Chile fue invitado pero declinó asistir. El gobierno chileno dirigido por [[Ramón Freire (político)|Ramón Freire]] no mostraba simpatías por Simón Bolívar ni por su enorme influencia política sobre los países sudamericanos con costas en el [[Océano Pacífico]]. Además, la fuerte pugna política chilena entre [[liberales]] y [[conservadores]] -llamados ''[[pipiolos]]'' y ''[[pelucones]]'' respectivamente- reducía la preocupación de los políticos chilenos por el proyecto bolivariano, del cual además desconfiaban, prefiriendo basar su política externa en mantener buenas relaciones con sus principales socios comerciales: [[Gran Bretaña]] y los [[Estados Unidos]].