Diferencia entre revisiones de «Remensa»

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En la sujeción de los remensas la Iglesia catalana jugaba un papel muy importante al recurrir a las condenas espirituales e incluso a la amenaza de la [[excomunión]] para aquellos campesinos que se resistieran a aceptar su condición. Además en el Concilio Provincial de Tarragona celebrado en 1370 se prohibió que los campesinos remensas pudieran ser [[sacramento del orden|ordenados]] sacerdotes al considerarlos [[siervo]]s, es decir, una mera «cosa» propiedad de su señor.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=34-35}}
 
=== El movimiento de emancipación de los remensas ===
{{VT|Guerras remensas}}
El objetivo del movimiento de emancipación remensa fue conseguir la libertad personal ―«todos los hombres apetecen la libertad que a cualquiera es otorgada por el [[derecho natural]]», se decía en una [[franquicia (privilegio)|franquicia]] de 1335―{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=39}} sin perder sus derechos sobre la tierra. En palabras de Vicens Vives, «el remensa procura no sólo libertarse de las [[servidumbre|servidumbres señoriales]], sino al mismo tiempo trata de anular, por su [[redención]], la categoría [[servil]] que había adquirido el suelo que cultivaba». Y aquí es donde radica el conflicto que mantenían los remensas con sus [[señor feudal|señores]]. «El señor del siglo XV, [[señorío laico|laico]] o [[señorío eclesiástico|eclesiástico]], tendía a considerar el [[predio]] como una unidad [[fiscalidad|fiscal]] o económica, cuyo rendimiento venía asegurado por la familia que, adscrita a él, lo hacía realmente productivo», ha señalado Vicens Vives.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=21-22}} El campesino remensa tenía además muchos problemas para lograr la redención debido, según Vicens Vives, a que esta «dependía de la voluntad y el beneplácito del señor, ya que no había ninguna disposición legal que estipulara las condiciones y forma en que podría conseguirla», incluida la cantidad a pagar que era fijada arbitrariamente por el señor. Y tampoco podía abandonar el ‘’mas’’ yéndose a vivir a la ciudad ―obteniendo la libertad si lograba permanecer allí un año y un día― si había prestado [[homenaje]] a su señor, lo que sucedía en la inmensa mayoría de las ocasiones, a lo que se añadía frecuentemente la prohibición expresa que se hacía constar en los contratos de avecindarse en una ciudad o villa. Además en una constitución aprobada en las Cortes de 1432 se autorizó a los señores a pregonar en ferias y mercados la fuga de sus payeses y hacerlos perseguir.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=30-31}}
 
Buena parte de los juristas de la época denunciaron la situación injusta de los remensas ―a los que no consideraban [[siervo]]s― y defendieron su derecho a reunirse en asambleas y formar sindicatos, una posición que tendrá una gran influencia en la corte, lo que explicaría, según Vicens Vives, la actitud filoremensa de la [[Corona de Aragón|monarquía catalano-aragonesa]]. Una segunda razón, según este mismo historiador, sería el interés de los reyes en «suprimir o rebajar la potencia política de los [[señor feudal|señores feudales]] y [[alodio|alodiales]]». Por su parte los remensas confiaron en los monarcas para alcanzar su emancipación y recurrieron a ellos para evitar los abusos y las violencias señoriales, ofreciéndoles en varias ocasiones importantes sumas de dinero.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=39-41}}
 
El movimiento emancipador de los remensas comienza en el siglo XIV cuando su situación económica se agrava a causa de la crisis iniciada en 1333, «el mal any primer», y del impacto de la [[Peste Negra]] de 1348-1351 que despobló los campos. A la extensión del movimiento también contribuyó la actitud de los señores, quienes tras la Peste Negra redujeron las cargas que pesaban sobre sus campesinos para asegurarse que las tierras siguieran cultivándose, con lo que los remensas entrevieron la posibilidad de conseguir su emancipación, pero que pronto volvieron a exigir las prestaciones anteriores a la crisis lo que soliviantó los ánimos campesinos. Según Vicens Vives, no es casualidad que la radicalización del movimiento remensa se produjera precisamente en los últimos decenios del siglo XIV y los primeros del XV, es decir, cuando tuvo lugar la reacción señorial. Es esta época cuando los payeses comienzan a cavar fosas en sus masías y plantar cruces y otros símbolos de muerte, lo que fue prohibido por las Cortes de 1413, aunque los payeses siguieron haciéndolo como lo prueba que en las Cortes de 1432 se volviera a insistir en su prohibición.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=42-45}}{{Harvnp|Rotger|Casals|Gual|2011|p=28}} También proferían amenazas y apaleaban a los procuradores de los señores.{{Harvnp|Vicens Vives|1978|p=50}
 
== Consecuencias posteriores ==