Diferencia entre revisiones de «Madame Bovary (película de 1949)»

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Línea 39:
Los diálogos no son explícitamente los mismos que en la novela, aunque siguen manteniendo ese lenguaje cinematográfico mágico y misterioso.
 
==== Fidelidad en la ambientación de la época ====
La ambientación de la película es bastante acertada. El vestuario, la decoración e instrumentos están ambientados a la época, destaca sobre todo el elemento del espejo a lo largo de la película: los distintos momentos en los que la heroína se ve reflejada en uno y que cada momento significa una evolución en el personaje y su situación. Hay un momento en el que Emma se sienta en un sofá agotada de tanto bailar y se ve reflejada en un espejo como la mujer que anhela ser: hermosa y rodeada de hombres.
 
La escena del baile es la más importante, pues representa el mundo burgués que Emma tanto desea y que Flaubert detesta por su actitud frívola. Los invitados parecen personajes sacados de una novela romántica. Resaltan especialmente las mujeres, que lucen vestidos bellos y lujosos, como princesas de un cuento de hadas.
 
===== Focalización =====
Durante todo el largometraje representa que es el propio Flaubert quien narra los hechos. La película arranca con un flashback que incorpora la voz en off de Flaubert presentando el personaje de Emma al espectador. La describe como una mujer de veinte años que vive felizmente en un convento rodeada de novelas románticas que incrementan sus fantasías. En el resto de la cinta es Emma el eje central de la trama y quien guía la cámara.
 
====== Tratamiento de la escena de la muerte ======
La muerte de Emma es tratada con bastante fidelidad: Emma regresa a casa con la mirada perdida, su marido le pregunta qué le ocurre, pero ella se limita a subir las escaleras a paso fúnebre. De repente, aparece el señor Homais gritando “¡Arsénico, arsénico!”, Charles coge su maletín y sube en busca de su esposa. En la siguiente escena aparece Emma gritando de dolor, retorciéndose en el lecho. Charles la sujeta por los brazos, le limpia la comisura de los labios y le da agua; él nunca dejó de amarla y le dice que la quiere. Emma se lamenta y confiesa que lo único que quería era una casa grande y bonita y una vida como la de los libros y revistas. Emma pide a Charles que la abrace y él empieza a suplicar a Dios que la salve. Más tarde, vemos a un cura dando sepultura a Emma y a un Charles apoyado en la pared con semblante abatido. Destaca el momento simbólico en el que Emma parece despertarse solo para besar la cruz y para pedir perdón por sus pecados.