Diferencia entre revisiones de «Historia del cristianismo en España»
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El Estado reconoce y ampara a la familia como institución natural y fundamento de la sociedad, con derechos y deberes anteriores y superiores a toda ley humana positiva. El matrimonio será uno e indisoluble. El Estado protegerá especialmente a las familias numerosas.|''[[Fuero de los españoles]]'' de 1945: artículos 6 y 22<ref>Texto del Fuero de los Españoles [[:m:s:es:Fuero de los Españoles de 1945|en wikisource]]</ref>}}
Tras la derrota del [[Eje Roma-Berlín|Eje]] en la [[Segunda Guerra Mundial]], el [[Santa Sede|Vaticano]] fue el mayor apoyo internacional del gobierno de [[Francisco Franco]], manifestado en lo que fue el mayor evento internacional —tanto religioso como civil— celebrado en España en esos años: el [[Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona]] (1952), que de hecho significó el comienzo de la apertura al exterior con intercambios cada vez mayores en todos los términos, y también el fin de la sociedad cerrada de los años cuarenta, en que la imposición de una forma oscurantista y represora de entender la religión era omnipresente en todos los aspectos de la vida pública y privada<ref>Andrés Sopeña Monsalve (1994) ''El florido pensil. Memoria de la escuela nacionalcatólica'', Crítica, Barcelona ISBN 84-7423-673-8; Carmen Martín Gaite (1990) 9.ª edición, ''Usos amorosos de la postguerra española''. Barcelona, Anagrama. ISBN 84-339-0085-4</ref>. Asimismo, la Iglesia Católica española obtuvo numerosos beneficios económicos del régimen fascista en propiedades (el artículo 206 de la ''Ley Hipotecaria'' de 30 de diciembre de 1944 le permitía a la Iglesia inmatricular sin «título escrito de dominio», es decir, sin escrituras que acreditasen la propiedad), de forma que incautó unas 40.000 propiedades de las que no dejó registro alguno
Con un lenguaje marcadamente [[Agustín de Hipona|agustinista]], el [[Concordato de 1953]] reconocía importantísimas áreas competenciales al papado, y una libertad de expresión y actuación de la que no gozaba ninguna otra institución ni individuo (cosa que produciría conflictos en el futuro), al tiempo que garantizaba a Franco el ejercicio del derecho de presentación de obispos que tradicionalmente correspondía los reyes (y que continuó vigente y utilizado hasta que [[Juan Carlos I]] renunció a él en julio de 1976).<ref>Javier Tusell (2000) ''25 años de monarquía. El escudo protector de la transición'', en El País Digital, Extra Juan Carlos I. [https://web.archive.org/web/20080516013813/http://www.elpais.com/especiales/2000/rey/rey05a.htm]</ref>
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