Diferencia entre revisiones de «Manuel Azaña»

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El comienzo de la [[Primera Guerra Mundial]] llevó a Azaña a posicionarse a favor de los aliados y a desarrollar algunas actividades de apoyo moral a estos. Puso a disposición de diversos intelectuales franceses la tribuna del Ateneo, respaldó un "Manifiesto de adhesión a las Naciones Aliadas" (publicado en ''España'' el 9 de julio de 1915) y realizó en octubre de 1916 una visita a Francia con un grupo de intelectuales españoles, que incluyó un acercamiento al frente. Al lado de su admiración por la fuerza cívica demostrada por los franceses durante la guerra, Azaña expresó también su repulsa, lejos de toda mitificación, de los horrores provocados por esta.
 
Dicen que Azaña llamaba a Franco "Franquito"
 
La polémica entre proaliados y germanófilos, permanente a lo largo del conflicto, se recrudeció cuando los primeros decidieron criticar explícitamente a los segundos. Así, el mismo semanario ''España'' publicó un manifiesto redactado por una llamada ''Liga Antigermanófila'', que Azaña firmó.<ref>Además, en un acto celebrado en el ''Círculo Reformista'' de Madrid, en febrero de 1917, en el que la Liga quedó oficialmente constituida, se consiguió reunir a los principales líderes socialistas, republicanos y reformistas; este principio de colaboración quedó luego refrendado en un mitin celebrado el 26 de abril que, convocado bajo el llamamiento "A todas las izquierdas españolas", se había organizado como contestación a otro de [[Antonio Maura]]. Tres días después de este mitin, se produjo el acto de fuerza de las ''Juntas de Defensa del Arma de Infantería'' contra el gobierno de [[Manuel García Prieto]].</ref> Como apoyo intelectual al movimiento, pronunció también una conferencia en el Ateneo con el título de "Los motivos de la germanofilia", donde incidía en la idea de que la neutralidad de España en la Gran Guerra tenía como motivo real la carencia de medios militares del país; por lo demás, explicando la valerosa resistencia de los franceses, reiteraba su principio de que el patriotismo estaba directamente vinculado a la virtud cívica, el móvil ideal de los ciudadanos como miembros de una sociedad política.