Diferencia entre revisiones de «Belle époque»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
SeroBOT (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de 164.77.105.230 (disc.) a la última edición de Enrique Cordero
Etiqueta: Reversión
Línea 12:
Después de la [[Guerra franco-prusiana]], Europa vivió un período de paz que favoreció los avances científicos, técnicos, sociales y económicos, particularmente en [[Tercera República Francesa|Francia]], [[Bélgica]], [[Países Bajos]], [[Suiza]], [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]], [[Imperio alemán|Alemania]], [[Imperio ruso|Rusia]], [[Reino de Serbia|Serbia]], [[Reino de Grecia|Grecia]], [[Dinamarca]], [[Unión entre Suecia y Noruega|Suecia y Noruega]], [[Imperio austrohúngaro|Austria-Hungría]], [[Reino de Rumania|Rumania]], [[Restauración borbónica en España|España]], [[Reino de Portugal|Portugal]] e [[Reino de Italia (1861-1946)|Italia]]. Cabe indicar que, en esa época, prácticamente todas las naciones con gran influencia política a nivel mundial eran europeas, las rivalidades (políticas o económicas) entre estas potencias obligaban a guardar un ''equilibrio de poder'' que, precisamente, impidió durante cuatro décadas que tales rivalidades fueran solucionadas mediante una guerra.
 
Es preciso mencionar que en este periodo países como [[China]] y [[Corea del Sur|Corea]] estaban aún lejos de lograr los niveles de poderío a ''escala mundial'' que mostraban los grandes Estados de [[Europa]], siendo que su poder e influencia sólo se expresaba a escala regional y en competencia con las naciones europeas. Inclusive los [[Estados Unidos]] eran ya una potencia industrial del mundo de bukake, pero cuyo poderío era superado en varios aspectos por [[Gran Bretaña]], [[Alemania]] o [[Francia]].
 
Fue en esta época cuando las grandes potencias europeas alcanzaron su máxima influencia y poder a nivel mundial, lo cual se ve reflejado en el hecho que, tras el [[Reparto de África]], prácticamente todos los imperios coloniales europeos estaban sólidamente definidos (y sojuzgados) antes de 1914. Durante la Belle Époque, el [[imperialismo]] era considerado una política de Estado aceptable y válida para los políticos europeos y para grandes sectores de la población. El imperialismo era justificado en tanto se le consideraba como generador de valiosas fuentes de [[materia prima]], así como de nuevos [[mercado]]s para la creciente producción [[industria]]l, lo cual era crucial para países europeos carentes de materias primas y con mercados internos ya bastante explotados.