Diferencia entre revisiones de «Divina comedia»

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Sin embargo, el poeta expresa desde un principio la gran dificultad que significa transmitir el recorrido emocional y físico de ''trashumanar'', es decir ir más allá de las condiciones de la vida terrena. Sin embargo, confía en el apoyo del [[Espíritu Santo]] (el ''buen [[Apolo]]'') y en el hecho de que pese a sus falencias, su esfuerzo descriptivo será emulado y continuado por otros (canto I, 34). En la introducción del canto II, el autor reitera que para entender las [[alegoría]]s de la obra es indispensable tener de antemano muy amplios conocimientos en las materias que se van a tratar (II, 1-15).
 
El Paraíso está compuesto por nueve círculos concéntricos correspondientes a los nueve órdenes angélicos de la ''AngelologíaJerarquía celestial / Περὶ τῆς οὐρανίου ἱεραρχίας'' del [[Pseudo Dionisio Areopagita]] ([[ángel]]es, [[arcángel]]es, [[principado]]s, [[potestad]]es, [[virtud]]es, [[dominaciones]], [[trono]]s, [[Querubín|querubines]] y [[Serafín|serafin]]es), en cuyo centro se encuentra la tierra. En cada uno de estos ''cielos'', en donde se encuentra cada uno de los planetas, se encuentran los beatos, más cercanos a Dios en función de su grado de beatitud. Pero las almas del Paraíso no están mejor unas que otras, y ninguna desea encontrarse en mejores condiciones que las que le corresponden, pues la caridad no permite desear más que lo que se tiene (II, 70-87). De hecho, a cada alma al nacer Dios le dio cierta cantidad de [[gracia]] según criterios insondables, en función de los cuales gozan aquellas de los diferentes grados de beatitud. Antes de llegar al primer cielo el poeta y Beatriz atraviesan la ''Esfera de fuego''.
 
[[Archivo:Par 14.jpg|thumb|160px| Canto XIV, 85-87. El cielo de [[Marte (planeta)|Marte]].]]