Diferencia entre revisiones de «Expresionismo»

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El expresionismo otorgó mucha importancia a la [[música]], ligada estrechamente al arte sobre todo en el grupo ''Der Blaue Reiter'': para estos artistas, el arte es comunicación entre individuos, por medio del alma, sin necesidad de un elemento externo. El artista ha de ser creador de signos, sin la mediación de un lenguaje. La música expresionista, siguiendo el espíritu de las vanguardias, pretendía desligar la música de los fenómenos objetivos externos, siendo instrumento únicamente de la actividad creadora del compositor y reflejando principalmente su estado anímico, fuera de toda regla y toda convención, tendiendo a la esquematización y a las construcciones lineales, en paralelo a la geometrización de las vanguardias pictóricas del momento.<ref>Ramírez (1983), p. 935.</ref>
 
La música expresionista buscó la creación de un nuevo lenguaje musical, liberando la música, sin tonalidad, dejando que las notas fluyan libremente, sinbuscando intervenciónromper delantiguos compositoresquemas finales o modales. En la [[música clásica]], la [[armonía]] estaba basada en la cadencia tónica-subdominante-dominante-tónica, sin que dentro de una tonalidad se diesen notas extrañas a la escala. Sin embargo, desde Wagner, la sonoridad cobró mayor relevancia respecto a la armonía, ganando importancia las doce notas de la escala. Así, [[Arnold Schönberg]] creó el [[dodecafonismo]], sistema basado en los doce tonos de la [[escala cromática]] –las siete notas de la escala tradicional más los cinco semitonos–, que se utilizan en cualquier orden, pero en series, sin repetir una nota antes de haber sonado las otras. Así se evita la polarización, la atracción a centros tonales. La serie dodecafónica es una estructura imaginaria, sin tema ni ritmo. Cada serie tiene 48 combinaciones, por inversión, retrogradación o inversión de la retrogradación, y comenzando por cada nota, lo que produce una serie casi infinita de combinaciones. Se podría decir que la destrucción de la jerarquía en la escala musical es equivalente, en pintura, a la eliminación de la perspectiva espacial renacentista efectuada igualmente por las vanguardias pictóricas. Al dodecafonismo siguió el [[Microtonalismo|ultracromatismo]], que amplió la escala musical a grados inferiores al semitono –cuartos o sextos de tono–, como en la obra de [[Alois Hába]] y [[Ferruccio Busoni]].<ref>Ramírez (1983), p. 937-938.</ref>
 
Entre los músicos expresionistas destacaron especialmente [[Arnold Schönberg]], [[Alban Berg]] y [[Anton von Webern]], trío que formó la llamada [[Segunda Escuela de Viena]]: