Diferencia entre revisiones de «Segunda República española en guerra»

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Pero la revolución que se desencadenó tuvo distinto calado según los territorios. "En [[Cataluña]], lo característico fue la revolución social protagonizada por la [[Confederación Nacional del Trabajo|CNT]], que procedió a la [[colectivización]] de la industria mientras respetaba, si no el fruto, al menos la propiedad de la tierra y dejaba subsistir un gobierno "burgués" en el [[Palacio de la Generalidad de Cataluña]]. En [[Aragón]], las columnas de milicianos impusieron una [[colectivización]] de la tierra contra la voluntad de una clase de pequeños y medianos propietarios y establecieron un órgano de poder político -el [[Consejo de Aragón]]- al margen de la legalidad republicana, mientras en extensas zonas de [[Castilla la Nueva]], [[Valencia]] y [[Andalucía]] se produjo una colectivización de la tierra por los sindicatos campesinos que ocuparon las fincas abandonadas por sus propietarios y el poder político local pasó a manos de comités conjuntos de sindicatos y partidos. En el [[País Vasco]], sin embargo, donde el [[PNV]] había rechazado la coalición con la [[CEDA]] en las elecciones de febrero de 1936 y apoyado a la izquierda en la tramitación del [[Estatuto de Autonomía]], finalmente aprobado el [[1 de octubre]] de 1936, no hubo revolución social y un partido católico y nacionalista se mantuvo hasta junio de 1937 al frente de un gobierno autónomo con poder sobre poco más que el territorio de Vizcaya".{{Harvnp|Juliá|1999|pp=118-119}}
 
Los comités que surgieron por todas partes eran autónomos y no reconocían límites a sus actuaciones. "Podían colectivizar industrias, requisar cosechas o materias primas, formar milicias, sellar vales o salvoconductos si así les parecía. Un poder tan atomizado y disperso, tan autónomo y discrecional,... explica que la española de 1936 fuera una de lalas revoluciones socialmente más profundas del siglo XX y una de las más volubles políticamente".{{Harvnp|Juliá|1999|p=125}} Por lo que pronto se planteó el problema de que no se había constituido ningún tipo de poder (o de organización) que centralizara recursos y coordinara actuaciones. Y la paradoja fue que, al mismo tiempo, esta revolución tampoco acabó con el Estado republicano, sino que simplemente lo ignoró y lo redujo a la inoperancia. En Cataluña, donde las organizaciones obreras -fundamentalmente la CNT- controlaban completamente la situación, se constituyó el [[Comité Central de Milicias Antifascistas]], pero el gobierno de la [[Generalidad de Cataluña]] no fue destituido y continuó en su puesto. En Valencia apareció el [[Comité Ejecutivo Popular]]. En [[Málaga]] y [[Lérida]] surgieron sendos Comités de Salud Pública. En [[provincia de Santander (España)|Santander]], [[Gijón]] y [[Jaén]], comités provinciales del [[Frente Popular]]. En Vizcaya, una Junta de Defensa. En Madrid se constituyó un Comité Nacional del Frente Popular, que organizaba milicias y la vida de la ciudad, pero junto a él seguía existiendo el gobierno de [[José Giral]] formado sólo por republicanos de izquierda.{{Harvnp|Casanova|2007|pp=302}}
 
=== El gobierno Giral (19 de julio-3 de septiembre de 1936) ===