Diferencia entre revisiones de «Jerónimo Román de la Higuera»

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Nacionalista furibundo, falsificó hábilmente la historia cristiana antigua de España para engrandecerla aprovechando el nombre de autores oscuros y sin apenas obra y rellenando con invención periodos vacuos de noticias, torciendo o desfigurando textos para apoyar sus propósitos y, en suma, mintiendo. De sus imposturas da un útil resumen Rubén Díaz Caviedes.<ref>{{cita web|apellidos1=Díaz Caviedes|nombre1=Rubén|título=El mayor mentiroso de la Historia de España|url=https://www.jotdown.es/2014/03/el-mayor-mentiroso-de-la-historia-de-espana/|obra=Jot Down|fecha=marzo de 2014}}</ref> En el contexto intelectual de finales del siglo XVI, entre el [[manierismo]] y el [[barroco]], propicio a la exageración y lo aparente, y contemporáneamente al descubrimiento de los famosos (y falsos) [[plomos del Sacromonte]], Higuera redactó (1594) unos también famosos ''Cronicones'' que presentó como de origen paleocristiano, obra de [[Flavio Lucio Dextro]], [[Luitprando]], [[Marco Máximo]], [[Heleca]], Julián Pérez o [[Alón|Aulo Halo]]. Incluso antes de su impresión póstuma, en 1619 (''Fragmentum Chronici sive omnimodae historiae Flavii Lucii Dextri Barcinonensis, in lucem editum et vivificatum zelo et labore P. Fr. Ioannis Calderon'', Caesaraugustae, apud Ioannem a Lanaia et Quartanet, 1619), fueron ampliamente divulgados y discutidos en un debate en el que, curiosamente, él mismo intervino desde una posición escéptica.
 
[[Juan Bautista Pérez Rubert|Juan Bautista Pérez]], obispo de Segorbe, los consideró falsos ya en 1595, pero [[Gregorio de Argaiz]] defendió su autenticidad en toda su obra (1667-1675). La ''Censura de historias fabulosas'' (1652), de [[Nicolás Antonio]] parecía haber terminado de probar el fraude,<ref>Bruce W. Wardropper, «Don Quijote: ¿ficción o historia?», en G. Haley (ed.), El Quijote de Cervantes, Madrid: Taurus, 1984 (1965), pp. 237-252. citado en Centro Virtual Cervantes:[https://web.archive.org/web/20070930002448/http://www.cvc-cervantes.es/obref/quijote_antologia/wardropper.htm] ''Pretendían haber sido escritos por y otros cristianos primitivos, y contenían afirmaciones importantes y novísimas acerca de la primitiva historia civil y eclesiástica de España. En ellos se crearon a la medida ficciones halagüeñas para revestir hechos reconocidos, como si lo imaginado y lo auténtico estuvieran basados en la misma autoridad. Se inventaron nuevos santos para iglesias mal provistas en el departamento de hagiología; se encontró un origen decoroso a algunas familias nobles, que hasta entonces no habían podido presumir de sus fundadores; y un gran número de victorias y hazañas se insinuaron o se anotaron, las cuales enorgullecieron a la nación entera, tanto más cuanto que hasta entonces nadie había oído hablar de ellas. La creencia en estos engaños fue muy persistente. Todavía en el siglo XVIII algunos escritores archicrédulos seguían citando los libros plúmbeos y los falsos cronicones, pese a la evidencia en contra, como autoridad para apoyar los supuestos hechos históricos. Mientras tanto, la Iglesia de Roma —hacia mediados del siglo XVII— había declarado que los libros plúmbeos eran falsificaciones, y una España obediente tuvo que dejar de aceptar, a desgana, invenciones que habían pasado por historia. Resultó más difícil deshacerse de las crónicas inventadas. Durante casi un siglo se desencadenaban controversias enérgicas respecto a su autenticidad... Si los eruditos estaban perplejos de la enorme cantidad de historia ficticia que salía de las prensas españolas, ¿qué pensarían los legos? Un ingenuo, como el ventero en el Quijote, creía en la exactitud histórica de las supercherías, basándose en que se habían imprimido con autorización real. Un escéptico, como Cervantes, difería el juicio, y consideraba la dificultad que hay en separar el hecho histórico del engaño ficticio.''</ref> pero el [[Juan de Mariana|Padre Mariana]], la mayor autoridad de la época, aunque también escéptico, no los refutóhabía refutado completamente, yde forma que siguieron ocupando el tiempo de los eruditos hasta el siglo XVIII, en quecuando [[Gregorio Mayans]]<ref>
Ilustración y reforma de la Iglesia : Pensamiento político-religioso de don Gregorio Mayans y Siscar Capítulo IV : Falsos cronicones e historia eclesiástica - Formación del espíritu crítico(1699-1781)