Diferencia entre revisiones de «Tártaro (mitología)»

Contenido eliminado Contenido añadido
SeroBOT (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de 213.0.87.160 (disc.) a la última edición de Jkbw
Etiqueta: Reversión
1. Ajuste en las citas bíblicas. Uso de otras versiones, que se señalan al lado de los textos. 2) Un ajuste en el concepto cristiano de Tártaro, de acuerdo con la enseñanza bíblica en sus idiomas originales. 3) Una aclaración sobre el concepto bíblico de Sheol o Hades, que responde a la interpretación más generalizada dentro de la Cristiandad, y al análisis de los pasajes bíblicos. Las fuentes usadas fueron diferentes traducciones de la Biblia, de dominio público.
Línea 1:
= MitologíaEnseñanza cristiana =
Condición restringida y degradada en la que Dios sumió a los ángeles desobedientes en tiempo de '''Noé'''.
 
El único lugar donde aparece esta palabra en las Escrituras inspiradas es en '''2 Pedro 2:4.''' El apóstol escribe: ''“Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas[a] y reservándolos para el juicio.”'' (NVI). La expresión ''“echarlos al abismo”'' , literalmente, "echarlos al Tártaros", traduce al verbo griego '''tar·ta·ró·ō''', derivado de la voz ''“Tártaro”''. Un texto paralelo se encuentra en '''Judas 6''': ''“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día''. Pedro indica cuándo fue que ocurrió este evento citado por Judas. Lo hace al hablar de los ''“en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé”''. (1Pe 3:19, 20 RVR1960) Estos textos tienen una relación directa con el relato de '''Génesis 6:1-4''', que habla de ''“los hijos de Dios”'' (se sobreentiende que es el verdadero Dios) que antes del Diluvio abandonaron su morada celestial para cohabitar con las mujeres, con quienes produjeron una descendencia conocida como '''los nefilim'''. Este grupo de ángeles descritos en estos pasajes, son diferentes a los ángeles caídos que operan en los "lugares celetiales " o "epouranios", tal y como lo señala el apóstol Pablo en Efesios 6:12, y como se observa en pasajes tanto del Antiguo (Job 1; 1 Reyes 22:19-23) como del Nuevo Testamento (Efesios 6:12; 3:10; los espíritus inmundos contra los que se enfrentó Jesús). Los ángeles que están operando en y desde los "epouranios" fueron los que acompañaron a Satanás en su rebelión original contra Dios.
El único lugar donde aparece esta palabra en las Escrituras inspiradas es en '''2 Pedro 2:4.''' El apóstol escribe: ''“Ciertamente si Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron, sino que, al echarlos en el Tártaro, los entregó a hoyos de densa oscuridad para que fueran reservados para juicio”''. La expresión ''“echarlos en el Tártaro”'' traduce el verbo griego '''tar·ta·ró·ō''', derivado de la voz ''“Tártaro”''.
 
Por otra parte, Apocalipsis 9:1-11, habla de un grupo de seres demoníacos que están aprisionados en el abismo, y que serán usados en los tiempo del fin, para castigar a los seres humanos impíos que vivan en la tierra. El nombre de su lider es Abadón o Apolión (Destructor o Exterminador). El nombre aplicado a este ser destructor es homónimo del lugar donde él mismo y sus acompañantes están aprisionados. En el Antiguo Testamento se habla del Abadón (en griego Apolión) como un sitio diferente al Sheol.
Un texto paralelo se encuentra en '''Judas 6''': ''“Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día”''. Pedro indica cuándo ''“abandonaron su propio y debido lugar de habitación”'' estos ángeles, al hablar de los ''“espíritus en prisión, que en un tiempo habían sido desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba esperando en los días de '''Noé''', mientras se construía el arca”''. '''(1Pe 3:19, 20.)''' Estos textos tienen una relación directa con el relato de '''Génesis 6:1-4''', que habla de ''“los hijos del Dios verdadero”'' que antes del Diluvio abandonaron su morada celestial para cohabitar con las mujeres, con quienes produjeron una descendencia conocida como '''los nefilim'''.
 
De los textos anteriores se desprende que el Tártaros es un lugar distinto al Sheol hebreo o Hades griego. En el Antiguo Testamento, el Sheol era el lugar donde iban las almas de los muertos, mientras sus cuerpos yacían en el "kever" o sepulcro (en griego mneion). La Septuaginta (versión griega del Antiguo Testamento), tradujo la palabra Sheol a Hades, que es el nombre griego para el inframundo. La literatura rabínica comenzó a describir al Sheol como un sitio a donde iban las almas de los difuntos, que estaba dividido en dos partes: el Seno de Abraham o lugar de descanso para los piadosos, y el lugar de los tormentos, reservado para los impíos. Esta idea es la que corrobora con autoridad Jesús, cuando habla del rico y Lázaro. Sin embargo, al completarse la revelación escritural, en los escritos apostólicos, completa esta doctrina. El orden de los acontecimientos puede establecerse así: 1) Jesús muere y su cuerpo es sepultado. 2) Durante los tres días que él está muerto, desciende en espíritu al Tártaros para predicar a los "espíritus encarcelados"(1 Pedro 3:8-19), . El apóstol Pablo se refiere también a esta katábasis en Efesios 4:8-10 (RVR1960): ''"Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. ) '''Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió''', es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo."'' 3) En virtud de su triunfo sobre la muerte y su glorificación, él "llevó cautiva la cautividad", o sea, a los piadosos que estaban en el Sheol, al tercer cielo o lugar del trono de Dios.
Se desprende de estos textos que el Tártaro es una condición más bien que un lugar específico, puesto que por un lado Pedro dice que estos espíritus desobedientes están en ''“hoyos de densa oscuridad”'', y por otro Pablo afirma que están en ''“lugares celestiales”'', desde donde ejercen una gobernación de oscuridad como fuerzas espirituales inicuas. '''(2Pe 2:4; Ef 6:10-12.)''' De manera similar, la densa oscuridad no es una falta literal de luz, sino el resultado de que Dios les retire la iluminación como miembros renegados y proscritos de su familia. Solo les queda una oscura perspectiva en lo que se refiere a su destino eterno.
 
Algunos comentaristas sostienen que la densa oscuridad atribuida al Tártaros o abismo no es una falta literal de luz, sino el resultado de que Dios les retire la iluminación a los ángeles caídos en general como miembros renegados y proscritos de su familia. En este caso, se sostiene que solo les queda una oscura perspectiva en lo que se refiere a su destino eterno. Sin embargo, tal y como hemos visto, la evidencia bíblica señala que es un lugar literal, tenebroso, ubicado en las partes más profundas de la Tierra, y al cual los demonios o espíritus inmundos que están sueltos, les tienen terror, tal y como se ve en el relato del encuentro de Jesús con el endemoniado gadareno. Los demonios que poseían al hombre, "...le rogaban que no los mandase ir al abismo" (versícuo 31).
 
Por lo tanto, el Tártaro es distinto del '''Seol''' hebreo o el '''Hades''' griego, que se refieren a la sepultura común terrestre de toda la humanidad. El apóstol Pedro lo corrobora al decir que Jesucristo predicó a estos ''“espíritus en prisión”'', si bien aclara que no lo hizo durante los tres días que estuvo enterrado en el '''Hades''' ('''Seol'''), sino después de su resurrección del '''Hades'''. '''(1Pe 3:18-20.)'''
= Mitología griega =