Diferencia entre revisiones de «Batalla de Werl»

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Para Schenck, la batalla y la campaña en Westfalia fueron un éxito. Llegó a Westfalia como un mercenario, y partió de Westfalia como un soldado con una fortuna. Una vez cruzado el Rin, dejó su fortuna y a su esposa en Venlo y se dirigió a [[Delft]] para ponerse a las órdenes de [[Felipe Guillermo de Orange-Nassau]]. Allí, [[Robert Dudley|Robert Dudley, Conde de Leicester]], el Gobernador-General general inglés de los neerlandesesholandeses, lo ordenó caballero por orden de [[Isabel I de Inglaterra|Isabel I]] y le regaló una cadena valorada en mil piezas de oro.<ref>[[Ernest Alfred Benians]] ''The Cambridge Modern History,'' New York, MacMillan, 1905, p. 708.</ref>
 
Para Gebhard, en especial la batalla de Werl de 1585, y en general el saqueo de Westfalia, no le significaron ganancias especiales para sí; al contrario, tuvo algunas pérdidas muy concretas. Schenck fracasó en asegurar una fortaleza que sirviera de plaza fuerte a largo plazo, lo que resultó en el aislamiento de los territorios y fuerzas de Gebhard. De esta forma, toda ayuda que pudiera esperar de los príncipes protestantes al este debería atravesar el cerco que imponía el ejército español. Los bienes que Schenck tomó provenían en gran medida de los saqueos a campesinos y mercaderes. Si bien los mismos aumentaron sus arcas y la de sus soldados, eran irrelevantes para evitar el derrumbe de las finanzas de Gebhard, cuya situación ya era desesperada. Schenck, que era poco más que un mercenario a sueldo, enajenó a la población de Westfalia, si no del protestantismo, por lo menos de la causa de Gebhard.<ref>Benians p. 708; Hennes, pp. 152&ndash;166.</ref>