Diferencia entre revisiones de «Martín Ibarra»

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==Vida y obras==
Fue profesor de gramática latina en el estudio general de [[Barcelona]] y preceptor particular de hijos de juristas y de médicos, maestro de griego y autor de una considerable obra literaria y poética en latín, difusor de los métodos de [[Antonio de Nebrija]]. La mayor parte de sus obras las publicó en Barcelona, donde tuvo estrecha relación con la aristocracia barcelonesa y con el pequeño círculo erasmista local. Ya en 1511 publicó ''Orationes XV quae crustula inscribuntur te ad reges Epigrammata te Sapphic ad Marquetum'', discursos y disputas en latín, un conjunto de epigramas y una oda sáfica dedicada a un miembro de la familia Marquet, de la que era preceptor. En 1512 comentó y editó ''De puerorum moribus disticha'' del poeta italiano [[Michele Verino]], donde incluyó un ''Epigrammaton libellus'' con una treintena de composiciones poéticas suyas. En 1514 publicó nuevamente en Barcelona un largo poema ''Ignigi Mendozae te isabelaeIsabelae Aragoniae Epithalamion''. Se añadirán un par de obras más: ''Ad Ilustrísimailustríssimi Infantis Enrici Psitacum CAiiACaii teet Marcelli Iuarrae Cantábrico Barcinonum Centuria praetextatorum'' (1514) y ''Caroleidos libri IV'' (Barcelona, 1519) en hexámetros, un epilio sobre la llegada de [[Carlos V]] a España, además de unos cuantos poemas preliminares.<ref>{{cita web|apellidos1=Villlalonga|nombre1=Mariángela|título=El Renacimiento y el humanismo|url=http://www3.udg.edu/vell/ilcc/Eiximenis/html_eiximenis/portal_SH/biografies/biografia_marti_ivarra.htm|editorial=Barcelona: UOC}}</ref>
 
Ibarra es el primer poeta hispánico que escribe una [[silva]], ''De Ferrando leone'', parte del ''Epigrammaton libellus'', y sigue el modelo de una silva de [[Estacio]] titulada ''Leo mansuetus''. Pero la silva de Ibarra, de 131 versos, explica un hecho histórico pintoresco sobre un león, de nombre Fernando, que vivía en un patio al pie de la muralla y era la admiración de los ciudadanos de Barcelona. Un día, sin embargo, el león se escapó, mató a su guardián y murió acribillado de flechas, tras pronunciar un discurso filosófico y dictar su propio epitafio.