Diferencia entre revisiones de «Orgasmo»
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Además de mediante la estimulación física, se puede alcanzar el orgasmo mediante únicamente excitación psicológica, como por ejemplo durante los [[sueño]]s eróticos ([[polución nocturna]] de hombres o mujeres)<ref name="Komisaruk">{{cita publicación|authors=Komisaruk, B. & [[Whipple, B.]]|título=Functional MRI of the brain during orgasm in women|publicación=Annual review of sex research|volumen=16|páginas=62-86|año=2005|pmid=|fechaacceso=3 de enero de 2012|url=http://www.scribd.com/doc/302148/Functional-MRI-of-the-Brain-During-Orgasm-In-Women|urlarchivo=https://web.archive.org/web/20121217164519/http://www.scribd.com/doc/302148/Functional-MRI-of-the-Brain-During-Orgasm-In-Women|fechaarchivo=17 de diciembre de 2012}}</ref><ref name="Cornforth">{{cita web|nombre=Tracee|apellido=Cornforth|título=The Clitoral Truth. Interview with author and sex educator Rebecca Chalker.|editorial=[[About.com]]|fecha=17 de julio de 2009|fechaacceso=21 de abril de 2010|url=http://womenshealth.about.com/cs/sexuality/a/clitoraltruthin.htm}}</ref> o el [[control del orgasmo]]. Los orgasmos originados únicamente mediante estimulación psicológica fueron reportados por primera vez entre personas con [[Lesión de la médula espinal|lesiones de médula espinal]].<ref name="Komisaruk" /> Aunque las lesiones de médula espinal suelen acarrear la pérdida de ciertas sensaciones y altera la percepción de uno mismo, una persona con estas alteraciones conserva la posibilidad de [[excitación sexual]] y los deseos eróticos.<ref name="Komisaruk"/>
Un orgasmo involuntario, como en el caso de un contacto sexual forzado (durante una [[violación]] o una agresión sexual), puede acarrear sentimientos de [[vergüenza]] causados por la internalización de actitudes ajenas como [[culpar a la víctima]].<ref>
La literatura científica se centra en la psicología del orgasmo femenino más que en el masculino, en la que «parece reflejar la suposición de que el orgasmo femenino es psicológicamente más complejo que el orgasmo masculino», pero «la escasa evidencia empírica disponible sugiere que el orgasmo masculino y femenino pueden tener más similitudes que diferencias. En un estudio controlado de Vance y Wagner (1976), los evaluadores independientes no podían diferenciar descripciones escritas de las experiencias de orgasmo masculino versus femenino».<ref name=mah/>
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