante a través de los desfiles militares, las películas belicistas, los videojuegos de guerra, los juguetes bélicos, los materiales pedagógicos para inculcar los valores de la «cultura» de la defensa en los niños, la presencia en espacios y centros educativos, las subvenciones para realizar estudios para promocionar la labor del ejército y los institutos de estudios militares dirigidos a justificar la utilización de la fuerza militar para resolver los conflictos. <ref>{{Cita libro|apellidos=Calvo Rufanges|nombre=Jordi|enlaceautor=|título=El diccionario de la guerra, la paz y el desarme|url=http://www.icariaeditorial.com/libros.php?id=1556|fechaacceso=|año=2015|editorial=Icaria Editorial|isbn=|editor=|ubicación=|página=141|idioma=|capítulo=}}</ref>
 
== Aspectos polémicos ==