Diferencia entre revisiones de «Siete leyes de Noé»

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Oseas 14:2 Tomad con vosotros palabras, y convertíos á Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y daremos becerros de nuestros labios. (Reina Valera 1909)
Línea 157:
En resumen: ofrecer un sacrificio animal simbolizaba la subyugación y destrucción de la naturaleza animal del hombre. El animal era faenado y entonces incinerado sobre el altar, reduciéndolo a sus elementos (que ascendían a lo alto). A través de este proceso, una persona era capaz de nulificar su ser animal, acercándose entonces a Dios. De hecho, en Hebreo la palabra para sacrificio es korban que viene de la raíz karav, que quiere decir cerca, puesto que el korban acercó al hombre a Dios.<ref>{{cita libro |nombre= |apellido=Kaplan |título=Ojo del Universo capítulo 5 |capítulo=|año= |ubicación=Jerusalén |editorial=}}</ref>
 
A partir del tiempo de la destrucción del Santo Templo, se les prometió a los judíos que el estudio de las leyes referentes a los sacrificios y la oración serían aceptadas por Dios en lugar de los sacrificios (en sí mismos), como está escrito, “Rendiremos las oraciones de nuestros labios en vez del sacrificio de bueyes” (Oseas 14:32).
 
¿Qué hay de los Hijos de Noé? En los tiempos del Santo Templo, los justos entre ellos, quienes seguían las Siete Leyes Universales, tenían permitido residir en la tierra de Israel e ingresar al Templo para ofrecer sacrificios a Dios. Más aún, los sacerdotes judíos ofrecían sacrificios a favor de las naciones de la tierra, siendo el mejor ejemplo los setenta bueyes que se ofrecían durante la festividad de Sucot, el Festival de las Cabañas.<ref>{{cita libro |nombre= |apellido= |título=Talmud de Babilonia |año= |ubicación=Sucá 55b |editorial=}}</ref>